Con el humor que se seguía cargando su pequeño hermano aún no le quedaba de otra más que salir del departamento y continuar realizando sus paseos por la ciudad. Estaba comenzando a cansarse de sus desplantes y ofensas.
No lo culpaba del todo por su pésimo humor, estaba en una situación complicada. Damian tenía todas las probabilidades de que no sería correspondido. Sin embargo, algo lo intrigaba desde aquel día que visitaron aquella cafetería. Pudo observar cómo la pequeña pajarita se notaba interesada en él y, por los pocos detalles que Damián le había contado, siempre se encontraba sola, incluso triste.
¿Acaso habría enviudado tan joven?
Podría serlo. No tenía sentido que una mujer tan linda y casada estuviera tanto tiempo sola y sin su pareja acompañandola. O debía haber una razón muy buena para que no ocurriera eso. ¿Trabajo tal vez?
—Te veo después. Avísame cuando estés ya en tu departamento.
—Lo haré. Suerte en el trabajo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar la cercanía en que se despedían las dos chicas a su lado. Al voltear pudo reconocer esos inconfundibles amatistas.
Vaya coincidencia.
Pero eso quedó en segundo plano al posar su mirada a su acompañante. La chica platinada que la acompañaba ya había girado para caminar hacia la dirección contraria. Supondría que la pajarita vivía del otro punto de la ciudad pero, algo dentro de él le indicó que no era a ella a quien debía seguir en ese momento.
Los primeros pasos dados fueron apresurados para no perderla de vista. Teniendo ya una distancia prudente desaceleró.
Tenía una nueva idea en mente. Sería muy riesgoso acercarse a la pajarita y cuestionarla sobre lo que opinaba del pequeño demonio pero, ¿qué mejor que preguntarle a su amiga? aquella escandalosa mujer, cómo se había referido Damian de ella, debía saber algo. No perdía nada con intentarlo.
La siguió por varias calles hasta dar vuelta en una esquina. Jason podía reconocer el lugar al que se dirigían. Había visitado el bar en un par de ocasiones desde que se encontraba en San Francisco. Debía trabajar ahí. Se dirigió a una puerta al costado del establecimiento para ingresar. Pero no esperaba que ella se detuviera frente a la puerta y lo mirara de reojo.
—Si quieres ingresar al bar es por la puerta principal, está es sólo para los empleados.
—Yo mmm...solo me perdí. No conozco bien la ciudad. Pero tal vez podrías ayudarme—comentó con una sonrisa, fingiendo que de verdad estaba perdido.
Su gran carísima y atractivo siempre lo ayudaban a salir de problemas de este tipo, sin embargo, está no sería la ocasión. No con Rose Wilson. Se giró totalmente hacía él y caminó hasta quedar a pocos metros de él.
—¿Acaso me crees estúpida? Se que me estás siguiendo desde hace varias calles. Será mejor que retires rápido tu trasero de aquí antes de que llame a seguridad.
—Tranquila, tranquila, creo que estás malinterpretando las cosas. Me atrapaste, no estoy perdido. Solo quería preguntarte algo.
—Oh no, ya conozco a los de tu tipo. Será mejor que te mantengas lejos de aquí. Enfermo—se dió la vuelta rápido, a pasó firme, podía escuchar cómo llamaba a alguien al momento de que abrió la puerta del lugar.
Jason supo que era momento de huir, por lo que tuvo que correr varias calles antes de parar a tomar algo de aire y ponerse a pensar en lo que había ocurrido.
Su plan había fallado, tendría que encontrar otra forma de obtener información sobre la amatista. En cambio, eso no era lo que le importaba en ese momento, sino ella. Tenía un carácter fuerte y, eso lo había puesto nervioso, demasiado. Y no sólo eso, era la dueña de los ojos azules más hechizantes que había conocido en toda su jodida vida. Sin olvidar que era poseedora de unos hermosos labios rojos que lo habían cautivado mientras hablaba, que lo invitaban a acercarse cada vez más y más a ella para...
—No, Jason Peter Todd, detente ahí. Ni lo pienses.
Más su corazón siguió latiendo de forma acelerada aún minutos después de su huída, sus manos comenzaron a sudar y podía sentir cómo un desagradable cosquilleo se comenzaba a formar en su estómago. Eso lo alertó de inmediato. No lo había sentido desde que estaba en la preparatoria. Esto no estaba bien. Nada bien.
Jason había quedado más que impresionado de aquella mujer.
—Con una ching-
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Cuando buscamos la verdadera felicidad
FanfictionLa felicidad puede ser representada algunas veces con hermosos objetos de gran valor que se portan y son dignos de reflejar dicho sentimiento hacia los demás. Inesperadamente, la verdadera felicidad puede llegar a nuestra vida en el momento que más...