Capítulo 24: No lo puedo negar

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Narra Zack
Entre a mi habitación después de haber desayunado algo con Marck, y me acosté en la cama dejando el celular en el nochero, no sin antes ver la hora. Pero como aún falta para la hora acordada, decidí recostarme y cerrar los ojos un poco. Solo fue cerrarlos y al instante se me vino a la cabeza cuando estaba hablando con Marck en el pasillo, lo que le dije y cómo lo dije. La vergüenza me lleno, solo pude sonrojarme y gritar en la almohada. Pero a la vez estaba eufórico porque no pareció haberle incomodado, sino más bien apenado, digo, no es normal sonrojarse por un comentario de apoyo de un amigo. La mezcla de estos dos sentimientos me hacía sentir confundido. Una parte de mi quería correr de alegría, y otra solo quería ser tragado por la tierra.

Nunca comprendí por qué están difícil entenderse a sí mismo. Decifrar el comportamiento de alguien no me suele ser un problema. Pero entenderme a mi mismo, es algo que no he logrado en los años que llevo con vida. Bueno... La única otra persona que no puedo comprender sin importar cuánto lo intente u observé... Marck... Ese maldito, imbecil, lindo y desgraciadamente tierno. ¡¡AHHH!! No puedo ni insultarlo; él es alguien que, a pesar de que lo haya intentado, no puedo sacar de mi cabeza, me importa demasiado como para no afligirme por su comportamiento e incomodida. Puede ser que está vez me pase, puede que lo incomode de más. Soy un imbecil, toda la atención que le pongo y no me puse a pensar en lo que podría pensar él. Apenas dije eso recordé que le había preguntado si tenia ojeras. Me ruborise y volví a gritar sin control hacia la almohada, se me olvidó que no es fácil notar si tiene ojeras, sobre todo con su pelaje blanco, lo que da indicios de cuánto lo. . . Observo . . . ¡¡AHHHHHHHHHH!!

10 minutos después

*Jadeos* MALDITA SEA!!!!, ¡¿POR QUÉ NO PUEDO SER MAS DISIMULADO?! *Golpea la almohada.

Después de tanta gritería y golpes a las almohadas, sonó mi alarma que me avisaba el inicio de otro viaje en carro, aunque esta vez más corto de lo habitual. Corrí, agarre mi celular, mi billetera y las llaves, acto seguido salí de mi habitación y me dirigí hacia el lugar de encuentro, el cual era ni más ni menos que el parqueadero. Llegue unos dos minutos tarde mientras tomaba el ascensor, pero no había llegado nadie; Tomás y María se les pudo hacer tarde, siendo dos debe ser más difícil arreglarse para salir, sobre todo con un solo baño. Sin embargo, Marck es solo una persona, además ya desayunó, ¿Qué tanta es la demora de él?. Saque mi celular para poder distraerme en el abismal agujero conocido como YouTube, aunque lamentablemente no calculé algo, aquí no hay señal porque estoy en un sótano, por lo que mis datos no funcionan aquí; siendo recursivo, me puse a revisar fotos viejas que tengo en mi galería para así distraerme un rato. Fui pasando una por una, desde la más nueva a las más vieja. Recordé momentos bellos y felices, otros no tan buenos, y sobre todo, momentos junto a Marck, algunas tomadas junto a él y otras a escondidas. Sentía algo en mi pecho que me hacía sonreír con recordar estos momento, se sentía como un sentimiento cálido que se extendía desde el pecho a cada rincón de mi cuerpo. Nunca fui bueno ocultando lo que siento, pero cuando se trata de esto, soy aún más imprudente, se podía notar solo con hechar un vistazo a mi galería, tenía demasíadas fotos de él. Desde la universidad hasta hoy; momentos que no se podrán replicar, ni podrían ser igual de importantes sin él.

Su presencia me hace feliz, sólo con verlo mi corazón se empieza a acelerar, mis pensamientos se vuelven en torno a él y se me complica pensar con claridad y racionalidad; ver qué habla con alguien más me preocupa, me entristece la idea de no interesarle más que aquella persona. Que se aleje de mi es algo algo que no quiero ni imaginar. Necesito a Marck en mi vida, es quien me mantiene cuerdo y me alegra.

Estos pensamientos solo incrementan este sentimiento, y confirman que, por mucho que intente negarlo y evitarlo... Me gusta.

Algunos pasos se escucharon por lo que volteé a ver quién era. Ni más ni menos que por quién en las noches suspiraba, Marck. Guardé rápidamente mi celular para evitar que se entere de las fotos que le he tomado y procedí a saludarlo.

Un Viaje De DescubrimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora