El comienzo

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Siempre me habría gustado poder vivir mi propia aventura; dejar de soñar embobada en mi propio mundo y hacer realidad todas las maravillosas e increíbles historias que tienen lugar dentro de mi cabeza.

Todos los adultos me decían constantemente que tenía la cabeza llena de pájaros, pero yo me negaba a enjaularlos, ¿a caso una persona no tiene derecho a soñar?

Siempre he estado completamente en contra de los materialismos de la vida y odiaba a muerte a todas aquellas personas que por beneficio propio se negaban a salir de su zona de confort, ahora, por otro lado les comprendo, porque yo he encontrado mi zona de confort. Pero me considero distinta, porque a diferencia de todas esas personas que están en su zona sin esforzarse, yo he luchado durante mucho tiempo para llegar a donde estoy, es por eso, por lo que creo que me merezco un descanso.

Y es que un día encontré esa aventura que estaba buscando; pero para que pueda entenderse todo debo empezar desde el principio.

En primer lugar voy a presentarme, mi nombre es Elena, cuando esta historia tuvo lugar, yo únicamente tenía 16 años, pero actualmente ya he perdido la cuenta, porque los años van pasando y la debilidad se va apoderando de todos los cuerpos.

Estando en mi plena juventud, mi pelo era rubio como el oro, y largo, muy largo, ya que aunque no fuera completamente liso, prácticamente me llegaba a la cintura, mis ojos eran verdes y algo pícaros, aunque con el tiempo se hayan llenado de anhelo y de cansancio; por aquel entonces intentaba sonreír ante todo mal en aquella sociedad.

Desde que mis padres tuvieron aquel accidente en coche, viví en ''El Orfanato de las Hermanas de la Luz'' a simple vista podía parecer un lugar idóneo para dejar abandonado a tu hijo, o al menos eso parecía porque últimamente no hacían más que llamar a la puerta, dejando más y más bebés, aunque no les culpo, en aquella época ni la economía ni el estado de las familias eran buenos y no se puede decir que nuestra ciudad no fuera el lugar perfecto para vivir; pero por dentro aquel lugar era siniestro, los trabajadores de aquel lugar habían sido ensuciados por a codicia y los malos hábitos, y poco a poco se habían ido corrompiendo.

Para mi todo aquello no era fácil, era la acogida mas mayor de todo el orfanato, y con 16 años nadie te quiere adoptar; todos los cuidadores me trataban como una criada y me mandaban hacer todo el trabajo sucio, y aunque yo estaba en contra, me obligaban y me pegaban si no lo cumplía.

Muchas noches las pasaba llorando en mi habitación, echaba de menos a mis padres y nunca tuve ningún amigo, ya que toda la gente del colegio se metía conmigo, porque siempre iba harapienta y muy mal vestida, pues no tenia dinero para comprar nada mejor. Pero ahora ya no les guardo ningún rencor, no conocían mi historia y pesar de que pasé muy malos años, pronto estaría mas cerca de la felicidad.

Todo esto hacia que cada vez me resultara mas difícil vivir en aquella prisión, pero siempre encontraba algún momento para relajarme y desconectar

Me encantaba ver películas, leer libros, y fantasear con que yo estaba dentro, realmente era mi sueño salir de aquel lugar y crear mi propia historia.

Herederos de elementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora