Capitulo 3

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Al día siguiente por la tarde.

Dafne y Talon estaban volviendo a sus casas después del trabajo.

-Siento lo que pasó anoche con Fenris en la cena- se disculpó Talon de repente.

-Ahora que lo dices, ¿a qué vino lo de anoche?- preguntó Dafne.

-No lo sé. Fenris lleva un tiempo un poco irascible. Supongo que tendrá que ver con la inactividad del ejército de Keir en Bajo la montaña- respondió encogiéndose de hombros.

-Puede ser. Dorian también esperaba que se iniciara una guerra. Ya sabes- la peliroja miro a la morena de reojo.- Si hay una guerra, el ejército necesitará armas y él tendrá más trabajo.

-Bueno, esta tarde he quedado con él. Ya te contaré.

-Entonces, yo iré a la herrería.

Se despidieron cuando llegaron a sus respectivas casas.

Habían pasado un par de horas cuando Fenris tocó la puerta de la casa. Talon estaba en el salón, sentada en el sofá, con las piernas encogidas en este, leyendo a la tenue luz de una vela.

Cuando oyó la puerta se dirigió a abrirla. Al entrar Fenris le dio un beso en los labios.

Llegaron al salón y se sentaron en el sofá, entonces Fenris fue el primero en hablar.

-Lo siento, por lo de anoche. De verdad que lo siento. No debí hablarte así, estaba fuera de lugar, y por eso lo siento.- La disculpa de Fenris sonaba sincera.

Las palabras de Fenris consiguieron ablandar el corazón de Talon. Ella posó los labios en la mejilla de él. Con ese leve roce Talon daba a entender que aceptaba sus disculpas más el inmortal no había terminado de hablar.

-Cuando me dijiste que habías seguido a uno de los guerreros ilyrios del Lord me preocupe. Los Portadores de oscuridad más veteranos cuentan historias horribles de lo que hacen los machos ilyrios a las hembras, así que en ese momento me dio miedo. Te podrían haber visto y... solo el caldero sabe lo que podría haber pasado.

-¿Quieres que te diga lo que habría pasado?- dijo Talon cuando Fenris terminó su discurso. Él la miró y ella continuo sarcástica-. Que te hubieras quedado sin prometida.

Fenris la miró serio. Como Talon parecía no entender, él decidió explicarse mejor.

-He oído que son capaces de violar a una mujer si va un poco ceñida, que se matan entre ellos por una hembra.

-Fenris, cariño, no todo lo que se dice por ahí es verdad. Los rumores son solo eso, rumores. Son como las leyendas, una historia que se crea alrededor de una persona que enreda lo real y lo irreal de tal forma que no sabes cuál es cuál. Los rumores cambian al pasar de boca a boca hasta que no queda nada de verdad, solo una maraña de mentiras creadas alrededor de una persona real. Pero te agradezco tu preocupación, de verdad. Y te prometo que la próxima vez tendré más cuidado.

 -No, no quiero que me prometas que la próxima vez tendrás más cuidado. Lo que quiero que me prometas es que no habrá una próxima vez, que no te volverás a exponer así. No me puedo concentrar en los entrenamientos si estoy pensando en las cosas que un bastardo ilyrio le podría hacer a mi prometida porque a ti se te ha ocurrido seguirlo.

-Vale, Fenris. No habrá una próxima vez, te lo prometo. Además con lo que ha pasado con Keir y los cambios en el servicio no tengo tiempo de pensar en esos ilyrios y sus paseos clandestinos.

-Eso espero. No me gustaría que Keir y el Alto Lord se enterasen. Sabes que, si te pillan, no serás la única que tendrá problemas; tu padre, como general de los Portadores de Oscuridad también tendrá problemas, puede verse en una tesitura. Le pueden dar a elegir entre impartirte el castigo decidido por el lord, sea el que sea, o renunciar a su puesto.- El alegato de Fenris era serio.

Talon se dio cuenta de que esas palabras, tanto el arrepentimiento como la preocupación de Fenris eran genuinas.

-Tu también tendrás problemas. Como mi prometido, y algún día como mi esposo, puedes estar ante la misma tesitura- alegó ella en voz baja.

Fenris asintió. Talon se le acercó, puso la cabeza en su pecho y se acurruco mientras él pasaba sus brazos alrededor de su cuerpo y le besaba el pelo trenzado.

-Sé que soy un desastre y que es difícil tener una prometida como yo. Hago demasiadas preguntas, pregunto y digo cosas que no debo, no filtro las ideas, no sé diferenciar las buenas de las malas ideas.

La voz de Talon salía amortiguada pues hablaba con la cabeza apoyada en el pecho musculado del inmortal.

-Voy ha intentar cambiar, te lo prometo- dijo alejándose de su pecho-. No quiero que te busques otra prometida- sonrío pero el gesto no se reflejó en el carbón de sus ojos.

-Me enamoré de ti así, no quiero que cambies. Te amo, Talon, tal y como eres. Hace falta mucho más, para que busque a otra prometida- le siguió la broma.

Sus miradas se cruzaron. Talon sentía cierta envidia por la forma en que los ojos del inmortal reflejaban el mundo, por otro lado Fenris se perdió en sus ojos negros.

Ambos jóvenes se acercaron y juntaron sus labios. El beso era intimo casi infantil. Sus besos siempre eran así.

Ellos eran dos amantes que en público intentaban reducir sus acercamientos a roces casuales y miradas furtivas, pero en privado, la cosa cambiaba, los besos eran apasionados y las palabras y muestras de amor eran continuas, sinceras y desenfrenadas. Sus amigos siempre los comparaban con niños que jugaban a quererse, con amantes secretos que guardaban su amor como un acuerdo secreto entre los dos. Sin embargo a ninguno le importaba, ambos estaban cómodos con ese privado romance. 

-Más te vale no buscar a otra prometida.

Fenris se rio ante su comentario. Para Talon habían pocos sonidos más bonitos que la risa desenfadada del joven.

-Lo digo enserio- continuo Talon-. Aunque, ahora que lo pienso, no hay muchas hembras que soporten tus sosas conversaciones y tus chistes sin gracia- bromeó la joven.

-Tampoco creo que hayan muchos machos que soporten tu mal humor y tus interrogatorios interminables- continuo la broma Fenris.

Talon le lanzó uno de los cojines del sofá y Fenris lo detuvo entre risas antes de que le diera en la cara.

-Te quiero, Fenris.

-Yo también te quiero, Talon. Y no quiero que te pase nada, ya viste lo que pasó ayer con Keir.

-Y yo ya te he dicho que no pasará. Además, ahora no tengo tiempo para pensar en eso. Hablando de eso. Mi padre ha organizado una cena familiar porque dice que tiene que hablar de algo importante. ¿A ti te ha dicho algo sobre eso?

-No-dijo Fenris negando con la cabeza-. No me ha dicho nada. Pero si me entero de algo te lo digo.

-Vale, gracias. Aunque creo que me lo dirá antes, o eso espero. La cena es dentro de dos días.

Pasaron toda la tarde entre risas y besos.

Bueno hasta aquí el tercer capítulo. Sé que ha sido corto, pero espero que os haya gustado.

¿Qué creéis que pasara? ¿Qué pensáis de los personajes? ¿Qué pensáis de la relación de Talon y Fenris?

Contadme que estoy encantada de leeros. Hasta la próxima.

Una Corte De Sangre Y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora