Capítulo 2 ¿Malfoy?

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Tras la salida de sus otros compañeros de ronda, Hermione caminó resignada. Malfoy la siguió y adelantó sus pasos caminando por delante de ella.

Él no acababa de entender cómo era posible que lo hubieran puesto a patrullar con ella. La vieja sabía perfectamente la disputas que ellos venían teniendo desde siempre, lo sabía tan bien, que hasta sospechaba que lo hubiera hecho a propósito.

¿Por qué tenía que caminar con ella? ¿Por qué le molestaba tanto?

Era perfectamente sabido que él la despreciaba por su procedencia asquerosa, pero luego de verla de nuevo tras las vacaciones, no había otro motivo verdaderamente fuerte que pudiera hacer que la desprecie, además...

Momento, se dijo.

Él la odiaba porque sí, y así debía de ser, sin cuestionamientos. Así que dejó de pensar tanto, y siguió caminando por los pasillos, pasando las escaleras movientes.

Hermione lo miraba desde atrás, discreta, sin que este se diera cuenta.

¿Porqué su presencia la ponía nerviosa? Bien sabía que Malfoy era un idiota, y lo volvió a comprobar cuando notó que el chico apresuró sus pasos para pasar de ella, como si ir por delante suyo fuera algo por lo cual pelearse. 

Ambos seguieron caminando sin decirse una palabra, Hermione iba un poco mas adelantada que Malfoy a este punto, por lo que se sentía la mirada del chico en su nuca, lo que la ponía bastante incómoda.

Una vez que llegaron, uno se marchó en dirección a la derecha y otro a la izquierda sin verse a la cara. Hermione se sintió aliviada, era como si estar cerca de Malfoy la expusiera a algo pero no sabía a qué. De nuevo otra vez esa sensación en su cuerpo, ¿qué le pasaba?

Hermione comenzó a caminar y a meterse entre los pasillos. Todo estaba oscuro, sólo las luces de las antorchas le daban la suficiente luz para ver algo por lo que iba mirando con atención cada cuadro.

Siguió caminando cuando escuchó unas risitas que provenían de un salón a unos pasos de ella. Este, tenía su puerta entre abierta, así que se dirigió muy despacio. Asomó su cabeza lo más sigilosamente que pudo para no advertir a quien se encontrara allí. Su corazón latía rápido al no saber de quién podría tratarse. Estaba preparada para cualquier situación, pero eso no significaba que tan pronto debería enfrentar peligro.

Posó su mano de lleno en la puerta y la abrió bruscamente quedando parada frente al intruso. Eran dos estudiantes de segundo año supuso, estaban allí sentados con un caldero, y unos frascos pequeños.

-¿Se puede saber que hacen aquí? -les interrogó ella alzando su entrecejo, profundamente aliviada al ver que sólo eran niños.

Los dos chicos que ahora dejaban ver sus uniformes, por lo cual Hermione pudo identificar como Ravenclaw, quedaron petrificados al verla.

-Yo, él... -dijo el primero torpemente con su rostro pálido.

-Nosotros, bueno... -respondió el segundo muy nervioso y con el habla entrecortada.

Pronto, la joven vio que uno de los niños escondió su mano atrás de su espalda, con sin disimulo, pero no el suficiente para que ella no lo notara.

-¿Qué tienes ahí? -preguntó muy intrigada.

-Nada...¿Quién eres tú?  -preguntó, tratando de evadir la pregunta sujetando fuerte su pertenencia.

-He preguntado qué tienes ahí -Hermione le habló esta vez con un tono más severo en su voz- enséñame -le dijo tendiéndole la mano. El joven lanzó un pequeño suspiro, y resignado le dio un pequeño frasco.

La Máscara del MortifagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora