Capítulo Dieciséis

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Helblindi y Byleistr se habían puesto de acuerdo en como podrían desquitarse solo un poco de Thor, no es que lo odiaran, pero como buenos hermanos mayores tendrían que hacerle saber al Odinson que a pesar de que Loki estaba completamente enamorado y de que el rubio se veía un tipo decente, no dudarían hacerle ver su suerte.

Pero para la mala fortuna de los dos alfas, Loki y Thor habían anunciado que efectivamente, el pelinegro ya se encontraba gestando, y no sólo uno, eran tres cachorros los que venían en camino, así que cualquier tontería que hubieran ideado los hermanos mayores del pelinegro tendrían que esperar un poco, Loki no se arriesgaría a que dejaran medio muerto a su alfa y sobre todo al padre de sus hijos.

Friga y Farbauti se encargaron de todos los preparativos, tendrían que hacerlo en un tiempo récord, al ser tres cachorros la pancita de Loki crecería de un momento a otro y preferían hacerlo todo de manera "tradicional"

El mes que durarán los preparativos Loki y Thor viajarían a Jotunheim, el que Loki no dejara a sus hermanos atormentar a Thor no lo liberaría de una antigua tradición en el hogar natal del pelinegro.

La tradición era simple, días antes de la boda los prometidos viajarían hacia los bosques helados, sin más armas de lo que pudieran llevar en sus bolsos de mano, se les proveía comida para solo un día, el alfa sería el encargado de buscar el alimento para ambos, mientras que el omega seria el encargado de buscar un buen resguardo para pasar ahí su estadía.

Laufey permitió que Loki pusiera un hechizo de calentamiento sobre Thor, Friga se lo había enseñado, Loki al principio no hubiera creído que lo necesitaría, pues los embajadores que visitaban su mundo solo estaban ahí para acuerdos, rara vez salían del palacio y si se atrevían a hacerlo sería bajo su propio riesgo y por supuesto envueltos en sus capas más abrigadoras, así que envolver a Thor con ese hechizo había sido una muy buena ventaja en su próxima aventura.

El día para marchar a su viaje había llegado, Byleistr y Helblindi habían pasado los días previos dedicados a hacerle pequeñas bromas a Thor, el rubio había resistido estoicamente, jamás se había quejado con Loki, la buena racha de los hermanos alfa había terminado cuando llevaron al rubio a un pequeño lago para "charlar" y mientras lo hacían  lo habían aventado al agua helada, por supuesto que Loki al enterarse a donde habían ido sus hermanos se había preocupado y había salido detrás de ellos, llegando a tiempo para ayudar a Thor a salir del lago y lanzarle rápidamente el hechizo de calentamiento.

"¡Suficiente!" - Loki les lanzó su mirada más amenazadora que tenia- no me vuelvan a dirigir la palabra hasta que traten a mi alfa con respeto, no se dan cuenta de que Thor soporta sus estupideces solo por mi, ¿o acaso creen que no se puede defender de ustedes?.

Desde ese día hasta esa mañana antes de partir Loki no les había dado ni una mirada a sus hermanos, ni aunque Thor le hubiera pedido que olvidara lo sucedido, le había dicho que seguramente si él hubiera tenido un hermano omega tan lindo como él, también le hubiera sido dicifil entregarlo a cualquier idiota que se le acercara, pero ni así el pelinegro disculpó a sus hermanos.

"Que tengan buen viaje - Laufey se arrodillo frente a su hijo para estar a su altura - te entrego lo más preciado que tengo Thor, es tuyo para cuidar y proteger, regresen a casa con bien"

"Le aseguro que lo haré - Thor se puso a un lado de Loki para roderlo por los hombros - estaremos aquí en tres días"

"¿No te vas a despedir de nosotros? - Habló Helblindi cuando Loki y Thor habían avanzado solo unos pasos - no pensamos que te enojarias tanto por unas simples bromas, te prometemos que no lo volveremos a hacer, a menos de que el Odinson haga algo para merecerlo "

Loki se giro y estiro los brazos, esa siempre había sido la señal para que sus hermanos se arrodillan frente a él para abrazarlo, los dos alfas lo hicieron de inmediato, besaron su coronilla y antes de marcharse Helblindi puso un pequeño trozo de cuero en las manos de Loki, lo había hecho discretamente así que el pelinegro no preguntó de qué se trataba.

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