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El pelinegro salió corriendo de su auto a toda velocidad, llevando un gorro y un tapabocas para cubrirse.

Entró corriendo a la Universidad de Jimin y buscó con desespero los baños. Una vez que los encontró, entró y cerró el pestillo.

— ¿Jimin? –escuchó un gimoteo y un sollozo en el último cubiculo y fue hasta él con rapidez–. Abre la puerta, soy yo.

La puerta se abrió, envolvió con rapidez el cuerpo del más bajo con sus brazos y lo escuchó llorar de la forma más desgarradora posible.

Allí fue qué sintió a su corazón romperse.

— Te sacaré de aquí. –dijo lentamente, con su barbilla apoyada en su cabeza.

Poco le importaba el que ahora esté lleno de batido el también, eso era algo insignificante ahora mismo.

Cargó a Jimin en sus brazos, mientras el mencionado posaba su cabeza en su cuello, aspirando su colonia, buscando seguridad.

La rabia lo estaba consumiendo poco a poco, pero la prioridad ahora mismo era mantenerse como un ancla para Jimin y brindarle seguridad y confort.

Sin mencionar palabra fue hasta el auto y lo introdujo allí. Tenía la suerte de que había sonado la campana y todos estuviesen en sus respectivas clases. Había hablado todo apresurado con Taehyunf y Hoseok para que estén tranquilos antes de llegar así que eso también estaba descartado en sus cosas por hacer.

Ahora... ahora tocaba agitar un poco las cosas...

Who ©Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora