Capítulo 3

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"¡Tierra a la vista!"

Hakkaku había dado el anuncio hace varios minutos.

Los nervios de Caperucita rápidamente se hicieron presentes, era un continente nuevo, personas nuevas, seres nuevos y sobre todo un bosque nuevo con el que adornar sus páginas.

Rin había descubierto que no servía para pasar tanto tiempo en barco , no es que no les gustase la experiencia , pero la atracción de los árboles la llamaba, el esconderse bajo sus copas y jugar con sus hojas , como cuando era pequeña.

A medida que se acercaban al final de su trayecto más ansiosa se encontraba y sus ganas por ver el nuevo mundo no pasaron inadvertidas para la tripulación, que entendían que había llegado el momento de dejarla partir.
Sabían que este momento llegaría tarde o temprano, y ya fuese en tierra o en mar para ellos Caperucita siempre formaría parte de la tripulación del Jolly Roger, pero aun así les costaba asimilar aquella despedida que se avecinaba en sus líneas.

Lo que ellos no sabían, era que, aunque su pececillo se fuera estaba preparando una sorpresa y que le rezaba a todos los dioses que saliera bien, se trataba de un regalo para su Capitán, aunque realmente se podría decir que se trataba de una bendición.

*Flashback*

Desde que Caperucita decidió que se marcharía en barco había estado investigando sobre el Dios que velaría por ella.

Njord padre de Frey y Freyja, Dios de la navegación y patrón de los marineros.

En la habitación de la abuelita donde se había encerrado Rin, había estado leyendo sobre él y sobre sus runas.

Ella nunca había hecho runas por su cuenta, con las que había estado practicando ya estaban hechas, probablemente por la abuelita, así que nunca dudo que no funcionaran por estar mal.
Ahora era diferente, y aunque no quería ser negativa ,dudaba sobre si tenía el potencial de crear runas ya que sólo había conseguido activarlas una vez.

En momentos como estos era cuándo la menor sentía la necesidad de salir del cuarto y hablar con Lobo, él siempre sabía que decir para animarla, y siempre la apoyaba con su confianza incondicional ,y que ahora, sabía que se encontraba al otro lado de la puerta como solía hacer la mayor parte del tiempo en el que ella se encerraba en la habitación.
Esta acción era un intento desesperado por estar lo más cerca posible de su pajarillo a pesar de las circunstancias.

Caperucita sabía de más que estaba arrepentido, que el Sesshomaru que conoció al principio no hubiese esperado ni un día en abrir esa puerta solo por verla, y realmente le agradecía que ahora ante pusiera sus deseos antes que los suyos.
Los recuerdos de cómo había comenzado la historia de ambos le hacía sonreír, aunque era un sentimiento amargo, le encantaría volver a esas páginas, pero también quería ser la mujer que se había propuesto ser, una mujer fuerte, y sobre todo independiente, capaz de hasta sorprender a aquel lobo blanco.

Así que sin más demora se centró en aprender todo lo que necesitaba, si era necesario un tipo de madera especial, si había que seguir pasos concretos al tallarlo, o si también eran igual de efectivas si solo dibuja el símbolo ,pero sobre todo, quería saber las bendiciones que podría otorgar tanto a ella como a los demás.

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Caperucita Roja y Otros Cuentos ( Sesshomaru x Rin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora