El Famoso Clic

59 6 1
                                    

Capítulo 4.

Jueves 4 de febrero.

Ocho de la mañana, estaba despertando con tanto sueño que queria quedarme tumbada minimo treinta horas mas, me estire en la cama alejando de mi cuerpo la pereza, pase mis manos por mi cabello intentando controlar mis rizos. Parecia un león.

Habia despertado a las siete de la mañana pero tenian tanto sueño que dormi una hora mas, me despegue de las sabanas y fui al baño, necesitaba una ducha fria si queria activar mi mañana.

Me puse el uniforme que me habían dado y metí en el bolso unos zapatos y algo de ropa por si necesitaba cambiarme.

Hay que estar preparada para todo.

Salí de mi habitación faltando cinco para las nueve. Iba a llegar tarden. No puede ser que la primera impresión sea de mi llegando atrasada, claro que podria inventarme una excusa, pero no era honesto.

¿Honesto?

Salí trotando hasta llegar al gimnasio. Por obra y gracia, no quedaba lejos de mi residencia, de hecho esa cancha quedaba justo a mitad de mi habitación a camino al piso de los chicos.

Toda una maravilla.

Entre y hal darme cuenta de que habia llegado justo a las ueve, suspire. Ana me saludo desde lejos mientras venía corriendo hacia mí.

-Hola, ¡Buenos días!- hablo con emoción.

-Buenos días, Ana.- le conteste amable.

-Ven, deja el tuyo junto al mío.- señaló su bolso.- vamos, van a poner parejas para practicar.

-Bien hagan una fila.- la entrenadora regaño a Ana con la mirada para que no me presionara.- ya saben sus parejas, dentro de un rato tendremos un juego de práctica con otras chicas, no espero que ganemos, pero donde nos ganen los dos sets por mucho, haré que entrenen hasta vomitar.

Pareció agregar presión sobre todas, asi que asumi que hablaba en serio y que tal vez no seria la primera vez que haría que entrenaramos hasta vomitar.

-Eres conmigo Diana.- me susurro Ana.- soy la armadora, tendremos que preguntar qué vas a ser tú.

-Silencio Ana, voy a nombrar las posiciones para comenzar.- Empezó a nombrar la defensa, algo de carnada, un librero creo y finalmente miro a mi compañera.- Ana, serás la armadora y Diana, serás la rematadora, tal vez oficial.

¿Que yo qué?

Ella ordeno nos entrenar mientras Ana tiraba de mi un lado de la cancha.

Primero, tenía hacer el saque, debía hacerlo justo para que Ana logrará levantar el balón. Luego ella armaba la jugada con los ojos, sabía dónde tenía que dirigir el balón. Cuando salte para rematar, llegó justo a mis manos. 

Lo único que hice fue poner un poco de fuerza para hacer un remate casi perfecto.

-¿Como supiste donde iba a ir mi mano?- le pregunté a Ana incredula.

-No lo sé, solo lo deduje.- levantó su mano para chocar los cinco.

Correspondí y ella me ayudo a practicar una hora entera, cuando alguien que sabe mucho mas que tu de un tema te enseña con paciencia y dedicación, aprender se vuelve menos estresante.

Pasos de Febrero.  (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora