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Entre rápidamente a mi salón, para mi suerte el maestro aún no llegaba.
Me senté junto a Finney, quien solo me saludo en un susurro, le devolvi el saludo, poco después el maestro inicio la clase.
Era tan jodidamente aburrida, me había perdido desde el momento que empezó a hablar de números y todas esas cosas.
Solo deseaba que terminarán mis clases, pues en la tarde vería a Billy, mentiría si digo que no estaba nerviosa.
Él es muy lindo conmigo, me halagaba aunque me viera del asco u mi cabello estuviera hecho un desastre.
Siempre escuchaba lo que decía, no importara cuantas veces hablará de la misma cosa, él escuchaba como si fuera la primera vez, nunca minimizó lo que sentía.
Lo cual me hacía sentir feliz y especial.
De vez en cuando me daba abrazos o besos en la frente.
Cada día me enamoraba más de él, era imposible no hacerlo, él es perfecto para mi.
..
Al llegar al parque lo vi sentado y a su lado estaba un perrito, sonreí, amaba a los perritos.
Al acercarme lo salude, fue entonces cuando el me dijo que el perrito era su mascota.
Pasamos un rato jugando con él.
Después de una hora él me llevo a un lugar más privado.
Me sentía nerviosa, pues parecía muy serio, ¿y si era algo malo?
Nos sentamos, ninguno de los dos hablaba, cada vez me sentía más nerviosa.
Hasta que él rompió el silencio.
—Mi vida nunca tuvo sentido, o eso creía, pues cambio cuando te conocí esa noche en el bosque, desde el primer momento que hablamos supe que serias alguien importante para mí, para mi no es muy fácil confiar en alguien, nunca soy tan atento con las personas, pero contigo fue una excepción, verte reír, hablar de lo que te gusta, verte hacer cualquier cosa hace que me sienta feliz, por alguna razón si tú eres feliz yo también lo soy. —Paro de hablar para tomar un poco de aire y voltear a verme. —Eres demasiado linda, algo que amo de ti son tus ojos, tienen un brillo único, todo de ti es perfecto, amo tus abrazos y cariños, amo ver cómo te pones nerviosa cuando te hago cumplidos o simplemente te coqueteo.
Sentía mariposas en mi estómago, cada palabra me hacía sentir especial, mi corazón se aceleró cuando el tomo mi mano y se acercó mucho más a mi.
—Linda, ¿Me darías el honor de ser tu pareja?, prometo protegerte lo más que pueda y hacerte feliz en todo momento.
Estaba a nada de llorar de la felicidad, mi cuerpo actuó inconscientemente y me acerque para darle un pequeño beso, el cual era tímido y torpe, pero único para nosostros.
Al separarme lo vi con una gran sonrisa.
—¡Pero claro que sí! —Lo abrace fuertemente, era la chica más feliz en ese momento.
—Te amo demasiado ojitos de venado. —Dijo para plantar un beso en mi frente.
—Yo igual te amo mi lindo chico.
♡
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Espero les haya gustado, en un rato más publicaré algo en el libro de Bruce. <3
