¿Bailas?

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Jaime.

El estar acostado en su cama viendo como volaba una solitaria mosca por su habitación, no era muy productivo que digamos. Además no tenía oportunidad alguna de ver al Nico, ya que ahora tuvo que trabajar con sus padres en la tele o algo así. No sé por qué quiere trabajar, fácilmente puede ser un mantenido... Lo que me lleva a: ¿Y que hay de mí? ¿Qué haré yo? No tengo idea de como pasé 4° Medio, ni qué trabajo conseguir. Realmente no sé. Ni siquiera puedo ver a mis "amigos" si es que tengo... Desde todo lo que pasó entre el Nico y yo, los cabros se alejaron bastante de mí. Y mucho más el Bestia.
Se detuvo en ese pensamiento, no tuvo el coraje de seguir indagando en aquella persona. No quería sacar conclusiones ya que no lo llevarían a ningún lado. Apoyó sus brazos en el marco de la ventana abierta. Observando con más detalle el barrio en que creció.

Una basura.

Suspiró, se sentía atrapado y sin nada que hacer. De pronto algo llamó su atención, era un pequeño gato y al parecer estaba herido. Esperó hasta que el animal pudiera trasladarse solo por en medio de la carretera, los autos pasaban muy cerca del pequeño animal. Rascaba su nuca del nerviosismo y soltó un suspiro cansado.

No puedo creer que vaya a hacer esto.

Llegó corriendo a la entrada de su casa y corriendo llegó al lado del indefenso animal. Lo tomó entre sus brazos y justo antes de que pasara una camioneta, de un salto llegó hacia la otra acera.

Mierda...

-¡Ah, la wea! Casi pude haber muerto y todo es por tu culpa.

El pequeño animal no hacía más que ignorarlo, trataba de escapar de los brazos de su captor. Tenía un pelaje blanco y negro, pero en los sectores blancos estaba un poco sucio. Jaime se sentía tan cansado, que solo lo soltó con un gruñido.

-Ni se te ocurra seguirme, cochino qlo.

Luego de lamer con tanto esmero su pata trasera, el gato corrió, perdiéndose entre el jardín de la vecina loca que siempre retaba a los recogedores de basura. No quería volver a los confines de su habitación, por lo que comenzó a caminar. No se había percatado cuanto había recorrido a pie, se dió cuenta de que ese lugar no era uno conocido. Si ya el sector era en sí espantoso, ahora daba mucho miedo. Sintió una vibración en el bolsillo de su pantalón, verificó si venía algún ladrón o algún flaite que pudiera robar su tan preciado y nuevo celular. Era un mensaje del Nico.

"Terminé de trabajar, estoy en casa. Mis padres se quedaron allá. ¿Quieres venir? Y... te amo."

Sonrió como idiota y se detuvo. Ya que inconscientemente había comenzado a caminar. Cuando terminó de redactar el mensaje de respuesta al Nico, no tenía señal ni saldo. ¡Pero si se lo había regalado el Nico hace 2 semanas no más! Guardó el inútil aparato con frustración y se puso el gorro de su poleron. Ya empezaba a hacer frío y la oscuridad se hacía cada vez más hostigante. No sabía donde se encontraba, nada le parecía muy familiar en ese sector.

¿Que wea hago acá?

Pudo divisar a lo lejos unas luces de colores. Bueno, a la vez que se acercaba se dió cuenta de que era una discoteca. Le pareció bastante extraño, entre tanta miseria, algo tan colorido y lleno de personas. ¿Habrá alguien conocido ahí? Espero que sí, porque ya estaba entrando al local. Aprovechó a que el guardia estuviera distraído mirando el trasero de una chica. Se rió, pero se le borró la sonrisa en seguida al ver tanta gente. Y el verla siendo iluminada por luces rosadas... Le traía un muy muuuuy mal presentimiento.
Sí, era una discoteca gay. Trató como pudo pasar por todas esas personas que bailaban muy apretadas y tuvo que hacer maniobras dignas de un gimnasta para no pasar a llevar los tragos que tenían en sus manos. Divisó la barra entre todo el caudal de gente apretujada y como pudo, salió de ahí. Al parecer era la pista de baile. Al llegar le faltaba el aire y tuvo que tomar varias respiraciones profundas. Lo peor era que el respirar no era tan placentero, ya que había múltiples sustancias aromáticas no muy gratas en el ambiente. Se quitó el gorro y miró el lugar, era muy pequeño, demasiado para el total de personas en él. Quería una Coca Cola o algo para calmarse, no andaba con plata, ya que todo esto empezó con un gato y terminó con una ida a la disco gay del barrio. Nunca pensó estar en un lugar así, de hecho le daban asco. Mucho asco. Pero mira como se sobajean, aaaaah. Dejó de mirar, porque si seguía seguro sacaría una pistola y se mataría. Y saldrían las letritas de: *Jaime a elegido la salida fácil.*
Estaba inclinado sobre la barra, en una posición bastante homosexual, pero era cómoda, debo admitirlo. De pronto un vaso llegó a mi lado. ¿Esta wea llegó sola o...
A su lado estaba un tipo bastante gay. Sí, fué lo primero que se le vino a la mente. Pero bueno, estaba en un bar gay, y darle tragos a la gente es gay. Y yo no soy gay. Miré con mala cara al tipo y esté solo bajó la mirada con una amplia sonrisa. Tenía bigote, una polera negra apretada y tatuajes weones. Nah... no quería que este weon viniera y...
El tipo agarró el vaso que al parecer era de él y se lo tomó al seco.

-Puta weon, no iba a desperdiciar esto. Si igual salió caro.

No quería ni hablarle, pero el tipo se veía agradable. Suspiré y le sonreí amablemente.

-Bueno... Es que no estoy acostumbrado a esto. Nunca había estado en un lugar así.

El tipo me miraba atento, luego a la pista de baile. Con una sonrisa, sacó un cigarrillo y lo puso entre sus labios. Luego se dirigió a mí.

-Y... ¿Me dirás tú nombre?

-No.

Está más weon.

Siguió sonriendo y me miraba con curiosidad. Puta que soy bueno describiendo saco weas.

-Chucha, ya... Y ¿Tienes fuego?

-No.

Este weon me estaba aburriendo, mejor busco la salida de esta wea, el Nico debe estar preocupado. El solo recordarlo me hizo sonreír, pero le sonreí al tipo, y este en seguida se acercó más a mí. Mi rostro cambió por completo.

-Tranqui...

Miró la pista de baile mientras quitaba el cigarrillo de sus labios y lo ponía en detrás de su oreja.

-¿Y bailas?

La wea me dió tanta risa que le dije que sí, lo haré pasar vergüenza frente a todos los maricones de la wea. Vale decir, que me movía menos y peor que Pirinoli.

-¿Aún no te acuerdas de mí?

Lo miré confundido y dejé la especie de baile satánico que estaba haciendo a medias.

-Eh... No wn.

Se acercó y me besó igual de rápido que su respuesta.

-Soy el Iván, ese pobre weon que acosabas antes de que te centraras en Gaule. Y la pasamos muy bien... ¿Recuerdas?


Our Present. {Jaidefinichon.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora