capitulo 4

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Hotel embrujado

Me arde toda la cara al aplicar la pomada que me dió Masón, lloriqueo en silencio mientras hago un mini berrinche cuando aplicó en el mentón.

Escucho que alguien grita desde algún lugar del penthouse — ¡Chicos, con Masón, Aeston, Boris y Kenan nos vamos a comprar comida, en un rato volvemos! — salgo del baño una vez ya aplique la crema en toda la dona afectada.

Los chicos se fueron y me quedé sola con Luigi al parecer, escucho como tocan la puerta.

Me siento en mi cama — ¡Pase! — exclamó.

Mi amigo entra a mi habitación bostezando — escuché un ruido en la cocina y no quise estar solo, dicen que el hotel está embrujado — me mira entre asustado y divertido.

Lo miro mal — ¿y no fuiste a fijarte si había alguien? — el me mira indignado.— me da miedo, anda vos — mata personas y le da miedo un fantasma que no existe.

Bufo indignada, cuando le estoy por responder escuchamos un golpe en el comedor.

Luigi me mira rápidamente y susurra — creo que los fantasmas nos quieren robar el sillón — ¿Fantasmas?, Los fantasmas no existen.

Algo no está bien.

Me paro de la cama — Luigi, agarra mi teléfono y llama a los chicos, algo no está bien — le explicó mientras cierro la puerta con seguro y agarro el fierro eléctrico de mi compañero.

Veo como Luigi está hablando entre susurros al teléfono.

Empezamos a escuchar pasos en el pasillo, miro a mi hermano y cortó la llamada rápidamente al escuchar como Aeston dice una palabra.

Le agarro fuertemente la mano de mi amigo y nos llevó al baño, cerrando también con seguro la puerta.

Suspiro cansada — Lili, tengo miedo — Luigi me mira — no quiero morir sin antes contarle un chiste a la reina Isabel — le sonrió para tratar de calmar sus nervios.

— Estoy segura que lo vas a lograr y la reina Isabel te va a dar una medalla como el primer payaso real — alago su propio sueño.

Se escucha como golpean con fuerza la puerta de la habitación.

Merda.

Agarro una daga que estaba en uno de los cajones del baño — okey, cariño, ahora cuando abran está puerta, voy a clavarle está daga a la persona, vos solo corre hacia la puerta de mi habitación — le explicó con nervios a mi acompañante — una vez logres salir de hotel solo ve por ayuda, no intentes ayudarme solo, no hoy — le sonrió y le entrego el fierro eléctrico.

Luigi trata de negarse pelo le doy una mirada para que no diga nada, hoy no va a ser el día de su muerte.

Carraspea — okey, Lady, ¿Te puedo contar un chiste por si te matan? — susurra, yo solo puedo verlo indignada — ¿Hace mucho que espera? — alzó una ceja, no es momento para un chiste — no, siempre fui manzana — suelta una risa nerviosa.

Ruedo los ojos y afirmó la daga a mi mano — mejor que vayas preparando otro chiste para contarme, hermanito, por qué no pienso morir — sonrió arrogante — no sin antes hacer alguna locura.

EL PECADO DE LILITH. #1 (primer libro de la saga en proceso.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora