Capítulo Cinco

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Sentado sobre unas pequeñas piedras, su mirada estaba en el lago junto a la cabaña, observando a los pequeños peces nadar de un lado a otro mientras los rayos del sol bañaban su rostro, cayendo lentamente el atardecer, lo que abrió paso a una hermosa vista para cualquiera; Techno no fue capaz de apreciar esta misma al estar tan metido en sus pensamientos, con uno de sus dedos jugando en el agua, dibujando figuras invisibles y asustando a los peces cercanos.

Hacía más de una hora que había despertado en aquel cobertizo, notando como su hermano menor se había acurrucado lo mejor que podía en el suelo. Él lo cargó y llevándose a su caballo, llegó a la cabaña, donde depositó al más joven en la cama de su habitación y seguidamente fue a tomar algo de aire fresco, asimilando cada cosa que sucedió en ese lugar.

Es capaz de recordarlo todo a la perfección; sin embargo, luego de quedar dormido ya no pudo saber nada más, y tomando en cuenta que el demonio ya no estaba encadenado en ese lugar, supone que algo debió de pasar. Desea respuestas, pero obtenerlas significa tener que dar algo a cambio.

Tommy pudo ver sus recuerdos, sabe cosas que sinceramente jamás quiso que supiera y conociendo al chico, no tardará en acudir a él en busca de resolver sus dudas.

Technoblade suspiró mientras retiraba la liga que ataba su largo cabello, pasando una mano por este mientras busca tener algo de paz, algo complicado tomando en cuenta las múltiples voces que hablan a la vez, provocando algo de migraña que sin importar el pasar de los años, jamás se acostumbrara del todo. Está cansado, a pesar de haber descansado más de lo que acostumbra, está agotado, y no sabe por cuánto tiempo más va a resistir el luchar contra aquella maldición que lo consume poco a poco como una enfermedad, con la diferencia de que no puede morir para encontrar paz.

Un graznido llama su atención, a lo que con desinterés fija su mirada rojiza opaca en el cuervo que ahora parece seguirle a cada paso que da. No le molesta, sinceramente piensa en darle algún nombre, pero el hacerlo significara establecer un vínculo con el animal y siendo honestos, no le apetece encariñarse demasiado con este y que luego muera o desaparezca.

El ave le mira unos segundos antes de con su pico señalar en dirección a la cabaña; el de cabello rosado no necesita fijar su atención en ese lugar para descubrir lo que sucede, pues sus oídos han captado el sonido de la puerta abriendo y cerrándose. Dejando de jugar con el agua, observa al cuervo volar hasta arriba de un árbol, situándose en una rama cercana para así darles algo parecido a privacidad.

¿Hoy no te tocaba entrenamiento, niño? — decide hablar, sin mirar hacia atrás para ver quién sería el dueño de aquellos pasos que escucha, pero él sabe quién es, luego de años es imposible no reconocerlo — ¿Cómo piensas ayudarme si ni siquiera asistes a tus entrenamientos? — replica mientras coloca los ojos en blanco por un segundo, siendo una especie de broma mezclada con una confesión respecto a que cumpliría su palabra.

Cierto rubio de ojos azules no respondió ni realizó algún sonido para quejarse de aquel humor, guardando silencio mientras se situaba a su lado y se sentaba en el suelo, sin importarle el llenar sus ropas con tierra húmeda por la cercanía del lago. Techno no hizo ningún otro comentario y le dedicó una mirada, notando la mirada apagada del chico antes de revelar un signo de preocupación hacía él.

¿Qué sucede? Creí que estarías fanfarroneando que finalmente vas a poder trabajar a mi lado — se imaginó a un rubio prácticamente saltando en un pie de la emoción, con una sonrisa altanera y una mirada determinada; más sin embargo está viendo a un pobre chico que luce cansado, como si aunque hubiera dormido unas horas, realmente no hubiera descansado demasiado por mantener sus engranajes girando respecto a todos los sucesos que ocurrieron el día anterior — ¿No es eso lo que querías?

Hunter | Sleepy BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora