Capítulo 3

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Abro los ojos y lo primero que puedo presenciar es una pequeña panadería de la cual yo me encontraba sentado en una de las mesas que están al frente de ella, nunca la había visto, ni siquiera la ciudad en la que me encontraba, todo estaba vacío y daba bastante miedo, yo era la única persona que se encontraba en ese lugar que estaba lleno de edificios, carreteras abandonadas y un cielo parecido al de mi primer sueño, algo rosado pero lleno de nubes que parecían algodones de azúcar de formas muy variadas y tan blancas como un diente de león.

Me pareció raro el estar solo, no veía a Cinnia por ningún lado << ¿No la podré ver esta vez? >>.

Me levanté de la mesa y me acerqué a la puerta de la panadería, no veía a nadie entonces sólo busqué algo para comer, para Cinnia y para mí, si es que ella llegaba en cualquier momento. Era un poco abrumador el escenario de ciudad sola y ser la única persona que caminaba por las calles de esta... en este caso, el que camina por el granito color ladrillo de esta panadería, pero esto más que algún tipo de apocalipsis parecía una cita, una panadería, un chico sentado en una mesa para dos, además, estoy vestido muy bien para que esto sea el fin del mundo. Por eso en cierto modo este lugar no me inquietaba.

Finalmente buscando entre los mostradores elegí dos panes medianos que parecían tener queso adentro << Sirve como desayuno >>, serví café con leche y de postre unas donas con chocolate, me senté y me puse en mí papel de "la persona que siempre llega de primero y debe esperar a sus amigos", así que agarré mi teléfono que estaba en mi bolsillo y miro una notificación... un mensaje de... ¿Cinnia? Lo abrí y de lo primero que me doy cuenta es que el chat tenía una foto de ambos en algún otro lugar que nunca había visto.

Nuestro chat parecía muy largo, pero eran sólo mensajes vacíos, como si el sueño no quisiera que viera lo que hablábamos, el único mensaje que pude leer fue el que recién me había llegado "Ya estoy llegando", yo no le respondí, pero << Su número de teléfono >> pensé, así que lo busqué, pero parecía un numero que estaba incompleto... A la mitad se podría decir << ¿Un número de Japón? >> este lugar no parecía Japón para nada, estábamos en algún rincón de Estados Unidos ¿o quizás en Europa? Y Cinnia no tenía rasgos japoneses, eran muchas piezas y ninguna encajaba, quizás ella haría que todas lo hicieran.

A lo lejos comienzan a escucharse pasos, parecía ser alguien corriendo, ellos paran y cambian a ser jadeos de una chica, volteo y era Cinnia apoyada en sus rodillas mientras también me miraba, parecía muy cansada ¿Por qué? Esto era un sueño, ni sudada estaba. Me levanto para acercarme a Cinnia, ella recompone su cuerpo y dice:

— Te dije que nos veríamos de nuevo — Se acerca a mí.

— Bueno, debo admitirlo, tienes razón.

— ¿Cómo estás? — Me pregunta y comenzamos a caminar hasta la mesa.

— Bien ¿Y tú? Ve lo que preparé.

— Me alegra, Yo bien — Ella mira la comida que dejé coloqué. — ¿Cómo sabias que me gustaba el café con leche, el pan de queso y las donas de chocolate?

<< No lo sabía >>

— No lo sé, es rico, algo me decía que debía agarrarlo — Me echo a reír un poco porque nunca había probado este tipo de pan, seguro es rico, es pan, queso y tocino.

Yo la ayudo a sentirse y miro su cara una pequeña sonrisa << ¿Lo estaré haciendo bien? >> mi fuerte no son las chicas, normalmente arruino todo con ellas, a veces por trabajo, porque no les gusta mi personalidad aburrida o sólo por no conectar nada bien con ellas, igualmente no es algo en lo que me he querido enfocar, quizás por miedo a que me hagan daño o porque sólo nadie me ha llamado la atención lo suficiente, hasta ahora.

Atentamente, Desde Tus SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora