Los periodistas se fueron, pudieron subirse al avión y su viaje fue de diez, pero no todo es color de rosa y una vez llegaron a su destino a Gonzalo le llegó una de las peores noticias. Lo habían suspendido de su club, no podía ir a jugar e incluso entrenar hasta que le llamen. Preguntó por qué y se arrepintió al instante.
"Porque sos gay" le habían dicho, le dijeron que no pueden tener gays en el equipo, que qué dirían los espectadores al enterarse y lo que ya están diciendo, los memes que se están creando, "es por tú bien" también le dijo su dt.. sí, por su bien.
A Lucas en cambio, le esperaba algo peor.
La policía lo esperaba y ni bien se bajó del avión se lo llevaron, él no tuvo tiempo si quiera de preguntar por qué. Una vez llegó a la delegación empezaron su explicación; Agustina lo denunció por violencia de género, fue a la comisaría con hematomas y marcas recientes como quemadas de cigarrillos, la primera vez que tocó un cigarrillo Cache le había dado vuelta la cara de un sopapo, no quería ni oler los cigarrillos.
—¿Me dan aunque sea mí derecho a una llamada? —consultó Lucas con la sangre hirviendo de la bronca que tenía.
—No hasta que llegue nuestro superior, permiso —dijo el policía retirándose del lugar.
Se sentó rendido, le daba un poquito de asquito porque vió manchas blancas en la cama que estaba dentro de la celda pero de todas formas lo hizo, ¿cuántos pendejos cochinos habrán pasado por allí?
Estaba tan perdido en sus pensamientos que se asustó cuando la puerta que parecía dar al baño que estaba dentro de la celda se abrió, de ahí salió un chico alto, tatuado y musculoso pero no exagerado aunque daba ese aura varonil que a Lucas se le hizo imposible negarlo, estaba realmente lindo.
—¡Oh my god! —soltó el chico con una voz extremadamente chillona— ¡yo te conozco! eres Lucas ¿no? futbolista —afirmó— te ví por videos y me pareciste lindo pero ahora que te tengo en frente puedo afirmar que estás más bueno que el pan, tú y yo vamos a llevarnos demasiado bien —terminó, mordiéndose el labio y soltando un gritito.
—Llevame Diosito —pidió en un susurro lastimero, tenía miedo de cerrar los ojos y que ese chico le quiera hacer algo.
—Martinez Quarta, te buscan —dijo el guardia que apareció de la nada.
Lucas un poco más y le da un beso por haberlo salvado de ese atrevido chico.
—¡Nos vemos guapote! —gritó— ¡ve por la sombra que los bombones se derriten en el sol!
Pedía a todos los angeles que por favor lo saquen rápido.