―¿y bien? ―inquiere yukhei cuatro días más tarde. ―¿qué tal con el nerd?
pongo los ojos en blanco y resoplo a modo de respuesta, confundiéndoles a todos.
―estoy molido, no me da un solo respiro ―me quejo, pasándome las manos por el rostro. lo cierto es que estoy completamente exhausto. ―es... jodidamente insaciable.
―vamos, no será para tanto ―se burla yangyang.
―no sé cómo tiene tiempo de hacer el proyecto, si nos pasamos la tarde follando... ―sigo con mis protestas, recibiendo abucheos por parte de mis compañeros.
―creo que eres la primera persona que oigo quejarse por exceso de sexo ―interviene mark―.¿qué hay mal contigo, amigo?
estoy apunto de responder cuando una mano golpea suavemente mi hombro, haciendo que me gire en mi asiento de la cafetería. unos ojos celestes que reconocería en cualquier lado me devuelven la mirada y solo necesito ver cómo sus pupilas se dilatan cuando nuestros orbes conectan para encenderme como una cerilla. si es que no sé qué le reclamo a él, si yo soy igual o incluso peor.
―lee, vamos ―hace un movimiento seco con la cabeza, manteniendo una expresión neutra a la perfección y se da media vuelta, sabiendo que no tardaré en seguirle.
―el deber te llama ―escucho que alguno de los chicos dice, pero lo ignoro.
―suerte, amigo ―añade otro, ya alzando la voz. ―¡sé fuerte!
pongo los ojos en blanco ante sus estupideces y camino pegado a sus talones como si de un maldito perrito faldero me tratara. sé perfectamente adónde nos dirigimos. a nuestro cuartito. al mismo sitio dónde se la chupé por primera vez, donde empezó todo esto.
―¿no has tenido suficiente con lo de esta mañana? ―inquiero cerrando la puerta tras de mí y trabándola como hace él.
sí, donghyuck se quedó anoche a dormir. resulta que nuestras madres van juntas a pilates y cuando anne lo descubrió ―tras escuchar el apellido de kim cuando se presentó ayer ―no dudó en ofrecerle quedarse a pasar la noche, sobre todo al ver lo tarde que se nos había hecho "terminando los trabajos".
obviamente hubo sexo desenfrenado justo antes de caer rendidos en los brazos de morfeo y, esta mañana, la sesión se ha repetido. por eso hoy me encuentro especialmente exhausto.
―¿no puedes seguirme el ritmo, lee? ¿necesitas que vayamos más despacio? ―se burla, empujándome al mueble de siempre y subiéndose a horcajadas.
―cierra el pico ―espeto, no queriendo entrar en su lucha y besándole con fervor.
rápidamente nos deshacemos de nuestros pantalones y ropa interior, liberando nuestros centros. tanteo su entrada con mis dedos, comprobando el grado de preparación que necesita. gruño roncamente al descubrir que sigue perfectamente dilatado para mí.
―estás igual de abierto que esta mañana ―murmuro sobre sus labios, mordisqueándolos con frenesí.
―mejor, así no perdemos tiempo ―responde, sacando un preservativo del bolsillo de su pantalón y abriéndolo con los dientes.
―¿siempre llevas eso encima? ―pregunto con sorna, alzando una ceja.
no contesta, en su lugar, lo coloca sobre mi erección y se sienta sobre ella, besándome para acallar el gemido que escapa de su garganta. mis manos se instalan con firmeza en sus nalgas, separándolas para permitir que mi miembro se deslice con mayor facilidad entre ellas y apretando con deleite. adoro su trasero.
―parece ser que no soy el único insaciable, ¿hum? ―pronuncia rodeando mi cuello con sus brazos, pegando nuestros rostros hasta que se encuentran a escasos centímetros de distancia y asiendo con firmeza un puñado de mis rizos para mantener nuestras miradas conectadas. ―te encanta follarme, ¿cierto?
sus caderas inician con un vaivén lento y profundo, moviéndose en un balanceo de adelante hacia atrás, penetrándose sin dar saltos sobre mí. contengo un gruñido de pura excitación, reconociendo ese brillo dominante en su mirada.
―te encanta sentir mis paredes apretando tu polla, ordeñándotela tan bien... ―sigue hablando en un tono bajo y completamente sensual, echándome el aliento en el rostro. ―te encanta cómo aprieto tu cabello y la manera en la que mi culo rebota sobre tus caderas.
mi respiración comienza a acelerarse, a pesar de que el ritmo sigue siendo el establecido con anterioridad. pero es que teniéndole diciéndome todas esas cosas mientras no deja de follarse a sí mismo me está haciendo perder la cordura.
―te encanta apretar mis nalgas, mordisquear mi cuello y que te gima al oído. te encanta que te monte, que te pida por más, que suplique porque me folles más duro, más rápido ―sigue diciendo, algo más agudamente a medida que se va acercando al clímax. ―¿me equivoco, lee? ¿acaso no te encanta todo eso?
―donghyuck... ―advierto, pues no voy a poder aguantar mucho más como siga en ese plan.
―jeno... ―imita en el mismo tono, sonriendo con socarronería. tira de mis cabellos hacia atrás, elevando mi barbilla todavía un poco más y dejándome a su merced. pasa su lengua por mis labios, una sola vez. ―te encanta besarme, sentir nuestras lenguas uniéndose y creando un baile húmedo, que gimamos en la boca del otro y que nos traguemos nuestros orgasmos.
―donghyuck, no... ―intento avisar, pero me calla con un beso completamente arrebatador.
y eso es todo. no necesito nada más que él hablándome de esa forma, besándome de esa forma para caer rendido a sus pies. tal y como ha dicho, ahogo un quejido en sus labios cuando me derramo en el preservativo, sintiendo varios segundos después cómo él hace lo mismo en nuestros abdómenes.
solo se separa de mí cuando ambos hemos terminado de corrernos, sonriendo ampliamente y dejando otro ósculo erótico que me nubla la mente.
―me encantas ―sentencia instantes antes de levantarse y, tras acomodarse la ropa, salir de, definitivamente, nuestro cuartito.
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Fanfictionjeno va a suspender química si no entrega un proyecto de final de curso perfecto. le pide ayuda a donghyuck, el mejor estudiante del instituto, para que sea él quien haga el trabajo. el problema es que el precio que pone donghyuck para cobrarle el f...