𝒊𝒗. 𝘃𝗶𝘇𝗰𝗼𝗻𝗱𝗲 𝘁𝗲𝘄𝗸𝘀𝗯𝘂𝗿𝘆

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𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖢𝖴𝖠𝖳𝖱𝖮 | 𝗩𝗜𝗭𝗖𝗢𝗡𝗗𝗘 𝗧𝗘𝗪𝗞𝗦𝗕𝗨𝗥𝗬

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𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖢𝖴𝖠𝖳𝖱𝖮 | 𝗩𝗜𝗭𝗖𝗢𝗡𝗗𝗘 𝗧𝗘𝗪𝗞𝗦𝗕𝗨𝗥𝗬

───Vete de aquí ahora mismo ─── Ordenó la mayor de las Holmes al chico frente a ellas con un tono de voz demandante. Ya tenía mucho problemas como para que un hombrecillo las delatara o algo por el estilo.

───Se ve que son...───El joven escaneó a las dos hermanas de arriba a bajo.

Aleen arrugó el ceño, se sintió juzgada.

───...Unos "caballeros" un tanto extraños.

───Y es que ¿tú te ves normal?───Contraatacó Enola arrancándole a Aleen la bara que había agarrado y apuntando con esa misma al chico de manera amenazadora.

───No son chicos.

───No pedimos tu opinión.

───Podriamos serlo.

Las hermanas se miraron unos microsegundo. Se suponía que se tenían que respaldar y complementar, no hacer todo lo contrario.

───¿Quiénes son?

───¿Qué eres?───Aleen con un movimiento de mano hizo que Enola bajara la bara, ya le estaba empezando a dar un poco de miedo su hermana. Parecía que en cualquier momento atravesaría al chico y colgaría su cabeza en algún parte del tren para tener otra razón más por la cual ser buscadas.

───Soy el vizconde Tewksbury, marqués de basilwether.───El castaño extendió su mano, el joven esperar que una de las dos chicas la tomara, sin embargo, al ver que ninguna de las dos tenía intenciones de presentarse correctamente, la bajó.

───Tu lo que eres es un bobo.

───Por si no sabían acabo de elaborar un plan de escape...

Empezó el chico, más la voz chillona de la menor hizo que el parara de manera instantánea sintiéndose inevitablemente intimidado.

───¡No! Tu no escapaste.

───Hay un hombre con boina marrón buscándote. ───Secundó Enola a su hermana mientras señalaba la puerta del vagón haciendo referencia a que estaba fuera.───Cuando se entere de que estás aquí tal vez piense que te ayudamos a escapar y nos pondrás en más problemas.

Hubo un silencio incómodo.

───Te pareces a mi tío.───Dijo el chico intentando tomarse el tema a la ligera a la vez que se sentaba a un lado de Aleen.───Lo deje en la estación.───Le dirigió una mirada divertida a la mayor.───Es mandón como tú, también deje a mi abuela y a mi madre.

Luego de decir eso se levantó de su asiento que había tomado temporalmente y acomodó de manera elegante su traje.

───Pero... Estoy bien, por fin soy libre.

───¿De verdad? ───Preguntó la menor con una pizca de sarcasmo en su voz.───Pues genial, ¡felicidades!───Sonrió falsamente.─── Ahora ¡Sal de aquí!

Aleen no quería ser ruda, de hecho, detestaba tratar de esa manera a las personas, pero en estos momentos a ella y a su hermana no les convenía socializar con un marqués y menos si el chico estaba siendo buscado. La posibilidad de que la noticia llegara al detective Sherlock era muy grande.

───¿Un hombre con un sombrero marrón?───Susurró el chico en voz baja para si mismo.

Antes de salir del vagón dirigió una última mirada a las hermanas sintiéndose levemente atraído por la menor de ellas, suspiró, al menos ella no lo había tratado tan mal.

───Estaré bien.───Lograron escuchar las hermanas cuando ya el castaño había abandonado el lugar.───Todo estará bien.

Aleen miró a su hermana sintiendo un poco de remordimiento por el chico.

───Se veía amable, es una pena que le harán daño. ───Dijo la oji-verde recordando la malicia que se le veía en la mirada al hombre de sombrero marrón que se habian encontrado antes de montarse en el tren.

De repente el vagón fue de nuevo abierto.

───Ahí viene.───El temor era notable en el rostro del chico Tewksbury, no tenían que ser detectives como para notar que estaba siendo consumido por el miedo.

───¿Y entonces?

───Está revisando todos los vagones.

───Genial...───La sonrisa sarcástica de la castaña hizo que el joven tragara en seco.

───Deben ayudarme.

Enola le hizo una seña a su hermana para que las dos se levantaran de sus asientos al mismo tiempo.

───Hasta nunca, Vizconde Tewksbury marqués de basilwether.

La mayor de las hermanas fingió hacer una reverencia a la vez que la menor de ellas acomodaba la boina que le había robado a su hermano Sherlock.

───De verdad que sí te pareces a mi tío.───El joven hizo una pausa antes de continuar y la miró, aleen pudo notar mucho más temor en sus ojos.───hasta tienen la misma mirada.

Eso último bastó como para que Enola respirara profundo y tomara la mano de su hermana para salir indignada del vagón.

𝐇𝐎𝐋𝐌𝐄𝐒 ; t𝖾𝗄𝗐𝗌𝖻𝗎𝗋𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora