Un Viaje De Descubrimiento

Capítulo 32: Un trago para los nervios (Parte I)

Narra Marck
Me siento abrumado, confundido y nervioso. Entre en pánico, no puedo parar de pensar en situaciones en las que todo sale mal. Pero lo más frustrante es que mientras yo me encontraba sufriendo por la incertidumbre a actuar, Zack se encontraba dormido en la cama contigua a la mia, ignorando por completo la aflicción que el amor por él me genera.

Mis manos no dejan temblar, por lo que fui al baño a echarme agua en la cara, con la esperanza de que me ayudara a tranquilizarme. Agarre la toalla para secarme la cara, pero al momento de terminar de frotar la toalla con mi aún pálido rostro me vino a la cabeza aquel momento tan oscuro que pase por "esa persona"

Marck: -Samuel...- al terminar de nombrarlo me causo unas ganas insoportables de vomitar impulsadas por el trauma que me hizo revivir aquel recuerdo.

Una vez terminé, me volví a cepillar rápidamente para poder bajar al bar; ya no aguantaba mas, necesitaba alcohol, no quería pensar, solo apagar mi cerebro. Un cóctel de emociones rebosaba de mi cuerpo, quería llorar, quería huir, quería solo desaparecer... Pero no podía, sentimientos en contra de esto me decían que fuera a confesarle a Zack lo que siento, pero mientras estos sentimientos de optimismo nacían en mi, eran sofocados por otros sentimientos negativos.

Sentía como si estuviera caminando sobre un lago congelado, donde cada paso era un peligro inminente, sin embargo, al frente de mi, a unos cuantos metros estaba Marck esperándome con los brazos abiertos. Tal como expreso Shakespeare mediante su libro Hamlet: "la incertidumbre es la que impide que el hombre actúe" dudaba si dar los pasos restantes era un error, puesto que no tenía seguridad alguna que él sienta lo mismo. Esta duda aumentaba cada segundo llenándome de angustia, haciéndome reconciderar de forma constante está desición que llevaré a cabo. Era insoportable, no quería tener que seguir preguntándome lo mismo y lo mismo: ¿En verdad vale la pena arruinar nuestra amistad por un sentimiento tan efímero y vano que es el amor? No lo sé, pero creo que tampoco me gustaría saber.

Sin hacer mucho ruido salí de la habitación agarrando mi celular, mi billetera y las llaves de la habitación, para posteriormente dirigirme hacia el bar del hotel, el cual se encontraba al lado de la piscina que, por obvias razones, se encontraba llena de clientes. Me encontraba al frente del bar, caminando con la vista baja mientras en mi cabeza repetía las palabras: -Zack no es como él- tratando de hayar sosiego en la incertidumbre. Una vez sentado le pedí al bartender una margarita, pero una voz femenina conocida me interrumpió en mi ecolalia.

Maria: -Veo que el príncipe por fin decidió salir de castillo-

Marck: -Hola María-Sinceramente no tenía ganas de hablar con nadie, así que respondí lo que debía

María: -Ire directo al grano, me preocupas Marck, todo el viaje te la pasaste distraido, y sé que me dijiste que ibas a pensar en una forma de decírselo, pero tú no estás así por eso, lo sé así que solo dímel...-Siendo interrumpida por un grito

Marck: -¡TENGO MIEDO ¿VALE?! yo nunca di el primer paso, es más, ¡nunca he estado en una relación! ¿Y si me rechaza? ¿Y si se aleja de mi? ¿Y si es como... Samuel?-El corcho que tapa la botella de mi cuerpo había volado por los aires, lo que permitió que el alma saliera para expresar lo que sentía, en vez de ese gesto inexpresivo e impasible con el que se encontraba mi rostro.

El ambiente se puso tenso, los que se encontraban cerca se nos quedaron viendo por un momento para después proseguir con sus actividades, mientras que para nosotros ese momento no acababa, ni para el desafortunado barista que recibió mi pedido.

Marck: -Escucha, María, perdón, no quise gritarte, solo me deje llevar, últimamente no me halló a mi mismo. Soy un manojo de inseguridades y nervios desde que decidí aceptar este sentimiento y no ocultarlo más... Pero es más fácil decirle que hacerlo-

Maria: -No tienes que disculparte, al contrario, debería ser yo quien se disculpe. Creí que podía comprender lo que pasaba por tu mente, pero lo único que logré hacer fue presionarte, lamento llegar a ser tan insistente e intensa, pero es que de verdad me preocupas, o sea, después de pasar horas sin contestar el celular, de la nada te veo al lado mío cabizbajo-explicó mientras apoyaba su mano en mi hombro

Entendí su argumento, pero eso no quitaba el hecho de que seguía fatigado mentalmente, así que solo suspiré intentando tranquilizarme.

Marck -Lamento haberte preocupado. Y sé que puedo confiar siempre en ti, solo que desde que vi el mar por la ventana en nuestra venida en carro, comprendí que esto que voy a hacer es real, es una acción de la que no me podré arrepentir; ver la inmensidad del mar me hizo comprender que todos estos sentimientos dentro de mi son parecidos al ponto, las olas son mandadas por mi conciencia que impulsan mi amor y miedo, permitiendo que lleguen a la gran playa que es mi cuerpo. Al igual que cuando perdí mi mirada en el horizonte observando y admirando la belleza del piélago, también podía haber una persona haciendo el papel de espectador, perdida su vista en mi ponto, mi playa, en mi discordia mente-alma-

Maria: -Tu forma de expresar siempre destaca, cada vez que hablas sobre tus sentimientos siento que estoy escuchando los poemas de Neruda. Estoy segura de que no soy la única, Zack y Tomás también han de sentir lo mismo que yo, sin embargo hay veces que Tomás y yo no entendemos del todo, pero a Zack lo he visto cuando hablas y comprende perfectamente todo lo dices, puesto que es el único que te valora tanto o más que su vida, siente tu dolor casi a la perfección, a un nivel más alto que nuestra comprensión. De nada nos sirve escuchar y sentir, sino comprendemos y compartimos, pero Zack hace estás cuatro cosas y un paso más, que solo se logra con una relación muy estrecha o un interés más elevado que una simple amistad, que es el revivir esa experiencia desde la posición de la persona, imaginar hasta el más mínimo detalle traspasando esa barrera invisible que define lo verdadero con lo ficticio. Ahora, no estoy diciendo que Tomas y yo no nos duela tu sufrimiento, sino no somos capaces de hacerlo tan fuertemente como lo hace Zack-

Marck: -je... Supongo que en eso tienes razón, él siempre ha sido capaz de entender mis sentimientos, aunque algunos no, si es que me hago entender-Golpeando suavemente el brazo de María con el codo-

María: -Jajaja no pidas mucho, al fin y al cabo siguen siendo hombres. Además, no puedes decir nada que tú también eres hombres-

Marck: -Buen punto jajaja-

Maria: -Pero volviendo al tema, todos tenemos algunos puntos de inflexión, aunque no en todas las personas son los mismo, siempre existieran esos momentos en que debemos dar ese paso que, por mucho que no queríamos, debemos de dar. Pues, el tuyo es este.-

Marck: -Eso lo sé, pero no me esperaba que fuera tan pronto-

Apenas termine de hablar, el bartender me entregó mi bebida que había pedido previamente, por lo que tuve hacer una pequeña pausa mientras pagaba

Marck: -Que pena, ya volví. ¿De qué hablamos?-

Maria: -Sobre tu dificultad para aceptar tu punto de inflexión y el paso que este necesita-

Marck: -¿Pues qué esperas, nunca lo he hecho?- Tomando un sorbo de la margarita

Maria: -¿Entonces nunca tuviste pareja?-

Marck: -...-

María: -Espera, ¿Tuviste?-

Marck: -...-

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FIN CAPÍTULO 32

Bueno, puede que me haya tardado un "poco" más de lo que planeaba, pero lo importante es que acabe un nuevo cap, que por cierto me costó escribirlo QwQ. Espero les guste. Feliz día/noche/tarde.