CAPÍTULO 3

112 13 8
                                    

Dragomir Cosmescu

Cosmin Bogdan hace que pasemos al comedor para almorzar, dada la hora, él se sienta en la punta de la mesa, ella de su lado derecho y en cuanto a nosotros del lado izquierdo. El silencio es incómodo pero no esperaba que fuera de otra manera.

—¿Quieres que le pida a Jenica que te prepare otra cosa, hija?—pregunta el señor Cosmin.

Levanto mí vista y miro su plato, no ha tocado su comida, solo juega con el cubierto. Mira al señor Cosmin.

—No, realmente no tengo apetito ahora—contesta sonriendo de forma forzada, se pone de pie—Les ofrezco una disculpa pero necesito tomar algo de aire—nos mira pero en ningún momento hace contacto visual conmigo—Con su permiso.

—¿Cómo te llamas cariño?—pregunta mí madre antes se vaya.

Noto que se pone nerviosa ante la mirada de mí madre pero solo suspira mientras desvía su mirada nuevamente al plato como buscando algo.

—Fehler Múller, señora Cosmescu—responde.

—Puedes retirarte hija—interviene el señor Cosmin.

Ella solo sonríe y sale rápidamente del comedor como un ratón asustado.

—Cronos—un hombre se aparece en el comedor—Acompaña a Fehler.

—Si, señor—dicho eso se retira.

—Sabes que meterla en la caja de cristal en esta vida no trae nada bueno para ella—acota mí madre bebiendo de su copa.

—Estuvo viviendo en una durante varios años hasta que se topo con tu hijo—musita tenso.

—Culpa del bruto que tengo como hijo no es—sonríe—Hasta la misma niña lo dijo, no le hizo daño.

—Si tan solo....

—Suficiente—todos miramos hacia la entrada del comedor y vemos a Mihai Cosmescu con semblante serio—Ya estoy al tanto de la situación.

—No me sorprende—murmura Doru y mí madre lo golpea en la cabeza provocando que se moje con su copa.

—Cosmin, somos viejos amigos y se que esa niña es tu vida pero conoces la leyes antiguas—toma asiento en la otra punta de la mesa—Nosotros no podemos tomar esa desición y lo sabes—me mira—Esto es algo que ellos deben hablar.

—El señor Cosmescu tiene razón—Ferka Bogdan entra al comedor—Ofrezco una disculpa por mí comportamiento de hace unos minutos, aceptaré las consecuencias que impongan.

—No te preocupes ahijado—suspira—Si yo hubiera estado en tu lugar haría lo mismo—dice mí madre.

—Mama—recrimina Doru.

—Si me permiten—me pongo de pié y miro al señor Cosmin—Si esta de acuerdo me gustaría hablar con ella sobre esta situación.

—Maldición—masajea su sien—Esta bien, puedes ir con mí hija.

—Esta en patio trasero, Sorin—el nombrado aparece—Te llevará donde está ella.

Solo asiento y sigo al guardia, suspiro, prácticamente somos familia pero no nos metemos mucho en los asuntos de los demás, no voy negar que me sorprendió el hecho que mí padre supiera de su existencia y no nos dijera nada, pero como dijo, son viejos amigos, así que sus motivos tuvo para haberlo hecho. Salgo de mis pensamientos y miro hacia adelante, la veo sentada en césped mientras juega con él y a su lado el otro guardia que el señor Cosmin ordenó que fuera con ella.

—Informale sobre mí presencia y pregúntale si quiere recibirme—digo deteniéndome.

El guardia me mira confundido pero asiente y se acerca dónde está ella, se agacha a su altura mientras que ella le presta atención, baja la mirada y asiente con la cabeza, el hombre se endereza y me mira asintiendo, suspiro, tampoco quiero obligarla hablar conmigo o asustarla cómo lo hice está mañana.

AFRODISÍACO [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora