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Vernon era un hombre simple, como todos había pasado por momentos buenos o malos en su vida, lo normal.

Nada fuera de lo común.

Si le hubieran preguntado a Vernon si tenía algún suceso traumático en su vida hubiera nombrado de forma dudosa unos pocos, aún sin estar seguro de llamarlos "traumáticos".

Hasta que pasó el día, el fatídico día... Dónde sus mocosos aprendieron a caminar.

Era una tarde soleada de verano, fresca, aparentemente tranquila, se encontraba en la mesa del comedor revisando sus documentos personales para un importante viaje de negocios en América.

Pronto, antes de lo que se esperaría, su vida sería marcada para siempre.

-¡Vernon! ¡Vernon! - gritó su esposa encantada- ¡Míralo, está caminando! -lloriqueo su esposa llena de orgullo y ternura.

-¡Ese es mi hijo, vamos Dudley!

Un jadeo emocionado por parte de su esposa lo asustó.

-¡ESTA AYUDANDO A HARRY A PARAS- chilló- ¡Vernon, se cayeron!

-¡JAJAJAJA! ¡Míralos, qué perdedores! -se rió Vernon.

En su defensa... debían entenderlo, Harry cayó de cara mientras que Dudley de espalda, parecía una tortuga tratando de voltearse.

-¡VERNON!-gritó su esposa mientras se dirigía a auxiliar a los bebés cuando Vernon la detuvo suavemente.

-Espera, Pet, miralos-dijo el propio gordo completamente perplejo.

Mientras Dudley lloraba insoportablemente en el suelo, Harry gateo hasta él para ayudarlo a voltearse, una vez ambos niños sentados Harry empezó pegar suavemente sus manitas al pecho de Dudley diciendo balbuceos raros y chillones.

-Mira cariño, lo está arrullando como tú.

Petunia no podía ni siquiera reprocharle nada a su esposo porque estaba impresionada de lo que veía, Harry y Dudley agarrados ambos de las manos empezaron a hacer fuerza hasta pararse juntos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¡Eso es cariño, vamos!

El propio Vernon se impresionó, llenándose de orgullo.

-¡Vamos, mocosos! ¡Vengan aquí!- gritó mientras le extendía sus brazos a los nenes junto a Petunia.

Una vez que los niños a pobres tropezones con lagunas caídas y llantos, sobretodo los de Petunia, lograron llegar a los brazos de sus padres, siento alzados y festejados al instante.

-¡Estuviste increíble, Dudley! Casi ruedas cuando te caiste la tercera vez pero fue divertido de ver -felicitó Vernon a su hijo mientras hacía un baile en chiquito.

-¡Ese es mi bebé! ¡Esos son mis bebés! -chillaba alegremente Petunia mientras daba vueltas abrazada a Harry- ¡Estoy orgullosa de ustedes, bebés!

Todo fue hermoso... Esos primeros 40 minutos, después, el terror se desató.

-¡Dudley, hijo, no! ¡Eso no se hace! -regañó Petunia a su hijo quien acababa de llevarse el mantel de la mesa y mandar al piso todos los platos que tenían encima.

El niño lloró ante las represalias de su madre hasta ponerse rojo.

-¡Vernon ayúdame con tu hijo!

-Yo no lo conozco, creo que mi hijo se llama Harry Potter-dijo tratando de hacerse el loco mientras tomaba su taza de café.

Fue ahí cuando se escuchó un estruendo mayor, vidrios rompiendose y el grito de emoción de Harry.

-Vaya, deberías ir entonces con tu hijo Harry Potter-con voz burlona e irritable Petunia se dirigió a su esposo mientras arrullaba a Dudley pero al mismo tiempo se dirigía a la sala.

Ni siquiera en una broma se dejaría de preocupar intensamente de su pequeño.

-Es solo un niño como de 3 años ¿Qué tanto daño puede hacer?

Entonces Petunia gritó.

Vernon no se espero una respuesta tan inmediata y elocuente.

-¡VERNON!

Mierda

-¿Qué hizo, Pet- ¡HARRY POTTER! ¿¡PERO CÓMO-

La risa traviesa de Harry se hizo mientras los miraba con emoción, claramente sin entender la magnitud de sus acciones o simplemente siendo un sin vergüenza, o era estúpido o era un desgraciado, ambas opciones eran igual de creíbles a los ojos de Vernon.

-¡VERNON! ¿¡QUÉ HACEMOS!? -chilló su mujer haciendo llorar a Dudley.

-Umm bueno, podemos empezar por hablar qué otro aparador comprar... -dijo mientras iba esquivando los vidrios rotos para llegar a Harry- es la oportunidad perfecta para un cambio, sé que ese te lo regalo tu madre pero era horrible.

Petunia vio a su esposo consternada mientras trataba de calmar a Dudley.

-Querida, tienes que entender, no combinaba con el tapiz.

Vamos, fue un favor, tal vez Harry no era malo y solo quería ayudarlo a deshacerse de ese feo mueble.

-¡Babi, mida!-dijo Harry emocionado, ahora siendo cargado por su tío.

A veces Harry hablaba como tonto pero Petunia insistía que era la edad, aún así debía admitir que sentía una PEQUEÑA ternura de que lo tratara de llamar "papi".

Sí, tal vez el mocoso Potter no era tan malo.

Cuando Vernon miro hacía donde el niño apuntaba conoció el horror, el arrepentimiento y la verdadera pena.

-Harry ¿Ese es mi pasaport-

Su ex hijo, ex sobrino, perpetuador criminal y dueño de sus próximas pesadillas había rayado con crayones todos los documentos importantes de la mesa, sobretodo su pasaporte que tenía una extraña raya verde en las hojas.

-¡Sespienpe! -exclamó sonriente el mocoso.

Vernon volvió a dormir el sofá esa noche... Porque se desmayó ahí mismo.

Petunia trató de despertarlo varias veces pero cada vez que lo lograba y Vernon recordaba la situación, se volvía a desmayar después de decir "No gracias, ya comí".

Esa tarde, Petunia necesito de los vecinos para limpiar el desastre y cuidar a los niños.

Familia DursleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora