La noche era fría, oscura e incluso húmeda. Las calles brillaban debido al rocío de la humedad y el frío. Yo acababa de terminar un noviazgo. No llore. No sentía nada. Solo quería estar en mi cama.
Tenía frío, no había comido, y estaba segura de que mi papá no le agradaría para nada verme en este estado, y también no negaria que él sería capaz de querer matar a mi ahora exnovio por haberme dejado a mi suerte en medio de la noche. Y casi a la mitad de la carretera.
Sentí un cosquilleo impactando mi mejilla, me limpie y me di cuenta de que era una gota de agua. Sería el colmo si llegara a llover.
Y ocurrió, las gotas caían con más frecuencia y más gordas cada segundo. Me quite mis zapatos, que lamentablemente tenían tacón y corrí hasta una parada de autobús. Estaba techado así que mientras pasaba la lluvia iba a resguardarme. Me recargue en unos de los postes que sostenían el pequeño techo de alumino, mi respiración era agitada, había corrido y mis pies me mataban por lo duro y rasposo que era la acera.
A esta hora no pasaban autobuses, ni siquiera pasaba un taxi a caos de la lluvia.
El teléfono más cercano estaba a unos cincuenta metros. No quería caminar más además de que ya estaba lo más empapada, sabía que si seguía corriendo o caminando en este tipo de suelo, mis pies estarían peor.
Me senté en el banco, trate de escurrir mi ropa lo más que pude, mi cabello ya estaba pesado con el agua, mis zapatos estaban completamente empapados, era inútil usarlos ahora.
Tenía más frío, trate de hacer fricción con mis manos a mis hombros para entrar un poco en calor pero la acción era casi en vano. Mi ropa era algo descubierta, no fue buena idea traer falda y blusa de tirantes, aunque tenía un abrigo, este era inútil, estaba empapado. Odiaba usar este tipo de ropa, y no culpo a mi exnovio, pero el usar prendas así era una condición de su relación. Una presión del que al fin soy libre.
Escuche pasos, corriendo hacia a mi, escuchaba como salpicaban los pequeños charcos por las que está persona corría. Poco a poco, el sonido aumentaba en volumen, hasta que llegó.
Eddie Munson. Se limitó a observarme y después empezó a sacudirse su cabello, a diferencia de mi, el estaba menos mojado. De igual forma, se resguardo bajo el techo de la parada de autobús.
—¿Tu eres Edward?— pregunté. Mi boca titubeaba por el frío. Era gracioso de escuchar.
—¿Perdón?—respondió él. No parecía que no me haya escuchado, más bien parecía como si no se creería que lo llame así.
—Tu eres Eddie, ¿No es cierto?— volví a preguntar, quería aligerar el asunto, pensé que la tensión se estaba intensificando y le había faltado al respeto.
— Trato de serlo, la mayoría del tiempo— bromeó—. Fue raro que me llamaras Edward- pude notar una pequeña risa en ese comentario. Al parecer no le disgustó.
— Lo siento, no quería ser descortés— contesté.
— Vaya, no pensé que fueras así— dijo con un poco de sorpresa.
—¿Así como?.
— Tan...tu sabes— hizo una pausa pensando y buscando una palabra—, propia.
—¿Por qué te sorprende? Casi no nos conocemos.
— Pero me acuerdo de ti. Cuando Dustin y Mike nos presentaron— contó. Él se observó a si mismo, verificando que tan mojado estaba.— ¿Te acuerdas de mi?—pregunte con sorpresa.
— No es fácil olvidarte cuando tienes a Dustin hablando de ti todo el tiempo, eres Alisha, ¿No?—remarco alargando la palabra "todo". Me dedicó una sonrisa—. Recuerdo que nos presentó. Hace un mes, si no lo mal lo recuerdo.
— De hecho, Dustin tampoco ha dejado de hablar de ti.
— ¿Y fueron cosas buenas?— preguntó, su tono era juguetón, algo travieso diría yo.
— Te lo aseguro que si.
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𝑅𝑒𝑑 𝐿𝑖𝑔𝒉𝑡 / 𝐸𝑑𝑑𝑖𝑒 𝑀𝑢𝑛𝑠𝑜𝑛
FanfictionTodos tenemos una segunda oportunidad. Una segunda oportunidad de hacer las cosas perfectamente. De hacer las cosas como nos hubiese gustado que nos pasarán. Tratar a las demás personas como nos gustaría que nos traten. Tener la oportunidad de para...