Un angel quiere regresar a casa

No soy capas

-No lo hagas por favor- rogué con voz débil- yo no valgo tonto como para que recaigas.

-No lo haré yo... lo harás tu- contesto con una voz quebrada.

-¿¡Por qué!? ¿Por qué quieres que yo lo haga?

-Porque prefiero que me dañes a mí, que marques mis brazos y muñecas en lugar de los tuyos ¿Sabes cuánto me duele verte así de mal, ver las marcas que tienes por tus autolesiones?, no te dejare sola y si esta es la manera en la que lo puedo impedir pues hazlo.

-Sabes que no lo haré no soy capaz de dañarte, antes me vuelvo a cortar, sé lo que te pasa cuando vez mis brazos y mis piernas pero a veces solo eso tengo para desahogarme para quitar el dolor que tengo, ver el camino que deja el líquido carmesí que brota de mí que va saliendo de poco en poco me calma, me calma que la navaja corte mi piel dejando salir el dolor, sé que no me dejaras sola te lo he pedido tantas veces y siempre es la misma respuesta.

-Sé que serás capaz de cortarme, será como si te cortaras a ti, quieres ver sangre la veras eso te lo aseguro solo es cuestión de que pases el filo de la navaja por mi brazo tantas veces la pasarías por el tuyo.

-No, no será lo mismo entiende yo quiero ser quien tenga el dolor, que la sangre que vea brotar de las heridas sea la mía no la tuya, las marcas este en mis brazos no en los tuyos entiende no lo haré me importas mucho no soy capaz de cortar tu piel, con la mía es fácil está más que marcada entiéndelo- en cuanto termine de decir esto Wen se agacha para tomar la navaja tal vez volvería a pedirme que cortara sus brazos así que sin pensarlo comencé a luchar por la navaja, estúpida idea lo sé pero los nervios me fallaron y era lo único que pasaba por mi cabeza.

-Si aprieto más fuerte la navaja comenzará a cortarme- dijo, después de un rato peleando por la navaja.

Después de escuchar esto deje de pelear por la navaja, tenía razón la navaja era nueva por obvio estaba lo bastante afilada para que con un solo apretón cortara su mano, le volví a pedir que no me hiciera hacer esto que no la iba a dañar por ningún motivo (lo sé algo estúpido de mi parte puesto que cortándome también la daño ahora lo veo).

-Si no lo haces tú lo haré yo, tú lo decides- respondió.

-No lo hagas por favor por lo que más quieras, no sé cómo te hago entender que no valgo la pena para que tu vuelvas a caer yo sé lo que te ha costado dejar esto atrás, mantenerte fuerte intentando superar el cortarte y seguir con tu vida, no me ayudara saber que por mi culpa volviste a caer en esto- ahora lo comprendo pensé, ahora entiendo por qué actuaba así, porque me pedía que cortara sus brazos y no los míos, lo hacía para que reaccionar para que dejara de cortarme, ella sabe lo importante que es para mí... salí de mis pensamientos y le repetí:

-No lo hagas no me pidas hacer esto por favor... Te prometo que no lo volveré a hacer.

-Y entonces como me asegurare que ya no lo volverás a hacer que no volverás a cortarte, me lo has prometido tantas veces que ya no te creo, es que tu no entiendes con nada no te entra en esa cabeza que te cargas, solo lo entenderás si vez las consecuencias, créeme se lo duro y difícil que es dejarlo pero oye tu eres muy fuerte mucho más que yo, lo podrás superar pero para lograrlo necesitas ayuda por eso es que no te dejare, te lo diré las veces que sean necesarias... pero bueno ese no es el punto.

-No lo hagas... por favor.

- Entonces dime como me asegurare que no lo volverás a hacer mmm..... ¿Cómo?- sus ojos estaban rojos quería llorar.

Sin nada que decir baje la mirada y deje las palabras al aire, no sabía que contestarle, como le podía asegurar que no lo volveré a hacer si ni yo misma lo sé cómo asegurarle que no volvería a caer, cerré los ojos y agache la cabeza.

Cuando los abrí de nuevo luego de pensar en mi respuesta ella se encontraba allí frente a mí con su mirada confundida y me volvió a repetir:

-¿¡Cómo!? ¿¡Umm cómo!?- su expresión, su extraña mirada me confundieron aún más y me volví a quedar sin palabras perdí la idea que le iba a decir.

Mi mirada se volvió borrosa no sabía cómo actuar ni que decirle, se me ocurrió decirle -olvídalo olvídate de mí, ignórame déjame sufrir, hundirme en esta fosa sola- pero sabía lo que me respondería, ya me lo había grabado, siempre era la misma respuesta así que opte por omití esa opción.

-No lo sé, aun no sé cómo ni yo misma sé cómo hacerlo- respondí con una voz débil y quebrada mis ojos no aguantaban más y dejaron derramar una lagrima que rodó por mi mejilla.

-No...- dijo aún no se si por verme así o por que no llorara me abrazo con una fuerza y una empatía que no había sentido nunca, nunca había tenido un abrazo así no pude aguantar más y la abrace de la misma forma me solté a llorar, con esto me abrazo más fuerte supe que no me había equivocado al considerarla mi mejor amiga. Después de un rato me soltó.

-Si lo vuelves a hacer esta vez sí me cortare pero no al doble si no al triple por cada una que tú te hagas y nadie ni siquiera tu podrás detenerme ¿De acuerdo?

-Mmm- me mordí el labio inferior y baje la mirada no estaba de acuerdo pero sabía que no la iba a hacer cambiar de opinión debía de parar con esto si no por mí por ella, me subió mi barbilla con su dedo índice para hacerme mirarla.

-¿Prometido?- puso su dedo meñique al aire.

-¿No me queda de otra verdad?- ella negó con la cabeza mientras sonreía- prometido- sujete su dedo con el mío al decir aquello se me hizo un nudo en la garganta y tuve un mal sabor de boca.

Esta es la vencida, esta vez va enserio pensé dicen que la tercera es la vencida pero esta vez no llegara a esto tengo que poder. Tienes que poder no serás tan estúpida como para dejar que ella se lastime por ti la conoces sabes que si lo hará se acabó no más cortes, por ella.