Narra Abigail
Así fueron transucrriendo los días, cada vez sentía ese vacio en mi corazón. El amor de mi vida se había ido. Lo extraño, todo me recuerda a él. No e podido dejar de llorar, me veía demasiado decaída, pero nececcito ser fuerte por mi hija. Tengo que luchar por ella, hoy era el día numero 8 dede que Massimo se fue, así que decidí dejar el apartamento y mi padre era quien iba a entregar las llaves a Massimo.
-Hola cariño-dijo Margaret, entrando a mi habitación.
-Hola-dije y ella me abraza.
-Te e traido comida, apenas has comido en estos días-dijo Margaret y le regalo media sonrisa.
-Gracias-dije y observo el anillo de mi dedo.
-Creo, que este anillo no debe estar conmigo. Este anillo tiene un gran valor para Massimo-dije, me quito el anillo. Mis ojos se llenan de lagrímas y lo coloco en la caja.
-Margaret, ¿puedes darle esto a papá?-dije y ella asiente.
-Cariño, ¿segura que quieres hacer esto?-preguntó Margaret y mis lagrímas no tardaron en salir y asiento.
-Sí-dije y agarro la bandeja para comer.
Narra Massimo
-Hijo, aqui esta Daniel-dijo mi madre, rapidamente bajo las escaleras rapidamente.
-Hola-dije y lo abrazo y el a mi.
-Vengo a entregarte unas cosas-dijo Daniel, lo primero que me entrega es la caja del anillo de Abby, cuando la abro veo el anillo. Mis ojos se llenan de lagrímas.
-Esto es de Abigail-susurré y Daniel niega.
-Además, toma esto-dijo sacando las llaves del apartamento.
-Abigail esta con nosotros, ella quiso que te entregara esto personalmente-dijo Daniel y niego.
-Ese apartamento es para Abigail y para mi hija-dije y Daniel me mira.
-Bueno, ya debo irme-dije y miro a Daniel.
-No puedo aceptar esto-dije devolviendole las llaves.
-No Massimo, no las aceptaré. Debo irme-dijo Daniel y se va. Entro a la casa y mi madre me mira.
-No saben cuanto los odio-dije y estallo en llanto. Entro a mi habitación y me encierro.
*****
Llego a la casa de Daniel. Me bajo de mi coche y bajo las cosas que le compré a la bebé. Toco la puerta y para mi suerte quien la abre es Abigail. Ella se veía muy decaída, su mirada estaba apagada. Estaba con una playera y una coleta de caballo mal echa.
-Hola-dije y ella sólo me regala media sonrisa.
-Hola-dijo desanimada.
-¿Cómo estas?-pregunté y ella sale y cierra la puerta.
-Bien-dijo y la miro.
-Le traje unas cosas a la bebé-dije y ella asiente.
-Oh gracias-dijo y la miro.
-Le e comprado una cuna a la bebé, y una silla mecedora-dije y ella asiente.
-Dejalas ahí, gracias-dijo Abby y saco las llaves del apartamento.
-Ten-dije y ella niega.
-No, ya estoy arreglando unos asuntos para ver si me aprueban un apartamento-dijo Abby y la miro.
-Abby, mi deber es protegerte a ti y a mi hija. Este apartamento es para ustedes-dije y ella niega.
-Usalo tu, bueno, tengo cosas que hacer-dijo Abby dandose la vuelta y abriendo la puerta para entrar.
-Me dio gusto verte-dije y ella asiente.
-Igual-dijo Abby y cierra la puerta.
*****
-Estoy muy feliz, pronto nos vamos a casar-dijo Sabrina y sólo asiento y apago el televisor. Me doy la vuelta dandole la espalda.
-Descansa-dijo ella y los recuerdos comenzaron a invadir mi mente y eso causó que mis lagrímas no tardaran en salir. Sabrina se había quedado dormida, yo decido irme a darme una larga ducha. Cierro mis ojos y me comienzo a imaginar a Abigail.
Abigail, me abrazó por detrás. Siento su aburtado vientre en mi espalda, me doy la vuelta y ella me observa con una hermosa sonrisa. Agarro su rostro y lo beso.
-No sabes cuanto te amo-dije y Abigail se arrodilla frente a mi.
-Yo más-dijo con una sonrisa pervertida. Lleva mi miembro a su boca. Echo mi cabeza para atrás disfrutando de lo que Abigail me hacía. Abro mis ojos al sentir que alguien me abrazaba por detrás, cuando me doy cuenta veo a Sabrina. Rapidamente la empujo, tomo la toalla y salgo de la ducha.
-¿Me puedes explicar que es lo que acaba de pasar?-preguntó y la miro.
-Respeta, si hubiese querido que vinieras te hubiese avisado-dije muy molesto colocandome los boxers.
-Okey, si seremos una pareja, nececitamos tener intimidad-dijo Sabrina y la miro.
-Eso lo dicen los papeles, pero sabes muy bien que jamás te amaré como lo hice con Abigail-dije acostandome y ella se acuesta también.
-Bien, descansa-dijo Sabrina.
Narra Abigail
-Muy bien, vamos a ver a tu niña-dijo el ginecologo. Y comienza a hacerme el ultra sonido.
-Tu niña esta en perfecto estado-dijo el ginecologo, salgo de la consulta y me doy cuenta que tengo muchisimas llamadas perdidas de Massimo. Decido llamarlo.
-Hola-dije.
-Hola, disculpa que no haya podido ir a la consulta. Se me presentó un imprevisto-dijo Massimo y pongo mis ojos en blancos.
-Bien, pues adiós-dije y cuelgo.
-¿Abby?-escuché una voz detrás de mi. Cuando me doy cuenta veo a Lucas.
-Lucas-dije y el me abraza.
-Oh pero mira que sorpresa-dijo observando mi vientre.
-¿Cómo has estado?-pregunté y el sonrie.
-Bien, supongo que estabas con mi hermano, el es tu ginecologo-dijo Lucas y asiento.
-Sí-dije y el me mira.
-¿Dónde has dejado a Massimo?-pregunté y mis ojos se llenan de lagrímas.
-Massimo y yo no estamos juntos-dije y el me mira.
-Oh, lo siento. No llores, por favor-dijo y me abraza.
-Abby, te invito a un helado-dijo Lucas y suelto una carcajada.
-Acepto tu invitación-dije y nos vamos por un helado.
-¿Estas de vacaciones?-pregunté y el niega.
-No, realmente e venido a vivir aqui-dijo Lucas y asiento.
-Que bueno-dije y el observa mi vientre.
-¿Que esperas?-preguntó y miro mi vientre.
-Una niña-dije con una sonrisa.
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Ámame
RomantizmSer hijo del narcotraficante más peligroso no es nada facil, siempre estar huyendo y no estar estable en un lugar. Massimo, es el hijo del narcotraficante y en uno de sus cambios en la universidad conoce a una chica de la cual se enamora profundamen...