¡No le dieron su derecho a una llamada!
Se estaba muriendo de ganas por contarle a Gonzalo lo sucedido, después de todo, era su mejor amigo y prácticamente lo único seguro que le queda, no se sentía cómodo hablando con alguien más aunque todos ya le habían demostrado su apoyo.
Su abogado se encontraba a su izquierda, discutiendo con el comisario, preguntándole cómo se enteró de que llegaría hoy, a qué hora lo haría, y por qué no le dieron derecho a su maldita llamada.
—No pude comunicarme con Gonzalo, eso es lo que más nervioso me está poniendo, lo necesito —dijo Lucas caminando al lado de su abogado.
Al final, pusieron en libertad a Lucas hasta que nuevas pruebas lleguen, ya que lo que tenía Agustina solo eran marcas.. cualquiera podía haberle hecho aquello, hasta ella misma se lo pudo hacer, sin pruebas contundentes de que fue Lucas, no podían detenerlo.
Llegó hacía un hotel que había reservado, a su casa no podía ni quería ir, solo pensaba en llamar a Gonzalo y descansar.
—¿Por qué no te alejas un tiempo del chico este con el que te involucraron? —preguntó Martín, su abogado, sentándose frente a él.
—¿Vos me estás hablando en serio?
—Y si, si se alejan un poco puede ser que el rumor se borre lentamente.
Lucas suspiró, estaba agotado.
—No me voy a alejar de Gonzalo, no importa que mierda pase conmigo.
—Eso quiere decir que no es solo un rumor, algo hay ahí, sino no arriesgarías tu futuro por él.
Lucas no podía creer lo que Martín le decía, solo elevó sus cejas e invitó lo más amable que su vena a punto de estallar en su frente le permitió.
—No hace falta que vuelvas Martín, me voy a buscar otro abogado, no necesito otro más que esté en mí contra.
Martín quiso decir algo pero la puerta ya había sido cerrada en su cara.
—¡Diosss! los odio a todos —dijo tirándose boca abajo en la cama.
Prendió su celular y pudo ver que ya no le quedaba batería, busco rápidamente su cargador y lo conectó, tardó unos segundos en conseguir dar con el contacto de Gonzalo pero ni bien lo hizo lo llamó.
—Hola gordo —saludó el menor.
Lucas nunca se había sentido tan tranquilo al escuchar una voz, puede ser, que para él, no solo era un rumor, pero aún no estaba seguro y complicarse la vida ahora era lo menos que quería.
—Gonza, hola, te extrañé tanto.
Escuchó una risita a través del celular y su corazón dió un brinco que lo hizo suspirar.
—Pasaron unas horas nomás che, igual yo también te extraño.
—Necesito un abrazo justo ahora.. no sabes boludo —Lucas se acomodó en la cama— Agustina me denunció, de que le pegaba y que le quemé con cigarrillos, encima me metieron en una celda donde había todo manchas blancas en la cama, ni ganas de sentarme tenía, después salió uno del baño y se puso a gritar como loco porque me conocía y me dijo que le gustaba y no se qué, un miedo me dió, me acosó todo, me tuve que venir a un hotel y cuando llegué acá el abogado puto que tenía se puso a decirme que me aleje de vos así el rumor desaparecía.
—¿Fumas hijo de puta? porque si es así te juro que ya mismo vuelo hasta allá y te reviento todo el culo.
—We que ganas —bromeó el mayor.
Gonzalo se sonrojó demasiado.
—No pavees pelotudo, te dije bien que no quiero que agarres vicios, eso no solo va a perjudicar tu vida y lo sa...
—Amor, pará —le cortó Chino— no fumo boludito ¿en serio de todo lo que dije solo te fijaste en eso?
—O sea, sí obvio que escu... ¿cómo me dijiste?
Esta vez se sonrojó Lucas.
—¿Qué cosa? ¿Boludito?
—No, antes.
—Ahhh, pará te dije.
—No me boludees Lucas, porque te juro que voy.
—Sí, vení. Y te digo en la cara, mejor para vos.
Gonzalo se paró del sofá, cortó la llamada y agarró su equipaje que gracias a dios todavía no había ordenado en el ropero. Llamó un Uber y rápidamente se puso a ver los vuelos disponibles.
Cache💘: estoy yendo al aeropuerto, en qué hotel estás?
Fue lo único que escribió el menor para lograr que Lucas se descontrolar completamente.