Cuando capturó el cuerpo de Angel entre sus brazos, levantó un mural de escombros con la fuerza bruta de sus tentáculos y lo interpuso entre sus enemigos y ellos dos. Construyó un refugio provisorio, era lo ideal. Fue cubierto por las sombras de la muralla, despistó a los ángeles y logró dejarlos atontados por al menos un par de minutos.
Necesitaba despejar el área, era cuestión de horas para que el exterminio cesara, por eso debían resistir un poco más hasta que se calmaran las aguas de la guerra.
—Siempre metiéndote en problemas graves... —suspiró Alastor aún con su querida araña entre sus brazos, quien se acurrucó nervioso al escuchar ese regaño—. Eres una amenaza, corazón.
Angel le apartó la mirada con molestia y se mordió los labios. Estaba sangrando, repleto de rasguños y cortes y con grandes hemorragias desde sus brazos arrancados. Los ángeles le cortaron sus dos brazos inferiores y su cuerpo parecía ser víctima de una carnicería. A pesar de la sangre, la debilidad y el polvo, Dust se quedó entre los brazos del ciervo y no tuvo las fuerzas como para levantarse u ofenderse demasiado, estaba muy jodido como para armar una escena.
—No tienes que ayudarme si soy una carga —dijo en voz baja con la poca dignidad que aún conservaba. Podría estarse muriendo, pero no le importaba. Si era una molestia tan grande, debería ser abandonado y ya.
Alastor sujetó el mentón del contrario, giró su rostro y le plantó un beso en los labios. Discutir era en vano, solo quería callarlo para que dejara de decir estupideces. Amaba a ese hombre con cada fibra de su ser y dejarlo allí, sangrando e indefenso, no era una opción viable.
La araña suspiró, se sintió sensible ante ese tacto y solo dejó que el aire escapara de sus labios cuando se separaron. No había que decir nada más, necesitaba esa clase de protección y no sería un necio nuevamente.
—Al parecer, mis brazos no volverán —sonrió pesimista y con poco humor— Nada se regenera si es dañado por un exterminador.
—Luego veré qué puedo hacer, tengo mis trucos —contestó Alastor con una sonrisa amable y elegante, incluso en su complicada situación—. En cuestión de horas esto terminará y cuando menos lo esperes estarás bajo mis sábanas, bebiendo chocolate caliente y discutiendo conmigo sobre quién fue el mejor compositor del año 1922.
—Ralph Burns sin duda. Podría discutirtelo ahora mismo —rio con un poco más de ánimos y rodeó los hombros de su amado con los únicos brazos que tenía, los superiores. El dolor en su cuerpo era terrible y la sangre manchaba las ropas de ambos. Sin embargo, el sangrado frenaba poco a poco por la regeneración de su cuerpo pecador.
La situación pudo quedarse en risas cómplices, pero la muralla comenzó a temblar desde afuera en señal de que los ángeles querían derribarla a como diera lugar. El arácnido se aferró temblando al cuerpo de Alastor y lo miró a los ojos con mucha más ansiedad que antes. No sabía con cuántos podría lidiar el ciervo, no estaba seguro de si podría hacerles frente si eran un ejército.
—Nos van a encontrar... —arrugó su rostro y frunció el ceño con enojo por no poder hacer nada para colaborar. Sin sus brazos, herido y sin armas se sentía un total inútil— Joder, no puedo pelear así.
—Tranquilo. Déjame cubrirte la espalda esta vez —lo reconfortó Alastor sin siquiera preocuparse por un segundo, acarició su espalda y lo apegó a su pecho para que dejara de temblar de los nervios—. Sé que eres fuerte y posees una gran habilidad. De hecho, no necesitas mi protección en lo absoluto —lo dijo con verdadera seguridad. Angel era tan habilidoso que podría escapar fácilmente de una situación así si estuviera al cien por ciento de sus capacidades—. Pero solo por esta única vez, refúgiate en mi. No voy a decepcionarte.
Le estaba ofreciendo la seguridad que necesitaba en su estado más crítico. Erróneamente pensó que Angel iba a protestar y ceder ante su orgullo, pero su reacción fue diferente.
El hombre radio amplió sus ojos carmesí cuando la araña tomó su mano y la presionó fuerte contra su pecho en señal absoluta de que lo quería, de que se preocupaba por él y que en serio quería ser protegido y mostrarse vulnerable únicamente ante él.
Alastor sonrió con mucha tranquilidad. Se dejó llevar por la armonía que le otorgaba Angel en todos sus aspectos, lo sostuvo más fuerte entre sus brazos y posó su mentón contra los cabellos blancos de su amado.
—Es hora de irnos. Este lugar será polvo en segundos —aseguró— ¿Listo para un viaje veloz, cariño? Aférrate a mi.
—Siempre estoy listo, querido —le contestó el contrario con una pequeña sonrisa serena, nada le angustiaba en lo absoluto porque le estaba confiando la seguridad de su alma al amor de su vida—. De verdad necesito descansar en tu cama y escuchar a Ralph Burns a tu lado.
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Radiodustweek Agosto 2022
FanficIsn't it lovely? all alone. (人*'∀`)。*゚+ • RadioDust drabbles! • Hazbin Hotel Fanfic.