5_De encuentros y reencuentros

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Comenzamos la semana demasiado cercanos. Sam me buscaba para salir a caminar por ahí, no paraba de hacerme reír a cada instante, su carisma era lo que más me gustaba de él. No podía aburrirme a su lado aunque quisiera. Su forma de ser, todo de sí mismo, tanta seguridad al hablar, era demasiado. Aunque, obviamente, intentaba varias veces tocarme a lo que no decía que no, sus dedos conocían mi cuerpo y la vergüenza de ser vista por alguien desnuda poco a poco se estaba esfumando. En mi defensa este chico era prácticamente perfecto.

Sus ojos azules como un océano te hacían perderte en ellos, su sonrisa única y libre como la brisa. Su cuerpo tallado por los mismos dioses y su forma de ser lo hacían una persona interesante. Pero no por ser tan "perfecto o sexy" debía seguir por ese camino. Así que decidí alejarme un tiempo. Empezaba a cuestionarme qué estaba haciendo.

Intenté pasar varias horas en la biblioteca alejada de él pero para mi sorpresa su padre estaba ahí, así que me despedí del cole por unos minutos y me fui a caminar.

Afortunadamente aún conservaba el regalo de Carys, un libro llamado "Un sueño de verano".
No me quedó de otra que recorrer las calles con ese libro en mis ojos. Después de releerme sus páginas decidí volver y choqué con alguien cayendo al suelo.

Poco a poco fui levantando mi mirada y cada cosa que veía me resultaba familiar hasta que llegué a su cara, nada más y nada menos que Carys. Mi expresión desde el suelo y la suya con lágrimas en los ojos se entrecruzaban, me quedé en total shock hasta que reaccioné y decidí ponerme en pie. Aún sin palabras me le quedé viendo atentamente.

—Ah, hola Ana...cuanto tiempo—dice tratando de romper el silencio.

—¿Qué...? ¿Carys?—no me salían las palabras, después de tanto tiempo sin vernos estaba aquí.

—Mi madre me envió a estudiar aquí por un tiempo, así que estaremos...juntas otra...vez—¿juntas, tu y yo? No.

—¡No! ¿Estaremos juntas? Después de todo ni un lo siento ¡NO! Juntas no ¡Me traicionas y solo dices eso!—el enfado por sus palabras, el recuerdo de ella besando a mi exnovio, todo se juntó para hacerme explotar y gritarle a media calle.

Cuando pasas tiempo sin ver a alguien a quien amabas pero que te traicionó explotas por completo, y ya no sabes si huir o aclararlo todo. Porque tu mente tiene descritas exactamente esas palabras que quieres oír pero no salen de otra boca.

Al verla, toda la inseguridad y la rabia que llevaba dentro salió, a tal punto que salí corriendo y llorando una vez más, exactamente como en aquel momento.

En el camino encontré a Betty mi compañera de cuarto, quien trató de calmarme y me llevó a nuestro dormitorio.

—¿Qué te hizo el canalla de Sam?—dice Betty.

—¿Sam? No tiene nada que ver con Sam, es solo algo del pasado—

—¡Wow! Si no fue Sam para verte llorando  fue muy malo. Bueno que sepas que estaré aquí cuando necesites hablar—dice mientras me  pone una mano en el hombro y se decide marchar.

—¡Betty! Espera ¿qué harías si después de años ves otra vez una persona importante para ti que te traicionó?—decido confiar en ella porque en estos momentos no tengo las ganas suficientes para quedarme sola pensando como siempre.

—Pues no me ha ocurrido pero seguro que no reaccionaría bien. Mira, de seguro que siendo yo aclararía las cosas porque es mejor que pasarte la vida en entera agonía pensando en porqué lo hizo—

—¿Y si te da miedo saber el porqué?—

—Preguntalo con miedo porque después no hay escapatoria. Tu solo hazlo y si el porqué no te gusta lo olvidas y ya. Puede que te hallas equivocado con lo que creías haber visto, nunca se sabe—

—Los vi besarse ¿Qué más prueba que esa?—

—Y...¿Quién besó a quien? ¿Lo viste? Piénsalo—

Esa pregunta me hizo dudar pero cuando nos aferramos a una idea ni mostrándonos la verdad cambiamos de opinión.

Mi cabeza daba vueltas como una ruleta de pensamientos y confusión. Todo hubiera sido muy diferente si ella no me hubiese traicionado.

Y es que ella; ese ángel que camina vestida de rosa como toda una diosa sin sentimientos, con esa capa de hielo que hunde en su cuerpo perfecto portando ser alguien más...ese alguien que va como un tsunami, destruyendo todo lo que está a su alcance...era mi ángel.

Solo que las cosas cambian y ese que un día fue mi ángel de la guardia ahora se volvió mi propio ángel de la guerra.

****
Después de varios minutos sentada ahí decidí volver, ya que tocaban clases de Literatura. En el camino rezaba no encontrarmela pero ¿A quién engañaba? Solo necesitaba una razón, un "lo siento" de su parte tal vez habría dolido menos y de esa forma este pedazo de hielo que había construido y cuidado detalladamente hubiese perecido libremente durante un segundo. Pero no...

"Nunca es demasiado el alivio si el corazón no lo desea consumir"...

Clases de literatura:

—Buenas tardes alumnos, la clase de hoy será dedicada a buscar significados que demuestran la constancia del amor y la amistad—habló el profesor Samuel sin siquiera pasar lista, que extraño.

~Seguramente os preguntáis ¿Porqué no pasé la lista y todo eso? Y pues...he decidido mantener mis parámetros alejados por unos minutos, porque en los sentimientos eso debemos hacer, alejar los prejuicios y conservar a lo que llamamos amor, de forma tal que la otra persona se sienta cómoda. Oh, casi lo olvidaba: les presento a su nueva compañera~

Había olvidado lo injusto que era el destino con los de buen corazón y entonces pude ver ante mis ojos mientras mi alma se acongojaba en una esquina a la chica rubia que se asomaba con miedo al salón.

—Hola mi nombre es Carys—habló la chica tímidamente mientras buscaba un asiento con la mirada.

—¡Está buena!—habló Sam y mis celos estallaron de manera incontrolable. Le di una mirada fría capaz de helar cualquier océano. Es que no estaba mal porque admitiera su perfección, no se confundan. Mi rabia hablaba de parte de mi corazón que expresaba el dolor de verla pegada al que un día fue el amor de mi vida. "Otra vez ese recuerdo"

Carys tomó un asiento detrás mío y para mí sorpresa mi reacción no fue la que esperé. Yo tenía expectativas sobre este momento bajas, algo así como salir corriendo a llorar e irme...pero solo se armó en mi una mirada penetrante, rígida y fría, unos ojos vacíos y un armamento esperando a que el enemigo atacara.

También sentí los ojos de Sam sobre mí y quise verle pero solo se llevaría una mirada fría que no merecía.

El silencio reinaba de nosotros tres y al parecer Betty se unió a este, controlando su juego de palabras que traía siempre consigo. No obstante "La clase de amor y amistad" continuó.

Amor psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora