EXTRA VI: Hasta el final

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Los años fluyen como agua de río. A veces es cristalina, limpia y pura mientras que en otras ocasiones, la tempestad cae, enturbia y arrrasa con todo a su paso. El panorama que queda al concluir el caos puede verse desolador y sombrío, pero el río debe desbordarse en algún momento para traer un nuevo comienzo.

Igual que las rocas azotadas por la corriente, los Alfas se debilitan con los años. Y luego de once años y tres generaciones de descendencia fuerte y peculiar, el tiempo del jaguar verduzco dominante llegó a su fin, dando paso al próximo Alfa y recordándonos que a veces, los años de experiencia no son suficientes.

El cuerpo de Deku no puede con el agotamiento y cae rendido contra el suelo al intentar dar otro paso, al menos tres kilómetros fuera de lo que alguna vez fue su territorio. Alejado por completo del abrevadero.

Es un milagro que siga con vida considerando la herida que tiene en el costado derecho del abdomen y la poca visión tras perder el ojo izquierdo durante la pelea. El félido, cansado y herido, cambia sin poder evitarlo.

Si bien el cuerpo humano no presenta cortes y mordeduras sanguinolentas, los golpes y fracturas yacen internos, afectando los músculos desgarrados y provocándole mucho dolor. Sin mencionar la coloración morada en la piel mallugada de casi todo su cuerpo.

Lo que le espera a un Alfa desterrado es morir lo más alejado de su antiguo hogar en completa soledad y la verdad, Deku no tiene problemas con ello. Es el ciclo natural después de todo, siempre estuvo consiente de ello y acepta su inminente destino con la frente en alto, a pesar de lo vergonzoso que podría considerarse para otros.

Si morirá lo hará tranquilo, sin nada por lo cual deba arrepentirse: Vivió y amó intensamente hasta el último momento y, lo más importante, protegió a su Kacchan hasta el final.

Pensar en el guepardo, en el hecho de que su último recuerdo sea verlo escapar mientras él se quedaba atrás a luchar con todas sus fuerzas, es más doloroso que las heridas y huesos rotos.

Con dificultad, Deku gira el cuerpo y acaba boca arriba sobre la arena desértica. El cielo nocturno luce hermoso y las luces brillantes se ven tan cercanas que casi puede tocarlas, después de meses escondidas entre las nubes.

Los temporales de lluvia recién terminaron. Al fin su temporada menos favorita del año había concluido y Kacchan esperaba con emoción ver de nuevo las luces del cielo junto al jaguar.

Deku recuerda tan vívido cada momento con el guepardo a lo largo de los años: La sonrisa hermosa junto con los iris de lava intensos, la cabellera rubia y suave al tacto. La cómica y aguda voz que su amado hacía al disgustarse por no poder capturar nada para la comida de la tarde y al anochecer, los suaves gemidos que brotaban de los labios de Kacchan cuando lo tocaba y se fundía en un solo cuerpo.

La cueva que hicieron su hogar y donde inmortalizaron en la piedra sus figuras animales, el colorido campo florar que rodeaba su territorio, el río donde disfrutaban zambullirse hasta el amanecer...

Llamado natural (DekuKatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora