Capítulo 2 (Centro Comercial)

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//Aclaración, los proximos capitulos serán en tiempo pasado. Cuano esten en el presente, les indicaré al principio de cada capítulo. Pendientes a ese detalle importante. Espero difruten de este y los proximos capítulos, esta sera la unica aclaración que habrá...//

Narra Massimo

-¿Que les parece la nueva ciudad?-preguntó mi padre y mi madre pone sus ojos en blancos.

-No sé ni que decir, tarde o temprano nos tendremos que ir a otro lugar-dijo mi madre y mi padre me mira.

-Te dejaré en tu instituto-dijo mi padre y sólo asiento.

-Y por favor, no quiero que me pongas guarda espalda. No quiero parecer el chico fresita-dije y mi padre asiente. El se detiene frente al instituto y rapidamente me bajo de la camioneta. Me dirijo hacia dentro y me gano muchas miradas. Estaba acostumbrado a esto ya. Saco el papel donde indicaban donde estaban mis salones y derepente choco con alguien y un liquido se derrama por todo el suelo y por toda mi ropa.

-Oh por Dios, lo...lo siento, soy una torpe. En serio perdoname yo...-observo a la pelirroja que intenta recoger todo rapido y con unas servilletas comienza a secar mi ropa con nerviosismo.

-Hey tranquila, sólo es agua-dije y ella me mira a los ojos y yo a ella. Al instante sentí una corriente electrica sobre todo mi cuerpo.

-Yo...yo, se supone que utilice lentes pe...pero no sé donde los dejé yo...-suelto una carcajada al observar que tenía los lentes adornando su camisa.

-Hey, eres muy descuidada, los tienes aquí-dije sacandolos y se los coloco.

-Oh wow, ahora si veo bien-dijo con una sonrisa nerviosa y la ayudo a recoger.

-Muchas gracias por ayudarme, ¿eres nuevo?-preguntó ella y asiento.

-Oh, bienvenido entonces. Mira ya se secó-dijo observando mi playera.

-Te lo dije, eh... ¿me podrías ayudar? es que no sé donde quedan estos salones-dije y ella siente.

-Dejame ver-preguntó y comienza a leer. No podía dejar de mirarla, su estatura, era bastante pequeña, su cabello era pelirrojo y tenía pecas y unos labios muy rosados. Era ella, sencilla y muy hermosa.

-¿Sabes algo?, todas estas clases las tomo yo-dijo entregandome el papel.

-En serio, ah pero que bien esta eso. Porque al menos no estaré tan perdido-dije y ella sonrie.

-Oh rayos, casi lo olvido-dijo ella y comienza a rebuscar en su casillero y veo que saca unos pequeños potes y una inyección.

-¿Te drogas?-pregunté y ella niega.

-No, no, no, en realidad soy diabetica. Tengo que inyectarme esto y no dejar pasar ninguna comida. Es una condición que odio, porque agh, en serio no es bueno muchas veces sentirte debil, otras veces fuerte, tienes que tener muchisimas alarmas para que no se te pase la hora de la comida. En realidad esto es todo una odisea. Esto son insulinas, para mantener mi azucar controlada-dijo ella y asiento.

-Ah, y perdona por mi supocición-dije y ella sonrie.

-Tranquilo, no eres el único. Una vez me llevaron a dirreción y se llevaron la sopresa de que era insulina y no ningún tipo de drogas-dijo ella y suelto una carcajada. El timbre suena.

-Eh... si quieres esperame aquí. Iré al baño a ponerme esto y regreso-dijo ella y asiento.

-Perfecto-dije, ella entra al baño y luego sale y guarda su insulina.

-Por cierto, ahora que lo recuerdo no nos hemos presentado mi nombre es Massimo-dije y ella levanta una ceja.

-Acaso eres italiano-preguntó y asiento.

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