El guepardo Kacchan quiere cachorros, siempre ha querido cachorros. Y la desesperación por satisfacer esta necesidad natural lo agobia de una manera inimaginable.
¿Tal vez sea momento de expandirse y marcar más allá de su territorio?
☆ 𝑩𝒐𝒌𝒖 𝒏...
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Agitado y disfrutando la última pizca de su orgasmo, Kacchan deja escapar un suave quejido, completamente deshecho y débil tras una larga y repentina sesión de "apareamiento" junto con Deku.
Mientras tanto, la semilla del Alfa continúa llenando su interior. Kacchan lleva una mano hacia su vientre, sintiendo como poco a poco la piel se tensa y eleva. Gruñe sonrojado.
Su mano cae al costado de su cuerpo y recarga la mejilla contra el hombro de Deku. Está sentado arriba del corpulento Alfa y no puede moverse, o al menos le cuesta por el momento.
Kacchan abusó de la resistencia de sus piernas, es fuerte pero incluso él tiene un límite: el guepardo saltó sin control sobre el Alfa por un largo rato y ahora cada una de sus extremidades está entumecida, tiembla y aún lidia con la hipersensibilidad restante sobre su cuerpo luego de un intenso orgasmo.
El guepardo está seguro que, si se llegara a saber que está apareándose sin motivo alguno con Deku, la mayoría estaría de acuerdo al decir que es un desperdicio de tiempo y energía porque no está en celo y por consecuencia, no hay algo dentro a lo cual fecundar.
Además, ¿Para qué considerar hacerlo en primer lugar? Kacchan ya tiene cachorros y no será receptivo para otros Alfas por un largo tiempo. Esto sólo vuelve más extraña la situación.
Para los cambiantes, las relaciones sexuales son exclusivamente con fines reproductivos. Pero una vez más, todo lo que Kacchan creía conocer sobre la vida da vueltas y ahora, el sexo ocasional se ha convertido en una actividad recurrente.
Y aunque no lo externe con palabras, Kacchan ha adquirido el gusto de tener sexo con más frecuencia de la que debería. Deseoso de experimentar y hacer algo nuevo en cada ocasión.
Cuando Deku le platico que los humanos tendían a "aparearse" por diversos motivos y no sólo para reproducirse Kacchan no lo entendio. Y fue él quien sugirió intentarlo e insistió hasta que el avergonzado jaguar accedió y bueno, el resto es historia.
Con el tiempo, Kacchan empezó a obtener marcas muy notorias en las caderas, que no son otra cosa que la forma de los dedos de Deku; circulos morados en el cuello, hombros, cerca de los pezones hechos por los labios hambrientos del jaguar y por si fuera poco, hay marcas de dientes en la piel interna de sus muslos.
Sí, el imbécil marcó y continúa marcando su cuerpo pero no puede quejarse al respecto, no cuando Deku también tiene rasguños profundos y dolorosas heridas de mordeduras en los hombros y ante brazos.
Y cada vez que concluyen una sesión Kacchan termina satisfecho, agotado, pero muy, muy satisfecho. Nunca pensó que se sintiera tan bien.
En el pasado, lo máximo que el guepardo hacía era masturbarse para librarse de las molestas y repentinas erecciones matutinas y la corta sensación de alivio de aquel entonces no se compara con los escalofríos deliciosos y placer inmenso que experimenta cuando Deku lo toca y manipula a su antojo.
Fue una completa revelación, ¿Qué rayos estaban esperando el resto de cambiantes para salir y follar libremente sin necesidad de estar atados al celo? ¡Se pierden de algo asombroso!
Y follar después de una gran pelea es multiplicar la experiencia y hacerla aún más emocionante. La única desventaja era permanecer en silencio, de lo contrario los cachorros despertarían y se acabaría la diversión. Kacchan calló muy bien sus gemidos al morder y aferrarse al hombro de Deku mientras saltaba sobre su polla.
La herida que seguramente se convertirá en una cicatriz también la provocó a propósito, una especie de venganza hacia el jaguar verduzco que le prometió que "lo trataría con cuidado" y por supuesto, no lo cumplió.
—¿Estás bien, bonito? —La pregunta viene acompañado de un sutil ronroneo una vez sale del interior del guepardo.
Deku acaricia de arriba a abajo la espalda de Kacchan, deteniéndose un momento en la base de la cola felina.
—Estoy cansado. —Murmura, sus ojos yacen cerrados y las orejas se levantan y mueven ansiosas por las caricias que está recibiendo.
—Puedes dormir si quieres.
—No puedo... Debo cuidar a los cachorros.
—Cuidaré de ustedes. ¡Aunque no quieras! —Kacchan gruñe en desacuerdo pero no se pone a discutir. Con el pasar de las semanas ha aprendido a ceder, aunque sea un poco.
Sabe que estarán a salvo con el jaguar cuidándolos. Kacchan confía en Deku.
De hecho, Kacchan quiere a Deku, pero el terco Omega aún no se da cuenta de sus propios sentimientos. Sus acciones sin embargo, son más sinceras que sus palabras.
Y en esta ocasión, Kacchan se incorpora un poco, se acerca y sin previo aviso junta su frente con la de Deku. La punta de sus narices se toca, Kacchan ronronea con más fuerza y el Alfa enrojece.
—Gracias, Deku. —Por si fuera poco, el guepardo decide que no hay mejor manera de finalizar la muestra de afecto que restregando cariñosamente su mejilla contra la del Alfa.
Kacchan, aún en el regazo de Deku, se acomoda y decide que es un buen lugar para dormir.
En el lenguaje de un cambiante felino, Deku acaba de recibir su primer beso.
Emocionado y moviendo con fuerza la cola felina el Alfa sonríe, arrullando a su Omega de la mano de una suave y ronroneante melodía.
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Fanart: Cai
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