Richardo no podía considerarse a si mismo una persona normal, aún que lo quisiera con ganas, no podía.Su cuerpo es una evidencia irrefutable de ello.
Richardo jamás entendío el rechazo de su madre, en su infantil mente no entendía el porque debía oculta su cuerpo. Más adelante comprendió que él tenía cosas que no deberían estar ahí.
Su padre lo nombró hombre y ese fue su orgullo. Pero aún así, como podría con este cuerpo suyo ser aceptado.
Richardo creció con el amor desmedido por parte de su padre y con el odio injusticado de su madre. Para Richardo no había ser más perfecto que su padre, su luz.
Pero también sabía que algo no anda bien con él, no es normal que un hijo deseará ser besado por su padre o desear monopolizar su atención, envidiar a su madre por las atenciones que ella podría brindarle.
Se preguntó a si mismo, y hubiera sido totalmente una mujer, su padre le amaría más, acaso podría... complacer a su padre... en la cama.
Richardo sabía que estaba enfermo al pensar así de su padre, pero no es como si pudiera evitarlo.
Su padre regreso a casa, después de derrota a al Rey Henry VI, pero sin corona. Un chiste de mal gusto.
Su padre era el ser más dignó del mundo y merecía la corona.
Así que Richardo no dejarías pasar en vano el esfuerzo de su padre.
Así que sedujo a su padre entre copas de vino en una noche helada.
- Padre, hay que acabar con los Lancaster, hay que destruir a esos falsos gobernantes.
- Richardo, no es tan fácil como parece.
- Padre, podemos hacemos de la corona, y entonces, tendrás todo lo que deseas; poder, vino, joyas, mujeres, la felicidad está en ese círculo dorado.
- No hay nada más que desee que la corona, o quizás tu Richardo.
Richardo se acomoda entre las piernas de su amado padre y se deja acariciar por él.
- Vamos por la corona padre!
- Has creído maravillosamente hijo. - Expresa mientras acaricia los pequeños pechos de Richardo sin descaro alguno.
- Padre, que no haría yo para complacerte.
- Tu no tienes que hacer nada, solo tienes que dejar hacerte por mí.
- Si padre. - Se deja acariciar descaradamente.
A este punto, Richardo tiene tiene sus chiches al aire. Así mismo, su padre comenzó acariciar su vello púbico y masajear su pequeño pene y entrada vaginal. Ricardo solo se dedicaba a suspirar y aferrarse al hombre que le dió la vida. Un cosquilleo invadió su zona íntima y se intensificó cuando uno dedo ingreso e su raja. Un cortó y lento vaivén se terminó cuando su padre declaró.
- Richardo, cuando regrese con la corona, quiero que me esperes con tu pastelito totalmente depilado. Estaré encantado de degustar tu obsequio así hacía mi por convertirte en un lindo príncipe.
A la mañana el Duque de York partió a la guerra por la corona de Inglaterra.
Vaya que era un padre de mierda, si que lo era, y el que se considera pulcro y dignó. Pero hace tiempo que dejó de desear a su mujer, esa mujer que era una mala madre, como no podría amar a su hijo? Aún que si lo piensa mejor el era aún pero que ella.
¿Cómo podría desear a su hijo? ¿Cuándo fue que se equivocó? ¿Tan malo es desear a su hijo?
El sabía las respuestas a todas está y muchas más interesante. Y la respuesta serían tan bárbaras e inmortales como su acto de desear poseer a Richardo, amado hijo.
ESTÁS LEYENDO
El harem de Richard Plantagenet
FanfictionRicardo en diversas realidades alternas; Ricardo siendo profanado por..... Yaoi 🔞 Manga/Anime: Baraou no Souretsu por Aya Kanno. Imagen: Richard (Baraou no Souretsu)/#3702218 https://www.zerochan.net/3702218