Capítulo único (1/2)

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Link del trabajo original en inglés (Ao3): https://archiveofourown.org/works/32216515

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Yeji mira fijamente el viscoso líquido púrpura de su caldero. El caldero burbujea siniestramente, con pequeñas chispas doradas que surcan caóticamente su superficie, como si se burlaran de ella.

—No creo que deba tener este aspecto —le dice a Chaeryeong, dudosa.

—Yo tampoco. —Chaeryeong mira su caldero, con una ceja levantada—. ¿Qué has hecho?

—¡Nada! —protesta Yeji, agitando sus manos y casi tirando un tarro de ancas de rana de su mesa compartida—. ¡Esta vez he seguido la receta!

—¿Moviste cinco veces en el sentido de las agujas del reloj y luego seis veces en sentido contrario después de añadir las bayas de enebro...?

—Sí —resopla Yeji. Una espesa nube de vapor empieza a salir de la mezcla que se está elaborando en su caldero, nublando su visión y haciendo que se le peguen mechones de pelo en la frente—. He seguido la receta, te lo he dicho.

—Lo que no hiciste —dice una voz detrás de ella, y Yeji se pone rígida, con la mano apretando el borde del caldero—, fue añadir las sales de escarcha antes de empezar a remover.

Yeji respira hondo y se tranquiliza, intenta parecer lo más digna posible con el vapor que le invade la cara, y se gira para mirar a su compañera de clase.

Shin Ryujin está de pie detrás de ella con la más exasperante sonrisita en su rostro, mirando su caldero, juzgando en su ceja fruncida.

—¿Segura que has seguido la receta?

Yeji aprieta los dientes.

. No dice en ningún sitio que haya que añadir sales de escarcha.

Ryujin hace un pequeño ruido desaprobatorio y señala la parte inferior de su libro de texto.

—¿Qué crees que dice esto?

Con una pequeña sensación de hundimiento, Yeji lee el texto justo encima de su dedo. Está precedido por un asterisco y dice en letra pequeña y cursiva: «Cada vez, antes de remover, asegúrese de añadir una pizca de sales de escarcha, o corra el riesgo de que la poción se sobrecaliente...»

—Oh —dice Yeji, sintiéndose estúpida. Levanta la vista a tiempo para captar otra de las sonrisitas de Ryujin, y su vergüenza se transforma en indignación a la defensiva—. ¿Por qué han puesto eso al final de la receta?

—¿No sabes seguir los asteriscos? —replica Ryujin, señalando otro punto de la página—. Efectivamente, la primera instrucción para remover está marcada con un pequeño asterisco.

—Lo siento, Yeji —se disculpa Chaeryeong desde su lado—. Pensé que lo sabías.

—Es decir, la profesora Bae nos lo recordó al principio de la lección. No es nuestra culpa que no hayas escuchado —dice Ryujin.

Yeji mira desesperadamente su poción arruinada, que ha empezado a hacer espuma violentamente en los bordes.

—Bueno —dice, y hunde la mano en el cuenco de sales de escarcha, los cristales pinchan dolorosamente en sus dedos—. ¿Más vale tarde que nunca?

—¡No! —Una mano sale disparada y le agarra la muñeca, casi desprendiendo las sales en su puño.

—¿Por qué no? —Yeji intenta apartar su muñeca de los dedos de Ryujin, pero su agarre es firme, inflexible.

—¿No sabes lo que ocurre si añades sales de escarcha a una poción que se está recalentando?

—¿Se enfría? —dice Yeji.

[Traducción] Hay un demonio en mi casa (y está aquí para quedarse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora