Epílogo. (*'˘'*)♡

458 62 24
                                    

Jaime.

El cielo se vestía de diamantes, eran demasiados para que mi mirada los abarcara, eran demasiados y tan reales. Ahí venía el fuego, dejando nada más que una tenue luz carmesí, y sin despegar mi vista, las lágrimas en mis ojos me acompañaban. Susurraban en su andar cuán acabado y solitario estaba. Que la chispa de esperanza titubeaba en si seguirme o no, en que el futuro que se aproximaba, no era nada bueno... Como el abundante invierno.

El sueño era inquietante, dió vueltas en su cama para abrazar el cuerpo de su amado, abrió sus ojos con extrañeza al ver a nadie a su lado.

¿Dónde estaba el Nico...?

La desesperación crecía, los latidos de su corazón lo delataban en eso. Pero al mirar a su alrededor, las paredes tan blancas, las barras de metal... Cierto... Estaba en la cárcel. Se quedó meditando, sin despegar su vista de la reducida ventana que había sobre el sanitario.

¿Así es como se sienten las aves?

Muchas veces se sintió de la misma forma, pero lo agradecía... Pero ahora mismo, solo quería estar con Nicolás, el era su libertad... Era todo lo que necesitaba. Su cuerpo protestaba al no estar acostumbrado a tanta incómodidad. Sabía que... En algún momento explotaría. Lo bueno era que ya no tendría que preocuparse por sus pequeños ataques de ira. Estaba en la cárcel. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Bajó sus pies de la cama, el piso era tan frío como el ambiente en sí. Un guardia con prominente barriga y uniforme se paseaba por el pasillo, ponía una de sus manos en su bolsillo, mientras que con la otra sostenía con fuerza una luma. Ambos nos mirábamos de manera asesina, y yo no sería quien la apartara primero.

-Miren... Despertó el maricón. ¿Tienes hambre, mi amor?

Si no dejaba de apretar su mandíbula, no le quedarían dientes.

-No tengo hambre, pero vo' deberiai' dejar de comer po', guatón culiao. Chancho de mierda.

Mientras decía esto, se levantó y caminó hasta quedar frente al gendarme gordinflón. Un par de barras de metal los separaban, la cara del gordo estaba roja de rabia, iba a sacar su luma para intentar golpearlo, pero el fué más rápido y lo golpeó en el estómago. Haciendo que se retorciera en su lugar.

-¡Con... Chetumadre...! Tú... Maraco de mierda... Voy a hacerte la vida imposible... Yo te conozco, Navarro...

Solo cuando se fué pudo meditar bien las palabras que le dijo. Entonces era conocido... ¿Pero por qué? Aún era temprano para romperse la cabeza pensando. Le trajeron comida, mejor dicho, se la lanzaron. No tuvo ganas de comer, así que lo despacharon al patio... Una mierda de patio. Decidió recorrer el asqueroso lugar, sentía todas las miradas en su nuca, y estaba atento a cualquier cosa. Al parecer se dirigía a un lugar no muy concurrido...

Ahí, sentado sobre el suelo, estaba un hombre, de no más de 40 años. Con una navaja entre sus dedos. Se alertó por eso, se decidió a alejarse lentamente... Pero ya era demasiado tarde, el hombre se volteó y apoyó la navaja en su cuello. Había sentido algo así ya... Pero no dejaba de ser aterrador. Cuando miró el rostro del hombre, sus brazos cayeron a sus costados. Abrió mucho los ojos... Y su mente se llenó de malos recuerdos...

-¿Papá...?






...


Escuchaba la manera en que temblaba entre mis brazos, pero dispuesto estaba, a mostrar mi amor.
Escuchaba los pequeños pestañeos, y las sinceras caricias, pero dispuesto estaba, a mostrar... Odio.

¿Qué puede hacer un prisionero? Odiamos la cárcel, pero vivimos encarcelados en nuestra realidad.
Escuchaba los gritos de auxilio... Pero no estaba dispuesto a ayudar... ¿Lo hicieron conmigo?





Gracias por leer esta historia cortita. La verdad no soy mucho de agradecer por aquí... Y es que no tengo palabras. Con tan poco, veo que a muchos les gusta. Y les agradezco eso. <333

Son las mejores, y bueno.

Prepare your anus for...

Our Future. ( ͡ ͡° ͜ ʖ ͡ ͡°)

La pulenta hermano! Se viene weno! (っ͡° ͜ʖ ͡°c)





Our Present. {Jaidefinichon.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora