𝐇𝐎𝐋𝐌𝐄𝐒 ; t𝖾𝗄𝗐𝗌𝖻𝗎𝗋𝗒

𝒗𝒊𝒊𝒊. 𝘁𝗵𝗲 𝘄𝗶𝗱𝗼𝘄 𝗘𝗻𝗼𝗹𝗮

𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖮𝖢𝖧𝖮 | 𝗟𝗔 𝗩𝗜𝗨𝗗𝗔 𝗘𝗡𝗢𝗟𝗔

Las hermanas ahora se encontraban en 𝘉𝘢𝘴𝘪𝘭𝘸𝘦𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘏𝘢𝘭𝘭

El plan era sencillo, lo tenían todo para que saliera a la perfección. Enola buscaría ser contratada para investigar el caso del Lord Tewksbury, mientras Aleen interrogaba e inspeccionanaba a todos los trabajadores.

Con ayuda de Sarahi, las dos fueron el día anterior a una tienda y le compraron a Enola un traje que la hiciera parecer una viuda y a Aleen ropa de chico para camuflajearse mejor y pasar desapercibida. Ahora la joven castaña caminaba lentamente por los jardines, logró divisar a un chico que se veía mucho más pequeño que ella, quizás unos 13 años o menos.

Se acercó al muchacho y le preguntó que sabe sobre 𝘛𝘦𝘸𝘬𝘴𝘣𝘶𝘳𝘺, el joven realmente ni siquiera respondió, entonces por impulso Aleen lo tomó del cuello y lo elevó un poco, el muchacho inmediatamente largó a llorar, típico de niños.

Rápidamente al ver lo que hizo se sintió mal por el, así que lo soltó e intentó arreglar lo cometido diciéndole palabras de consuelo, sin embargo, el chico no dejó de lloriquear, por lo tanto Aleen resignada se fue de ahí para empezar a adentrarse al verdoso bosque de la mansión.

Ahora Aleen se encontraba sentada encima de un tronco que estaba a la mitad. Esperaba a Enola la cual había tardado un poco más de lo esperado. De un momento a otro llegó junto a su hermana y las dos empezaron a caminar mientras Holmes mayor le explicaba un poco sobre lo sucedido en 𝘉𝘢𝘴𝘪𝘭𝘸𝘦𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘏𝘢𝘭𝘭.

───Aleen, mira───Enola señaló una rama que estaba en el monte.

───¡Oh por Merlín!───Aleen se acercó exaltada.───Tewksbury dijo que le había caído una rama de árbol encima mientras recolectaba hongos y... ───Dijo tocando la áspera corteza.───Este árbol fue cortado───Aseguró la castaña luego de analizar todo su entorno.

Enola fue inspeccionando mientras Aleen pensaba en que Tewksbury era más inteligente de lo que ellas se imaginaron.

Las dos se detuvieron cuando vieron una especie de casa del árbol, compartieron miradas y no bastó ni dos segundos para que las Holmes ya estuvieran dentro de la casa.

Las dos revisaban las cosas de Tewksbury consiguiendo así un libro rojo que estaba puesto sobre una mesita, Aleen lo tomó y vió que el contenido trataba sobre descripciones de flores.

───Es más listo de lo que supuse───Expresó lo que minutos atrás había pensado.───Enola, todo este tiempo Tewksbury ha estado engañando a los investigadores.

La mayor se confundió por un momento, sin embargo, no pudo responder pues una voz femenina las interrumpió e hizo que se callaran abruptamente.

───No es tan estable como piensas. Algunas ramas son caprichosas.

Enola se acercó a la entrada de la casa del árbol, al ver que la que hablaba era la abuela del Vizconde no dudó en bajar para empezar a entablar conversación. Por otro lado Aleen era ajena al diálogo que tenía su hermana con la señora, no lograba escuchar mucho e inevitablemente se puso a pensar en el pobre chico.

Pasaron aproximadamente 5 minutos en los que la castaña estuvo en un pequeño trance, un golpe en el techo hizo que saliera de él, con cuidado se asomó y vió una paloma con lo que parecía ser una bellota, decidió ignorar eso y miró a sus alrededores para saber si era conveniente salir de ahí.

───No me gusta este sitio.

Y justamente en este preciso momento Enola y Aleen se encontraban caminando por el mercado de "Covent Garden", Brigitte se había ofrecido amablemente en traerlas así que llegaron al lugar siendo guiadas por la rubia que poco tiempo se fue, ya que, su madre necesitaba de ella.

───Aleen, que te parece si nos dividimos. ───Enola no esperó a que su hermana le respondiera pues apenas vió una cabellera castaña la dejó sola.

La oji-verde buscó con la mirada una mata de pelos castaños, y no consiguió nada hasta que su mirada dió con un puesto no tan lejano a donde estaba ella, tal parece que las dos hermanastra habían visto lo mismo pues Enola ya se encontraba caminando hacia el Vizconde

───Yo lo hice───Fue eso lo que escuchó Aleen apenas se posicionó a un lado de su hermana.

───Nosotras lo hicimos───Corrigió con una sonrisa tensa, Aleen no había escuchado lo que Enola había dicho, pero estaba segura de que estaba diciéndole que se escondió mal o algo por el estilo.

───¿Por qué?───Balbuceó inseguro tragando saliva nervioso dudando si en decir lo de que lo estaban buscando o no.───¿Vienen por la recompensa?

Aleen abrió la boca por unos segundos intentando decir algo, sin embargo, no hubo palabra que saliera de su boca.

───¿Una recompensa?

───Vaya, si es así. Entonces...───El silencio en el ambiente reinó la conversación, solo se escuchaba el bullicio de las personas comprando. ───Deberíamos atarte y entregarte.

Aleen dramatizó haciendo una señas con sus manos. Como consecuencia Tewksbury se echó para atrás temiendo de que de verdad las hermanas lo fueran a entregar

Aleen rió de manera inevitable.

───Oh por Dios, eres tan ridículo.

───Y pensar que eras un genio───Se burló Enola por la reacción del Vizconde.

───¿Enserio llegaste a pensar que te entregaríamos?───Preguntó incrédula Aleen con en el pensamiento de que Tewksbury se alejaba de ellas por miedo, sin embargo, grande fue su sorpresa cuando el chico se acercó a ella con un tulipán rosado en su mano y una sonrisa de lado.

───Una flor para otra flor.

Elogió el chico sintiendo miles de mariposas revolotear en su estómago.