Poco después Marie subió a avisarnos de que era la hora de ir a la sala de entrenamientos.
Cuando llegamos, allí estaba Richard.
- Hoy únicamente entrenará Elena, así que los demás podéis iros.- Informó el hombre.
Marie y Jorge se fueron.- ¿Me puedo quedar?- Preguntó Rubén algo tímido.
-Sí, claro- contestó Richard -pero tendrás que ayudarme.
-No hay problema - le respondió el joven.
-Bien, empecemos- dijo entonces Richard.
Cogió una silla y la colocó delante de una mesa de madera, de aspecto muy desgastado.
-Siéntate- me ordenó.
Yo me senté y Richard puso una pequeña vela sobre la mesa y al lado colocó un pequeño recipiente, también de madera con aceite.
-Tienes que hacer que el aceite se prenda sin tocar la vela. -Me explicó.
Sinceramente a mi todo esto me parecía patrañas, pero al fin y al cabo no perdía nada intentándolo, por lo que me concentré en la vela todo lo que pude y la miré fijamente durante unos cuarenta minutos. Pero no pasó absolutamente nada. Realmente yo tampoco sentía nada mágico.
Mientras miraba la vela y seguía concentrada en su pequeña llama naranja no pude evitar escuchar lo que Rubén y Richard se decían.
-Ya te dije que no sería capaz- Susurró Rubén.
-Realmente yo la creía capaz- le contestaba Richard.
-Es una farsante- continuaba Rubén.
-Sí, exactamente igual que su padre- Richard apoyaba a Rubén. Yo no estaba muy segura de entenderlos.
Estaba hablando mal de mi familia. ¿Quién creía ser para poder hablar así de ellos? me sentía traicionada al escuchar eso, después de haber confiado en esas personas. Me sentó realmente mal, estaba muy enfadada y esto causó que volviera a sentir un terrible calor en el pecho.
entonces me volví a concentrar en el fuego de la vela, y sentí que ese calor que tenía en el pecho me bajaba por los brazos hasta llegar a las manos. Estaba convencida que que al tener esa sensación conseguiría que el fuego se pasara al aceite; pero no pasó nada. Nada de nada.
Poco a poco la sensación de calor fue desapareciendo hasta que ya no quedo nada en mi interior, una vez mas ya no sentía nada mágico.
Ya llevábamos unas horas intentándolo, por lo que Richard decidió que era suficiente. escuchar las palabras '' ya vale por hoy'' fue suficiente para mi como para tomarme la libertad de levantarme en seco e irme a mi habitación; estaba realmente enfadada. Habían hablado mal de mi y de mi familia.
Al llegara mi cuarto me tumbé en la cama con la cara contra la almohada y no pude evitar romper a llorar como una cría. Aún no sabía muy bien que estaba haciendo allí, no conocía de nada a aquellas personas pero ellos a mi parecían conocerme realmente bien. Creo que lo peor de todo era empezar a conocer la verdad. Eso si realmente todo lo que me estaba sucediendo era real y no era simplemente un sueño, o una gran mentira. ¿Quién sabe? igual me habían secuestrado y me habían drogado. De verdad que no sabía lo que pensar.
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Herederos de elementos
FantasyElena es una joven adolescente que pronto comieza a descubrir mas y mas cosas de su pasado anteriormente desconocido, y tras encontrarse con mas personas como ella, se adentra en una aventura que pronto revelara mas y mas cosas de sus padres y de la...