Ya no son unos bebés.Riley enciende la vela número dieciocho mientras Niall sostiene el pastel. Hoy es el cumpleaños de nuestro hijo mayor y queremos sorprenderlo.
Intento que las emociones no me afecten, pero es que los años se me han venido encima y no puedo creer que ya sea mayor de edad. Mi lindo esposo me observa y sonríe, sabe lo que estoy pensando pero no dice nada.-Ya mamá, debemos ir ahora —Me pide Ry.
-Sí —Respondo mirándolo hacia arriba, porque la pubertad también lo atacó y es más grande que yo. En realidad, mis tres hombres favoritos en la tierra lo son.
-Vamos antes que despierte —Nos pide Niall.
Avanzamos por el pasillo hasta la habitación de Ryan. Al entrar, noto el caos en ella, siempre estoy pidiéndole que sea más ordenado con sus cosas, pero al menos por el día de hoy lo dejaré pasar.
Él duerme oculto entre las sábanas y contando hasta tres, cantamos para él.
Su cuerpo se remueve como una oruga al escucharnos y su quejido de molestia nos avisa que no está feliz por la interrupción matutina. Pero pasados los segundos, se incorpora y con sus ojitos somnolientos nos sonríe.-¡Feliz cumpleaños! —Gritamos al unísono.
Riley acerca el pastel y tras pedir los deseos, sopla las velitas.
-Gracias —Nos dice el cumpleañero —Pero son las nueve.
Ry me entrega el pastel y como cada año salta sobre la cama de su hermano y lo aplasta contra el colchón.
-¡Ryan, ahora puedes entrar a los clubes nocturnos! —Le grita emocionado, con Niall nos miramos.
-Ya le gustaría —Se queja papá —Vamos, levántate y dame un abrazo, no todos los días se cumplen dieciocho.
Ryan aparta a Riley, y se pone en pie. Primero abraza a su padre quién lo felicita y luego a mí, ya me siento emocionada y él lo nota.
-Mamá, no vayas a llorar, son solo dieciocho años. No me iré de casa todavía —Me pide y río, pero igualmente dejo escapar algunas lágrimas.
-¿Todavía? No quiero que te vayas nunca —Le hago saber y él se ríe.
-Te amo —Me dice —Gracias por el pastel.
-Yo también te amo tesoro. Ponte ropa, y luego vamos a tomar el desayuno —Le pido —Hice los hotcakes que tanto te gustan.
-Los que le gustan a Ry, querrás decir —Se burla mi hijo mayor.
-¡Los que les gusta a todo el mundo! —Concluyo y ellos se ríen.
Niall toma mi mano y me guía por el pasillo hasta la cocina mientras nuestros hijos se quedan atrás. Lo veo dejar el pastel de Ryan sobre el mesón y luego me observa.
-¿Todo bien nena? —Me pregunta.
-Sí, solo emocionada.
-Sabíamos que este día llegaría —Responde y asiento. Acercándose, me abraza —Te amo, quiero verte feliz.
-Lo soy mi amor —Le aseguro —Ryan estará feliz con su regalo de cumpleaños.
-Lo estará ¿Deberíamos dárselo antes del desayuno?
-Creo que sí, necesito ver sus lindos ojitos emocionados.
Besándome los labios se aleja por el pasillo hasta la habitación. Riley y Ryan aparecen segundos después.
-Con papá, tu hermano y yo vamos a darte tu regalo de cumpleaños —Le digo.
-¿Ahora ya? —Pregunta él, llevándose un trozo de pastel a la boca.
-Sí —Responde Ry —Te va a encantar.
Niall entra en la cocina y acercándose a nuestro hijo mayor, le entrega una pequeña caja negra aterciopelada.
-Feliz cumpleaños hijo, esperamos que te guste —Dice papá y él lo observa con una sonrisa en los labios.
-Gracias papá, pero creí que sería más grande —Bromea haciéndonos reír.
-¡Lo essss! —Añade Rilye al mismo tiempo que Ryan abre la caja y encuentra las llaves del coche que tanto quiere.
-¡No, ¿Es en serio?! —Pregunta alucinado —¿El Bugatti Divo?
-Sí, es todo tuyo —Niall besa su frente y nuestro hijo la abraza casi al borde de las lágrimas.
-¡Graciassss, gracias, gracias! —Dice besando a todo el mundo, nos reímos y luego lo seguimos hasta la cochera, donde su auto favorito en el mundo y por el cuál su padre pagó una cantidad considerable de dinero está con un listón rojo —¡No lo puedo creer, es un sueño!
-Te lo mereces hijo —Dice su padre —Eres un muchacho increíble, tienes buenas calificaciones y nunca nos has hecho pasar malos momentos con mamá. Y ya sabes, que siempre tendrán lo que quieran, siempre y cuando sean buenos hijos.
Ryan vuelve abrazarlo y la emoción puede con él. Lo veo llorar y eso provoca nuevas lágrimas en mí. Sé que siempre quiso este coche, desde que era muy joven, pero por razones obvias no podíamos dárselo, ya que no era mayor de edad. Pero su padre tiene razón, es un hijo increíble y merece esto y mucho más.
Al igual que Riley, que sigue sus pasos y ve en su hermano mayor un ejemplo a seguir.-Mami, yo también quiero uno cuando cumpla los dieciocho —Susurra mi pequeño y sonrío.
-Falta más de un año para que cumplas los dieciocho, puedes cambiar de opinión —Le digo y él se ríe.
-Lo sé, por cierto...Yo nunca me iré de casa, estaré contigo para siempre —Me asegura —Así que no sufras cuando yo sea mayor de edad.
-Vale mi amor, no lo haré —Lo abrazo y juntos observamos a su hermano y su padre y en como ambos alucinan por el coche.
Y sonrío viéndolo lo feliz que son. Niall tenía razón, ambos sabíamos que este día llegaría y que nada evitaría que sucediera. Nuestros hijos ya no son unos bebés, están creciendo y conociendo el mundo. Y aunque mi lado sensible llora por eso, en el fondo de mi corazón soy feliz por ellos y por todas las experiencias que les quedan por vivir.
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𝐓𝐖𝐈𝐓𝐓𝐄𝐑 𝟑 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇🥀
FanfictionTodavía queda un parpadeo de esperanza que tú me diste por primera vez... Y quiero que esto pase y espero que esto no dure, no dure demasiado.