Trust Me - 《LuKun》♡

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¿es lo último? - preguntó YangYang 

Tal y como dijeron en la cena de navidad, llegó el momento de que Lucas y Kun al fin se mudaran juntos.

La sorpresa de Kun fue cuando descubrió que su novio ya había pensado en proponerle esa idea, pues ya había encontrado una casa perfecta.

Si, después de hablarlo esa misma noche, decidieron que era mejor prestarle la casa de Kun a YangYang (quien iniciando el próximo año se iría a vivir ahí) y rentar un espacio más grande para ellos. Vamos, ambos tienen un sueldo bastante generoso y a final de cuentas ea algo que los hará felices.

- Sip, gracias Yangie- dijo Kun pasándole un vaso de agua a su hermano.

- Quién diría que terminarías viviendo con el doctorcito, te apuesto de aquí a la boda de Taeyong que estarás comprometido con él, son los más rápidos del condado - golpeó su hombro levemente.

- Yaaa, no me quieras hacer ilusiones, solo... dejaré que las cosas fluyan-.

— Sí, tienes razón, pero tú y yo sabemos que ustedes dos fluyen más rápido- le regresó el vaso y fue por su chaqueta.

La nueva casa era amplia. 2 pisos: 4 cuartos con baño incluido, el cuarto de lavado, un baño extra en la planta de abajo, la sala, el comedor, una cocina en donde el espacio no era ningún problema, un estudio lo suficientemente grande para ambos y un patio trasero con alberca.

... Sí, su nuevo hogar.

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- ¡Adiós! Nos vemos en año nuevo- La pareja se despedía de sus respectivos progenitores, habían pasado tres días juntos -cinco si contamos que los Qian llegaron dos días antes- y era momento de retirarse.

- Mis bebés - Linyhin los atrapó en un abrazo fuerte - espero verlos pronto, cuídense mucho, ¡y tú! – señaló a Yukhei– no quiero nietos por ahora.

Los ojos de Kun se abrieron y las mejillas de Lucas se tornaron rojas por la vergüenza, seguramente los padres de su novio escucharon. Tenían suerte de que Kun era hombre y no se podía embarazar.

– Bueno, me voy- besó sonoramente la mejilla de ambos y subió al coche de los Qian.

Entraron a su nuevo hogar y se tumbaron en el amplio sofá, Kun recostado sobre Lucas mientras este lo abrazaba y miraban hacia el otro lado de la casa.

- Xuxi

-¿mhm?

- Es muy bonita - volteó su cuerpo para poder estar boca abajo y quedar cara a cara con su novio.

- Ajá, me gusta, ¿pero sabes qué es lo que más me gusta? - acarició su cabello.

-¿Qué?

- Tú. La idea de vivir contigo, de despertar diario viendo tu bonita cara, de regañarme porque ya es tarde cuando los dos sabemos que somos igual de impuntuales, de verte recortar miles y miles de cosas para tus pequeños y de llevarte a todos los rincones del pueblo a los que quieras ir - sonrió - eso es lo que me gusta más.

- Que cursi eres - se levantó para acomodarse sobre el regazo de Lucas, tomo una de sus mejillas y lo besó castamente para luego susurrar de una forma seductora- ¿Te parece si estrenamos la sala? - besos empezaron a descender por el cuello de Lucas.

Yukhei bajó sus manos hacia el trasero de su novio, donde apretó, sacándole un jadeo.

- Tus deseos son ordenes, bonito -

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- ¡Johnny! Compremos estos- Taeil señaló un par de cojines azules.

Estaban comprando cosas para su hogar a petición del bajito... aunque Johnny no estaba prestando mucha atención.

Últimamente estaba en las nubes, se la pasaba mucho tiempo en su teléfono y son varias las veces que su novio le llama la atención por no escucharlo.

-¿eh? Ah! Este... sí, me gusta. - su mirada viajo por un segundo hacia él pero la volvió a poner en su telefono. Taeil sabía que su novio le ocultaba algo, pero... no quería imaginarse lo peor, no. Johnny no sería capaz de engañarlo, ¿cierto?

Decidió dejarlo pasar (otra vez) Y continuó eligiendo cosas que le gustaran, no necesitaba la opinión de Johnny, si a él no le gustaba después, sería su culpa por no prestarle atención.

Para el final de la tarde, se dirigían a casa de Kun, Taeil seguía un poco molesto por la actitud de su novio y necesitaba desahogarse, así que llamó a su amigo y este le dijo que era más que bienvenido en su nueva casa. Lucas estaba cubriendo turno, por lo que tendrían la privacidad que necesitan.

- Llámame cuando quieras irte, vendré por ti - la camioneta estaba aparcada y sus manos entrelazadas.

- ¿Así que ahora sí tienes tiempo para mí?- miró hacia el lado contrario, en cualquier momento se pondría a llorar.

- ¿Qué? Pero si pasamos toda la tarde juntos, hicimos las compras que faltaban en casa y fuimos a comer rica comida- el ceño de Johnny se frunció.

- Sí, hicimos todo eso pero ¿tuvimos una conversación si quiera?- su mano soltó la de su novio. El silencio reinó en la camioneta.

- Yo-... Lunita, estaba resolviendo unos asuntos.

- Ajá, ¿pero llevan tanto tiempo? ¿O por qué ni siquiera puedes decirme? Yo entendería. Pero en lugar de eso prefieres simplemente ignorarme.

- Pues es algo que simplemente no puedo explicarte ahora, Taeil, por favor entiéndelo.

- ¿Sabes? No vengas por mí, iré a casa en taxi o algo, tal vez duerma aquí- se apresuró a tomar sus cosas y salió de la camioneta.

- Espera, Lunit-... - la puerta se cerró.

Moon caminó hacia la puerta y tocó el timbre, después de unos segundos Kun abrió con una sonrisa en rostro, la cual se borró en cuanto vio los ojos llorosos de su amigo.

- Ilie, ¿qué pasó? - lo condujo hacia la sala y lo sentó en el sofá - ¿te ofrezco algo de tomar?

Asintió - Un té porfavor, necesito calmarme.

Cuando ambos tenían sus respectivas bebidas, Taeil habló

- Estos últimos días Johnny se a comportado ¿raro? Distante diría yo. Uhm, sabes que él siempre es muy atento conmigo y no quiero decir que no pueda tener momentos de cansancio o estrés solo porque no me da atención, claro que no, solo que lo conozco, y lo que él llama "asuntos" en lugar de preocuparle, simplemente lo mantienen ocupado. Y si estoy equivocado y en realidad le preocupan, aún así me siento herido, porque ¿no me tiene confianza para contarme las cosas? ¿No soy un apoyo emocional para él?

-No Taeil, de seguro debe haber una explicación. Tal vez no conozco a Johnny hace mucho, pero se ve que realmente te quiere, pero en parte comprendo lo que tratas de decirme. Solo te diré que es mejor que cuando ambos estén tranquilos; hablen. Déjalo hablar y escuchalo. Pero si sientes que es demasiado, puedes venir aquí siempre que lo necesites, ¿bien?- abrazó a su amigo y secó sus lágrimas. - Todo estará bien, y si Johnny hace algo, llámame y le iré a patear las bolas, no dejaremos que se escape.