Capítulo 1 - El guardia y la estudiante

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Disciplina, coraje, fuerza, esas son las cualidades que debe tener el guardia dorado, la mano derecha del poderoso emperador Belos, monarca de las islas hirvientes, el manto de este formidable guerrero a pasado por tantos antes que él, su identidad sólo es conocida por muy pocas personas, pero, ¿quién es este misterioso personaje? ¿Quién se esconde detrás de la máscara?

En una de las habitaciones del palacio se encontraba un chico rubio, de unos 16 años, con ojos color magenta, una vestimenta dorada y una capa blanca.

—Tú eres importante —se decía el joven mirándose al espejo—. Eres fuerte, eres el guardia dorado.

El joven brujo se colocó su máscara para terminar su atuendo, se dirigió hacia una sala grande donde el trono del monarca se encontraba, de entre las sombras de la habitación salía el emperador.

—Hunter —dijo Belos—. Los reportes de tu última misión son increíbles, has demostrado tu valentía y coraje.

—Muchas gracias tío —dijo Hunter al ponerse sobre una rodilla en señal de respeto—. Sólo costó un par de nuestros reclutas principiantes.

—Esa era la idea, los principiantes son frágiles, deben mostrar rudeza, hacerse fuertes —decía el emperador mientras se sentaba en su trono—. Aquellos que no pueden con tareas sencillas como matar a una reptibestia merecen ser descartados, nuestro aquelarre necesita a los más fuertes.

—Estoy a la espera de mi próxima misión señor —dijo Hunter poniéndose de pie y listo para retirarse.

—De hecho —interrumpió el emperador antes de que Hunter se retirara—. Necesito que hagas algo.

—Lo que ordene —dijo Hunter.

—He oído reportes sobre la dama búho —comentaba Belos—. Al parecer ahora tiene a una nueva acompañante con ella, una humana.

—¿Humana? —dijo Hunter confundido—. Creí que no se habían visto humanos en las islas desde hace muchos años.

—Parece ser que la dama búho tiene una especie de portal con el que viaja a través de los reinos, necesito que averigües más sobre eso y también sobre esa humana, no le confiaría esta misión a nadie más que a ti —dijo Belos poniendo su mano sobre el hombro de hunter.

—Lo sé, puede contar conmigo, averiguaré más sobre ese portal y sobre la chica humana —dijo Hunter.

—Una cosa más, tendrás que hacer esta misión solo —dijo Belos—. Nadie debe saber del portal, al menos no aún.

—Claro, como gustes —dijo Hunter poniéndose de pie y dirigiéndose a la salida—. Tío —dijo al salir de la habitación.

El guardia dorado ahora con una misión en mente se dirigió a una playa cerca de la casa de la dama búho, una babosa de la basura había muerto cerca, sabía que el trabajo de la dama búho era vender basura humana, por lo que estarían buscando entre los restos de aquella criatura.

Tal y como lo pensó ahí se encontraban, una bruja con una gran cabellera gris, ojos dorados y un vestido rojo, la humana era una chica de unos aparentes 14 años, piel morena y cabello corto, con ellas se encontraba un pequeño demonio con un cuerno roto, la mascota de la dama búho, para el emperador solo eran simples criminales que practicaban magia salvaje, magia prohibida que iba en contra de los deseos del titán, para Hunter, ellos eran personas interesantes, la magia salvaje a pesar de estar prohibida llamaba la atención del joven brujo, pero él tenía una misión que no podía olvidar.

—Eda, esto es asqueroso —decía la chica humana.

—Por favor niña, esto es una montaña de tesoros —dijo la dama búho metiendo su mano en los restos de la babosa—. Una buena bruja sabe que hacer con cosas pequeñas como estas.

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