10.08.22 • Fragmentos de un Alma

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Me siento vacía, sola.

Como pérdida en la inmensidad del abismo.

Mis ojos miran pero no ven, mis oídos oyen pero no escuchan, mis manos tocan pero no sienten.

Carente de la percepción de lo externo y de lo interno al mismo tiempo.

Persigo una palabra, un aliento, un alma que me ayude a seguir. Algo o alguien que aparezca para decirme que no estoy sola, que de un nuevo significado a mis mañanas y a mis noches.

Es extraño sentirse vacía.

No es precisamente bueno ni precisamente malo, pero molesta, incómoda, deja un mal sabor a algo inconcluso. Algo que estaba completo ya no lo está.

Y los momentos felices, de inspiración y confianza, se reducen a la sombra de lo que en verdad son.

Porque ya no hay con quien compartirlos.

Porque ya no hay un oído al otro lado que acompañe.

Porque ya no están tus brazos para arroparme. 

Porque ya no están tus ojos para mirarme fijamente y pronunciar con tus labios que siempre estaras a mi lado.

Escritos de una Noche de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora