𝒊𝒊𝒊. 𝗪𝗲 𝗺𝘂𝘀𝘁 𝗳𝗶𝗻𝗱 𝗵𝗲𝗿

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𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖳𝖱𝖤𝖲 | 𝗗𝗘𝗕𝗘𝗠𝗢𝗦 𝗘𝗡𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗔𝗥𝗟𝗔

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𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖳𝖱𝖤𝖲 | 𝗗𝗘𝗕𝗘𝗠𝗢𝗦 𝗘𝗡𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗔𝗥𝗟𝗔

Las hermanas se encontraban en un árbol. La mayor de ellas estaba sentada en una de las ramas del árbol mientras dibujaba una graciosa caricatura de su hermano. Abajo se encontraba Aleen tocando una pieza en su violín. Siempre que las chicas hacían estas actividades las hacían juntas porque una le daba paz a la otra y mayor concentración.

Para Aleen la música era simplemente arte, tan delicado que amaba cada nota con pasión. Quizás ella no era la mejor tocando su instrumento, pero disfrutaba interpretar cada melodía.

La canción que estaba tocando le recordaba mucho a su madre. Cada acorde que hacía la llevaba a hundirse más en sus pensamientos, que fueron interrumpidos cuando Sherlock llegó.

───También me gusta dibujar.───La castaña dejó su violín a un lado para escuchar mejor lo que su hermano decía. ─── Me ayuda a pensar y a ordenar mis pensamientos. ───Luego la miró a ella. ───En mis tiempos libres practicaba el violín.

De los labios de la menor salió una débil sonrisa.

───A mi también...───Respondió Enola, sin embargo no pudo continuar hablando cuando su dibujo cayó cerca de su hermano mayor. Ahogó un grito cuando vió que este lo tomó.

La reacción del hombre no fue la que la castaña esperaba.

───Una caricatura...Será mejor que Mycroft no la vea.───Dijo el mayor con fascinación. Aleen se preguntó que había dibujado su hermana así que con la curiosidad a mil se acercó un poco para ver el papel que sostenía el detective.

Colocó sus manos en su boca intentando ocultar las carcajadas que amenazaban por salir.

───Tocas muy bien el violín Aleen.

───Gracias...

El asintió y bajó la mirada por un momento, pensaba que su hermana sería más social.

───¿Planean quedarse ahí?

───Buscabamos privacidad.───Habló la mayor por las dos, como hacía la mayoría del tiempo.

───Lo último que recuerdo es que tú Enola eras muy tímida y tú Aleen eras demasiado extrovertida.

Aleen frunció el ceño. Ella también recordaba eso, pero últimamente ya no era así, se había vuelto sumisa, bastante introvertida para su gusto.

───Enola siempre llevaba con ella una piña envuelta en una tira de lana.

───Recuerdo eso.───Intervino la menor.───La llamábamos Dash.

───Habías oído que la reina Victoria tenía un perro llamado Dash, y tú querías uno igual.───Miró a la hermana mayor que estaba bajando del árbol.───Jamás quería usar pantalones, siempre estabas exponiendo el trasero. Son todos mis recuerdos de tí.

───Gracias, ahora olvídalo....¿Una piña llamada Dash? Suena ridículo.

───Eso mismo decía Aleen cuando empezaste a hacerlo, pero luego le tomó cariño.














La menor de las hermanas estaba durmiendo plácidamente hasta que un ruido en su habitación hizo que se empezara a despertar.

Extrañada miró a los lados intentando ver al causante del ruido. Se vió aún más confundida cuando su hermana se colocó frente a ella con una vestimenta bastante peculiar.

───¿Qué sucede? ¿Qué haces con ropa de varón?

La menor se reincorporó y retiro sus sabanas para mirar mejor a su hermana quien se había sentado a su lado y había empezado a contarle lo que descubrió.

───Nos iremos de casa, Aleen. Tenemos que buscar a mamá.

La oji-claros no dudó en asentir.

───Rápido, buscaré ropa de Sherlock para que te pongas.
















Las chicas se encontraban buscando un vagón vacío en el que nadie las viera para poder pasar el viaje.

Claramente no pudieron ir a la estación local, así que escogieron una linea distinta, no tenían otra opción. Su hermano era uno de los mejores detectives lo cual implicaba que con pistas claras el no tardaría en encontrarlas.

Aleen se asomó en un compartimiento y al verlo vacío con solo una maleta le hizo señas a su hermana para que pasaran.

Se sentó frente a Enola y quitó el saco que le había robado a Mycroft, le daba demasiado calor.

Para sorpresa de las hermanas escucharon un estornudo. Y no era ninguno de las dos que había estornudado, se miraron extrañadas.

En ese momento salió una mano de la maleta que estaba ahí, esa misma extremidad empezó a hacer esfuerzo, más en el intento cayó del maletero al suelo.

───¿Pero qué?

Aleen abrió su boca en una perfecta "O" al ver a un chico ahí.

───¿Qué tal?───El castaño habló cortesmente mientras terminaba de salir de la maleta con esfuerzo.

La menor se alertó y se levantó rápidamente del asiento, buscó algo con que amenazarlo y agarró lo primero que vió a su alcance, una bara.

───Se te agradece que por favor salgas de este vagón.

───No puedo, me estoy escondiendo. ¿Sabes lo que es sobornar a el maletero para que me subiera al tren?───Miró a las chicas─── de verdad que fue todo un desafío.

𝐇𝐎𝐋𝐌𝐄𝐒 ; t𝖾𝗄𝗐𝗌𝖻𝗎𝗋𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora