Póker

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—Lindo lugar —alagó Kika una vez cruzaron el portal naranja de Leo y llegaron al cuarto de hotel de Adara, en San Fransokyo.

Después de una plática decidieron que los únicos que harían la investigación en campo serían, Leo, Kika y Miguel, no podían arriesgarse a ir los cinco para no llamar la atención y Adara tenía responsabilidades con su escuela por lo que solo irían ellos tres y Finado, a quien se le había encargado Miguel desde que dejaron a Moribunda con Adara.

—Ahora debemos esperar a que sea de noche para salir a investigar —dijo Leo mientras se acomodaba como perro por su casa en la cama del cuarto.

—Hay que comprar algo para comer, ¿No? —preguntó Miguel con hambre, ya eran las cinco y él había salido de su casa sin almorzar bajo la promesa hacía su abuela de comer con sus amigos de la escuela por la “pijamada” que habían organizado.

—Hay varios puestos de comida calle abajo —comentó Adara, quien ya estaba de frente a su computadora leyendo el material para su tarea.

—Perfecto, yo voy —dijo confiada Kika mientras se dirigía a la puerta.

—Llévate a Miguel —ordenó vagamente Leo con los ojos cerrados, si iban a estar hasta altas horas de la noche investigando, planeaba dormir ahora que podía.

—Pues ni que fuera suéter, wey —respondió indignado Miguel—. Iré, pero solo porque debo cambiar mi dinero a dólares.

—Habló el cantante millonario y famoso —dijo Kika con burla.

—No soy millonario, sé administrar mis finanzas.

—De todas formas, vamos —ordenó Kika mientas se volvía a dirigir a la puerta seguida de Miguel con su mochila que tenía a Finado adentro

—Un día de estos te van a sacar canas —comentó divertida Adara sin quitar la vista de su computadora.

—¿Quién dice que no lo han hecho ya? Capaz me las tiño —respondió Leo aún con los ojos cerrados pero una pequeña sonrisa ladeada—. Y ahora que se unieron “Los secuestrados” creo que mi cabello sufrirá las consecuencias.

—Asi los quieres.

—Claro que los quiero, ¿Cómo podría no hacerlo? Por algo son mis amigos —habló con obviedad.

—¿Que crees que puedan encontrar hoy? —Adara cambió de tema con voz contrariada, la situación seguía pareciendo irreal.

—Espero que respuestas —respondió Leo después de un momento considerándolo—. ¿Cómo descubrieron la existencia de las leyendas?¿Cómo las localizan?¿Quién sería capaz de hacerlo?¿Cuántas personas están involucradas? Pero descubrirlo hoy sería mucho pedir, me conformo con saber la situación actual en la ciudad.

La habitación quedó en silencio después de eso, solo siendo llenado por el sonido de las teclas de la computadora y la respiración tranquila de Leo al quedarse dormido.

Pasada aproximadamente una hora y media la puerta fue abierta por una emocionada Kika con bolsas en las manos al igual que Miguel.

—¡Ya volvimos!¡Trajimos hamburguesas! —dijo en alto Kika, despertando a Leo, quien soltó quejidos somnolientos mientras se sentaba en la cama, porque podrá tener sueño, pero el hambre podía más.

—Y noticias, descubrimos algo que podría ayudar en la investigación —mencionó Miguel mientras habría las bolsas para repartir la comida.

—¿Qué descubrieron? —preguntó curiosa Adara mientras guardaba los avances de su tarea y se acercaba para comer.

—Ya sabemos a dónde ir hoy, es un lugar llamado Ultra tumbas, se dice que ahí podemos encontrar al vendedor de drogas —respondió Kika mientras le pasaba su hamburguesa a Leo y empezaba a comer la suya —. Al parecer es un apostador o algo así, pero que siempre está por ahí.

DOS EQUIPOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora