Capítulo 3

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Después de clase, hablé con Jane para pedirle el enorme favor de cubrirme con papá. Hoy papá trabajaba toda la noche para realizar guardia en la estación de policía, por lo tanto tenía hasta que saliera el sol para divertirme.

Eddie Munson me llevaría a quien sabe dónde, pero sé que la pasaríamos de maravilla. Se nota que es un buen chico, y de alguna forma, me gustaba el hecho de que la gente hablara de él y resultará todo lo contrario a lo que dicen que es Eddie. Me es fascinante, y me atrae aún más.

Me encamine al estacionamiento para encontrarme a Eddie. Quien ya estaba recargado a un costado de su van, mientras fumaba un cigarrillo. Observaba cómo su cuello se movía al reflejo de expulsar el humo cuando inclinaba su cabeza hacia arriba. Acorte la distancia y finalmente llegué a él. No dijo nada. Solo dió una calada su cigarrillo, repitio la misma acción de tirar el humo hacia arriba. Hizo un gesto con su cabeza y levantó las cejas. Esbozo una sonrisa con... ¿Picardía?. Creo que lo había notado.

Tiro el cigarrillo al piso y lo aplastó con el pie. Posteriormente preguntó lo siguiente:

- ¿Estás lista, Alis?

- ¿Crees que no te seguiré el juego?- pregunté incredula y solté una pequeña carcajada-. Yo puedo con esto Eddie.

- No seguirás mi juego - camino hacia la puerta del copiloto, lo abrió y lo sostuvo para mí, hizo un gesto para que entrara- simplemente nos divertiremos... Y mucho- Susurró esa última frase cara a cara, con una distancia bastante corta.
Finalmente me senté y Eddie cerró la puerta. Observé cómo rodeaba por el frente la furgoneta hasta llegar al asiento del volante. Cerró la puerta y encendió el coche, provocando el sonido de un rugido no muy bien lubricado. El olor a la maquinaria y aceite me invadió la nariz, por alguna razón no me disgustaba en lo absoluto. Me apoye en la ventana de la furgoneta durante todo nuestro viaje. No sabía a dónde me llevaba pero ya estaba oscureciendo. Una punzada me alerta.

- ¡Si me llegas a secuestrar, voy a arrancarte esas greñas! ¿Oíste Munson?- amenazo.
Eddie lo tomó como broma.

- Alis, no te preocupes por eso- responde, con una sonrisa de oreja a oreja provocado por la risa. Se rasco la frente y continuó-. Solo confía en mí.
- Te lo advierto Munson.

- Di lo que quieras bonita. Sé que en el fondo mueres por tener todo esto- bromea. se señala completo con un gesto en la mano. No dude en soltar una carcajada.

- Quisieras Eddie- contradije.

Eddie se limitó a negar y sonreír. Una sonrisa de victoria de oreja a oreja. Él lo sabe perfectamente.
Era una mentirosa, el ardor dentro de mi se disparó. Eddie tenia razón y me odiaba por eso en esos instantes. Recargue mi codo en la ventana y comencé a observar como los árboles y los establecimientos quedaban atrás por la velocidad de la furgoneta. El aire chocaba contra mi, provocando que mi cabello me bloqueará la vista un poco al llegar a mi cara.

Llegamos a un estácionamiento de un club; El escondite. Si mi padre llega a saber que estuve aquí, me mata. Pero bueno, ¿Que se le va a hacer? Prefiero tener el regaño que el arrepentimiento.
Baje de la furgoneta, y me quite mi suéter azul, quedando solo en blusa de tirantes, y Eddie me alcanzó rodeando la furgoneta. Se coloco al lado de mi, tomándome de la cintura. Sentía como si hubiera tocado un cable pelado. Relami mis labios.

Entre al bar muy decidída, Eddie me seguía detrás. Olía a cigarrillo, se escuchaban los pequeños impactos de las bolas de billar. Risas. Insultos. Gritos. La cerveza recién servida desde las manguerillas. El lugar era bastante rústico, mucha madera pero con una perfecta iluminación en la barra. No había mucha gente. Pero aún así más de lo suficiente para ser lunes.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2022 ⏰

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𝑅𝑒𝑑 𝐿𝑖𝑔𝒉𝑡 / 𝐸𝑑𝑑𝑖𝑒 𝑀𝑢𝑛𝑠𝑜𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora