Si las miradas pudieran expresar lo que expresan los corazones, hace bastante se sabría de los sentimientos de las personas. Aquella noche ambos jóvenes disfrutaron bajo la vigilia de la luna con sonrisas incontrolables y risas cómplices. Mientras el resto estaba entretenido en la fiesta ellos se dedicaban a disfrutar de la compañía del otro. Estar al lado del otro era más entretenido que aguantar el derroche de amor de sus hermanos y la euforia de los invitados.
—Suponía que estabas del lado de mi madre en cuanto te hizo su protegido
—No pienso eso, solo que, mi hermano se arriesgó demasiado al confiarse, terminó caminando hacia el mismo inframundo porque deseaba recuperar a tu hermano
—Pero aun así estás aquí
—Porque creo en que será feliz con tu hermano
—Te aseguro que será así, los bendije yo
—¿Eso es suficiente?
Las risas se escucharon tan sinceras y tan auténticas que no notaron el tiempo. La fiesta continuaba a lo lejos, pero para ellos ya era suficiente. Los rayos del sol poco a poco empezaban a manifestarse en el cielo. Los bostezos eran contagiosos y Nahoya talló sus ojos a razón de la molestia y la necesidad de sueño. Ran no tenía necesidad de dormir, pero sabía cuándo los humanos necesitaban descansar su cuerpo.
—Debes ir a dormir
—Aún quiero hablar contigo
—Ya nos veremos luego. Dime un sitio y yo iré
La frase hizo que Nahoya mirara a Ran con detenimiento. Sabía muy bien la razón de la visita de los dioses a los mortales, podía resultar bien o podía resultar pésimo. Su sueño desapareció por unos instantes y trató de esconder sus nervios al tocarse el cabello pensando en las consecuencias de aquello, negarse tampoco era opción. Nadie podía negarse a la invitación de los dioses. El debate no dejaba que dijera que sí, pero todos conocían muy bien el endulzamiento de la voz de los dioses.
—No puedes, tu madre me tiene prohibido hablar con otras personas que no sean las ninfas. Hoy solo fue una excepción porque fue la boda de mi hermano
—Sí puedo, los dioses podemos hacer lo que nos plazca ¿a dónde fue tu espíritu en contra de ellos?
—No me refiero a eso... no quiero que ella se enoje
—Jamás haría algo que enojara a mi madre y me gusta hablar contigo
Nahoya se puso a pensar y era cierto. Su propia madre no iría en contra de él ¿no? Los recuerdos de su hermano herrando por la tierra y el inframundo en busca de Rin le hizo torcer los labios por la duda. Pero los ojos lilas bajo la mirada dulce y traviesa de Ran le hicieron caer por completo. Su sonrisa casi apagada volvió de inmediato a ser la sonrisa alegre de hace unos instantes. Ese gesto hizo que Ran se frotara el cuello por el nerviosismo, sus manos instintivamente se aferraron a su arco y al estuche de sus flechas. La atracción era más que evidente.
—Lo sé...
—Descuida, no estoy interesado en perseguir ninfas o molestarlas
La risa calló las inseguridades en Nahoya. La sonrisa de Ran era preciosa, y la seguridad que irradiaba no dejaba de encantarlo. Solo eso necesitó para confiar un poco. Era un dios encantador y quiso confiar en que su presencia lo protegería.
—Ven al gran lago del bosque de Tebas, estaré ahí
—Lindo sitio, debí imaginarlo
—Sí, ese es mi hogar. Adiós...Ran
—Ahí me verás, adiós Nahoya
Ran se quedó quieto mirando como Nahoya caminaba hacia el palacio evitando la gran fiesta. Su mirada se puso a observar alrededor tratando de entender qué es lo que acababa de ocurrir. Era la primera vez en su vida que intentaba buscar contacto con un humano, u otro ser que no fuese su madre o hermanos. Dar un respiro le sirvió para extender sus alas listas para partir. Su presencia ya no era necesaria en el palacio. Vio a su hermano en la lejanía, se notaba lo feliz que era. A pesar de que la fiesta continuaba a su alrededor, él estaba al lado de su esposo tocando la lira, cantándose y robándose besos. Nunca imaginó ver a su hermano así, pero se veía feliz. Con aquella imagen en la mente partió rumbo a su hogar.
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Flechas de amor
Fanfiction#Ranleyweek2022- DÍA 4 El dios del amor no correspondido suele pasar desapercibido, siempre opacado por su hermano el dios del amor irracional. Ambos encontrarán sus diferencias al enamorarse de humanos deslumbrantes. En especial Anteros, el dios de...