CONFESSION, heechuu

Alive

♡ | Final alternativo

Me sentía agotada, simplemente cansada, mi cuerpo estaba débil, mi corazón también y mi estado emocional tampoco era el mejor.

Había dormido de más, comido de menos, y pensado demasiado, una terrible convinacion.

Era el tercer día del inicio de la ley del hielo, ayer había escuchado a Heejin decir "Te amo, Jiwoo" a Hyunjin, y claro que estaba feliz de oírlo, pero una voz en mi interior no tardó en preguntar: ¿Por qué se lo dice a ella y a mí no?

Creo que tengo que especificar mi deseo.

Deseo que Heejin me diga que me ama mirándome a los ojos, que me lo diga a mí, sin ninguna estantería de por medio o dirigido a terceros.

Fui sin ganas a la universidad, la verdad, no sé por qué seguía llendo, ya que no me queda mucho de vida, es absurdo seguir estudiando sabiendo que no lo voy a completar, creo que en realidad voy para estar con Heejin porque me paso el día con ella y sólo voy a las clases que en serio me interesan o que disfruto, que no son demasiadas.

Busco mi celular en los bolsillos y maldigo, me desespero y comienzo a palpar todo mi cuerpo en busca del estúpido aparato, dejo mi mochila en el suelo, comenzando a sacar todas mis cosas en busca del celular.

—Lo dejé cargando —golpeo mi rostro con mi mano, soltando un bufido, me insulto a mí
mismo mientras meto las cosas de nuevo dentro.

Camino en dirección a la biblioteca, en busca de mi novia, al entrar, la veo sentada en su escritorio, los libros apilados sobre este y parece estresada, su mirada está baja como si ocultara algo en sus ojos, su pierna se mueve con nervios y parece mandar mensajes con su celular.

Me acerco a ella en silencio, la ley del hielo sigue en pie, así que no la saludo, pero ella no me nota, bloquea su celular y cubre sus ojos con sus dedos, se encoge en su asiento con dolor. Yo la miro con curiosidad.

—Por favor que esté bien... —murmura, su voz suena endurecida y no sé por qué, sus hombros tiemblan; parece que va a comenzar a llorar.

Poso una mano en su hombro y alza la vista hacia mí, sus rojos ojos me parten un poco el corazón.

—¡Jiwoo! —me abraza con fuerza y tira de mi cuerpo hacia el suyo, dejándome confundida en su regazo, toma mis mejillas y me besa, no entiendo qué pasa, pero le sigo el beso, me abraza con fuerza, sus manos parecen recorrer mi cuerpo como si no creyera que esté allí en realidad—. Jiwoo... —al separarse de mí parece agradecida, aunque yo no he hecho nada—. Te amo.

Mis cejas se alzan y mis ojos se abren de más, ella acaricia mis mejillas con sus pulgares.

—Te amo, te amo, te amo tantísimo, bebé —dice. Me dan ganas de llorar de finalmente escuchar esas palabras—. Kim Jiwoo, necesito que lo sepas antes de que no puedas escucharlo... Eres la persona que más amé y amaré, eres el amor de mi vida... La chica más maravillosa y linda del mundo, de corazón de oro... ¿Lo sabes?

Mis ojos se llenan de lágrimas sin poder evitarlo.

—Haz echo que en estas semanas me de cuenta de lo que es la felicidad... Tú eres la felicidad, la mayor felicidad y te amo —sus ojos se llenan de lágrimas comenzando a caer, yo las limpio con mis pulgares, mis dedos quedan pequeños en su rostro, ella sonríe—. Y me gustas, sí, mierda, me gustas desde hace mucho tiempo, estoy enamorada de ti desde hace mucho... Sólo no lo quería aceptar, pero ahora sé que te amo, que te amo desde hace mucho tiempo.

Quiero responder pero las palabras no salen cuerdas de todo lo que siento, mi corazón late fuerte por la felicidad, presiono mis brazos contra mi pecho con emoción, escondiendo mi rostro en su cuello.