Cuando cumplí diez años me di cuenta del peligro constante en el que estábamos con mi familia. No era un simple juego de niños pequeños como los que jugaba con mis hermanos mayores en esa época, creo que abrí los ojos de la peor manera posible en la que un niño puede hacerlo. Recuerdo que me secuestraron con mamá, me golpearon, fui insultado, amenazaron con matarme al ponerme una pistola en la frente y nos separaron en dos habitaciones diferentes. Las primeras horas, me mantuvieron vendado, luego me permitieron ver a mi mamá y ella dijo en un susurro muy débil que mantuviera la calma porque papá venía en camino, ella prometió que papá nos rescataría de los horribles hombres malos.
Papá realmente nos rescató.
Pero fue la primera vez que lo vi disparar a alguien. La sangre me salpicó en la cara y quedé atónito cuando el cadáver cayó sobre mí. Aún puedo sentir el peso de su cuerpo sobre el mío y lo pegajoso de la sangre cubriéndome por completo, esa sensación de estar teniendo una pesadilla y no poder despertar en absoluto. Mentiría si dijese que durante años no tuve un miedo absurdo a la sangre hasta que Tee llegó a nuestras vidas.
Él notó mi pánico cuando se cortó el dedo y vi la sangre, imaginando que Tee también moriría como el hombre que me secuestró. Pero en lugar de regañarme y decirme que estaba exagerando, se sentó a mi lado para explicarme que realmente no había por qué tenerle miedo. La sangre era sangre. Era normal y, cuando alguien se lastimaba, era inevitable no verla, pero no era algo a lo cual tener miedo porque la sangre no me haría daño y si doliera en ocasiones, las heridas pueden curarse, entonces la sangre se detendría.
En realidad, en mi mente de niño sonaba lógico: Si sangras, mueres. Y entré en pánico creyendo que Tee moriría.
No quería que muera y eso me hizo llorar más fuerte hasta que él me explicó todo.
Luego de ese día, poco a poco pude comprender más cuándo era una herida grave y cuándo no, la cantidad de sangre que necesitaba alguien perder para morir y la cantidad de sangre que es normal al lastimarse en la vida cotidiana. Me obligué a mirar información del tema hasta no sentir miedo, incluso pedía ver las películas de terror de Tee con él y en las cuales había sangre, para poder acostumbrarme de alguna manera.
Tal vez así pude empezar a aprender algunas cosas útiles. Como dónde herir a las personas para que les duela demasiado, pero no al punto de matarlos, también la cantidad de dolor que se puede tolerar o zonas donde con una sola herida: ellos mueran.
⸺¿Puedes dejar de sonreír y ayudarme?⸺ Kimmon se quejó sosteniendo su herida.
⸺¿Por qué debería ayudarte?
Realmente útiles.
⸺¡Me disparaste en la pierna!⸺ habló entre dientes Kimmon, señalando la herida como si yo fuera un ciego.⸺ ¿Qué hice esta vez? Ayer estábamos bien.
⸺¿Qué hacía ese chico sentado en tu regazo?
Puse los ojos en blanco mientras me sentaba a lo largo del sofá de la oficina. El padre de Kimmon había decidido dar una fiesta por los nuevos millones que había ganado, por supuesto, invitó a la familia del prometido de su único hijo a asistir. Sin embargo, cuando llegamos yo estaba de tan buen humor hasta que vi a Kimmon con un chico en su regazo, hablando tranquilamente sin importarle estar rodeados de más personas viendo su clara infidelidad.
⸺Ya te lo dije, intenté quitarlo de encima.
⸺Me hiciste quedar como un idiota allá afuera ¿Quieres que todos piensan que soy un pobre chico al cual engañan? ¡Si vas a serme infiel, hazlo en las sombras!⸺ grité agarrando uno de los libros a mi lado para tirarlo justo en su herida.⸺ Si escucho a alguien hablar de mí por tu culpa ¡Me voy a ir!
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BASTARDO Español (KimCop)
FanficCopter siempre ha sido un buen niño, si es que alguien de la mafia puede serlo. Y Kimmon... bueno, Kimmon tiene una mala reputación y un vocabulario vulgar que prende al hijo consentido del mafioso más peligroso y temido del continente.