Después de haber perdido la cuenta de las veces que tuvo que regresar al pasado para salvar a sus amigos, resultando todos sus intentos en fallidos; Takemichi pierde el sentido de su existencia.
"¿Cuál es el punto de intentarlo otra vez si sé que v...
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Era de madrugada y en el cuarto matrimonial de la familia Hanagaki se podía ver un cuerpo femenino colgando de una viga, y en una esquina se encontraba un pequeño niño de cabello blanco con la mirada perdida mientras un torrente de lágrimas caían de sus ojos azules sin vida.
El pequeño observo el cuerpo de su madre que se mecía un poco a causa del viento que entraba por la ventana ligeramente abierta.
Hacía frío por lo que abrazo su pequeño cuerpo en busca de calor, pero ni aun asi su temperatura corporal subió. Anhelaba el calor que le brindaba su familia cada que tenía frío, pero ahora ya no había nadie para brindarselo.
Takemichi había perdido a toda su familia en cuestión de unos pocos días.
La casa que le resultó acogedora y el lugar más seguro y reconfortante había perdido su significado. Su hermosa familia que le había hecho recordar lo preciosa que es la vida, ahora lo habían dejado solo y vacío.
Su vida llena de colores se había vuelto acromática. Otra vez.
Los hermosos recuerdos que formó con su amada familia se estaban volviendo tormentosos.. no quiere recordar porque es doloroso.
Quiere obligarse a olvidar pero su mente no colabora y en su lugar le hace hundirse cada vez más en la culpa y arrepentimiento.
POV TAKEMICHI
Me pregunto.. por qué nada sale como quiero?
Yo.. solo quería ser feliz, acaso eso es pedir mucho?
¿Qué hice mal?
¿Esto es por ser egoísta?
¿Tal vez es por qué no estuve atento aun sabiendo que los perdería en algún momento? Pero si es así.. como diablos iba a saber que las cosas terminarían así.. nadie me dijo nada..
Por favor.. que alguien me diga que esto solo es una pesadilla, por favor... no es mi culpa, no lo es...
Si lo hubiera sabido, yo... yo.. -ah, es cierto.. yo soy un inútil. Lo siento.. yo no puedo proteger a nadie..
Golpeo su cabeza una y otra vez contra la pared, tal vez así las imágenes que lo estaban atormentando no desaparecerían.
Otra vez, estaba perdiendo su juicio.. porque esa era la mejor forma de huir de la culpa que lo carcomía por dentro.
La frente del infante había comenzado a enrojecerse y no demoró mucho para que empezara a sangrar, pero eso no lo detuvo porque no era consiente del dolor físico.
Había olvidado por completo que su cuerpo aun era suave y delicado a causa del dolor que sentía por perder una vez más a sus seres queridos sin poder hacer nada.
