Interrogantes interrumpidas.

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Jaime.

No podía descifrar aún el por qué observar al Nico cuando dormía le traía tanta paz. Inconscientemente acariciaba su mejilla y observaba el vaivén de su pecho al respirar... Se sentía agotado, pero no tanto como para dejar a su amado solo. Sonrió tomando una de sus manos para depositar un pequeño beso en el dorso de esta. ¿Cómo podía un ser tan frágil y bello como él amarme a mí? Principalmente ¿Cómo lo hace para soportarme? Siguió acariciando su mano, y se puso a divagar sobre lo ocurrido hace poco. El Nico... La felicidad que sentía era angustiante, pero siempre se sentía así cuando algo lo hacía muy feliz. Porque siempre esperaba a que llegara lo peor. Volvió a sentir aquella molestia en su hombro por ayudar a limpiar la casa y dejarla decente. Un Edgar salvaje me ayudó antes de que llegaran unos cuatro tipos que los padres del Nico enviaron, junto a un médico que pudo atenderlo debidamente. Limpió por todos lados, lo principal fué hacer las camas, dejó al Nico allí cuando se puso a hacer lo demás y al terminar de hacer todo, lo encontró así, plácidamente dormido. No pudo evitar que se le derritiera el corazón de ternura. Como tampoco pudo evitar robarle unos cuantos besos... Todos se marcharon luego, dejandolo al Edgar y a él solos en la ahora limpia casa, se ganó sus merecidas chuchadas por parte del ruliento.

-¡Pero como conchetumare te pierdes en la calle donde te criaste weon! Y ma'encima en un puticlub, corta el webeo.

Estaba mas cansado que la cresta, por lo que andaba con unas ganas de putear csm...

-¡Fué un puto accidente, aweonao! Pero esta wea... no la perdonaré jamás.

El Edgar alzó la vista hacia mí a la vez que sus manos caían entre sus piernas.

-No sé cómo chuchen no te volviste loco con todo esto... Yo también tengo mis sospechas por lo del Bestia. Si ese culiao como que odiaba más aún al Nico weon... Está mal ese compare'...

Miró de soslayo al Nico mientras aparecía una sonrisa triste en su rostro. Debe ser duro volver a tener a tu amigo en ese estado...

-Pero aún así... no te he dado las gracias debidamente por cuidarme a este culiao... Aunque tengo mis miedos, no sé qué haría sin él. Por eso no lo hagai sufrir mucho. ¿Vale?

Su mirada era tan sobrecogedora que me impresionó el no inmutarme ni un poco. Asentí antes de ofrecerle mi mano, la tomó con una sonrisa.

-No te prometo nada culiao, sólo te digo que si todo esto se me sale de las manos... Todo será mi culpa y me iré para evitar más problemas. Pero no me iré sin llevarme un par de culiaos a la tumba.

El golpe que me dió en la cabeza me dejó medio...

-¡Aweonao no hablí' weas!

Eso. En fin, abrazó al Nico y con un "Te quiero, amiguito." Se fué a ayudar a su mamá a la feria. Dejé escapar un largo suspiro mientras me apoyaba en la puerta. Ya era hora... Fué hasta donde estaba la única persona que quería que estuviera despierta...

Se acurrucó junto al Nico, atrayendolo cerca de su pecho, automáticamente su amado lo abrazó. Sonrió mientras le acariciaba el cabello... Tenían muchas cosas de las qué hablar, sabía que debían hablar bien de lo que estaba sucediendo. Y él debía encontrar el modo de hacer que todo esto parara. Le dolía el corazón de la ira que sentía al ver el cuerpo herido de Nicolás... ¿Por qué esos weones ahora le quieren hacer la vida imposible? Suspiró un tanto frustrado. A este paso, veo que no hay momento en que el Nico pueda ser feliz a mi lado... Escondió su rostro en el cuello del Nico, no quería deprimirse, como sea debía protegerlo, y ahora si que no permitiría que ese par de aweonaos lo tocaran.
Primero que todo, estaba claro que esos culiaos querían webiarme, pero el por qué... requiere una respuesta en persona. Aunque muera en el intento, no dejaré todos los cabos sueltos respecto al Bestia. Desde un principio sospeché de él, sabiendo como era de imbécil... No le sorprendía en absoluto el que fuera así de cuático. Pasó una mano por su cara recordando como el Bestia le pegaba al Nico en el pasado, fueron varias las veces en que tuve que separarlo de él... Me daba cuenta que a uno de los dos odiaba, o al Nico o a mí. Pero a los dos... No estaba seguro, quizás sí. Recordaba la sonrisa de satisfacción que le ofrecía al separarlo del Nico... No sé qué pasaría por la mente de ese weon. Un mal presentimiento permanecía quieto en su interior, necesitaba respuestas. ¿Pero qué le hice? ¿Por qué hace esto? Paró su maratón de preguntas sin respuesta al sentir como el Nico le acariciaba la barba, al mirarlo este tenía los ojos entreabiertos, le sonrió antes de decir un casi imperceptible hola.

-Soñé que me sacaban la chucha... Y tú no estabas...

Agarró con firmeza mi polera, lo abracé con cuidado y besé sus labios, no quería que llorara otra vez.

-Eso pasó, mi amor... Pero, no me iré otra vez de tu lado.

Se río levemente para mirarme a los ojos.

-¿Ni para ir al baño?

-Ni siquiera para eso.

Acaricié su mejilla sin dejar de mirarlo a los ojos, sentía como en solo esa mínima conexión hicieramos tantas cosas, la manera en que me hace enfocarme en nuestra felicidad, la manera en que sigue sonrojandose, la manera en que este amor va en aumento a cada beso de su parte, a cada caricia, a cada te amo...
Temo el romper la conexión, en llevarla a límites que ni nosotros podremos soportar. Pero quiero llevarlo más allá, quiero más de él que no me importa el sentirme menos. Pero temo... Temo el ser el mayor caos perturbando tu sereno paraíso...

-Nico... ¿Sabías que cuando chico maté una paloma?

Me miró raro antes de regalarme una hermosa risa... Vaya, como necesitaba oírla.

-¿En serio? Pucha, pobrecita... Que erai' malo, Jaime.

Hice que se pusiera de espaldas para hacer cucharita. Aspiré el aroma de su nuca, haciéndole cosquillas con mi nariz, ya que se estaba riendo.

-Si sé, pero tenía hambre. Y según yo, esa wea era igual que una gallina.

Seguía riéndose, weon pesao... De verdad en ese entonces estaba cagao' de hambre. Si vivía en un orfanato po.

-¿Y al final te la comiste?

-¡Tay' más weon! Con solo tocarla caí enfermo. Dos meses en cama, comiendo pura jalea...

Sonreí al sentir como se reía, era mi todo este weon. ¿Saben?

-Ohhh, weon... Me caes tan bien, Jaime culiao.

Mordí levemente su oreja para contestarle.

-¿Por eso me amai'?

-¿Y quién dijo que te amaba?

Lo miré serio y me paré de la cama para ir a buscar a... ¡Alguna weá!

-Booooou, si es webeeeeeo, mi amor.

Se agarraba de mi polera mientras yo limpiaba un poco.

-Déjame.

Hacerse el difícil era la clave.

-Oye, ya po...

Me manoseaba bastante... Ahora esto tenía un gran grado de dificultad. Piedad.

-Nico, corta el webeo.

No fué hasta que rozó su mano en mi entrepierna que lo tomé de la muñeca y lo acorralé contra la pared. Recargandome aún más mi entrepierna en la suya, creo que estaba igual que yo...

-Te lo advertí.

Se mordía el labio a la vez que sonreía haciéndose el lindo, por la chucha. Me besó cuando pasaba sus manos por mi torso, se retorcía bastante bajo mi presencia. Seguí frotándome contra él, ganandome unos cuantos gemidos de su parte. Cuando iba bajando mi mano hasta su cierre, lo miré, tenía la boca entreabierta y las mejillas teñidas de un rosa suave. Se... veía..
Y tocaron la puerta.
¡LA PUTA QUE ME PARIOOOOOO!

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JIOJIOJOOOOOO, lo siento. ¡Tenía que hacer esto! Jajajaja xD he vuelto, extrañé la novelitia.♡ Recuerden que mañana no hay tenis ;-;

Our Present. {Jaidefinichon.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora