Nieve

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⚠️ Puede tener spoilers del arco Wano
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El viento cortante de la nieve golpea implacablemente a Zoro mientras sus espadas danzan con destreza mortal contra el guardián de las armas en Wano. Cada ataque es un testimonio de su habilidad y su deseo de proteger el legado de la tierra que está destinado a liberar. La lucha es feroz, una coreografía de acero y determinación en medio de la fría tormenta.

Justo cuando el Rōnin logra asestar un golpe certero, su atención es capturada por una voz familiar. Un llamado a su nombre a penas perceptible. Sus reflejos lo guían automáticamente hacia la fuente de ese sonido, y lo que ve lo paraliza.

T/n, se tambalea a través de la nieve, una mano presionando su abdomen ensangrentado. Sus miradas se encuentran en medio de la tormenta, y en ese momento, el mundo se detiene. La realidad parece distorsionarse mientras Zoro abandona todo lo demás. La herida de T/n trasciende la importancia de la pelea y se convierte en su única prioridad.

Inmediatamente guarda sus espadas y se lanza hacia ella con velocidad sobrehumana, su voz es un rugido de angustia. "¡T/n!" grita, su corazón apretándose en su pecho. La nieve se vuelve un mar de emoción cruda mientras él la alcanza, sus manos la sujetan con urgencia.

Los ojos de T/n están llenos de dolor, pero también de alivio al verlo. Sus labios se curvan en un débil intento de sonrisa. Antes de que pueda hablar, sus piernas ceden y cae en sus brazos. Él la sostiene con fuerza, su mente girando en un torbellino de pánico y determinación.

"¡T/n!, tranquila te tengo" murmura, su voz temblando mientras la aprieta contra él. Su mirada recorre frenéticamente su herida, buscando cualquier signo de lo que podría hacer para ayudarla. La sangre se mezcla con la nieve, un recordatorio crudo de la realidad que enfrentan.

En medio de la tormenta, la figura de Hiyori se materializa. Su expresión es una mezcla de preocupación y algo más sutil. Observa la escena con ojos agudos, capturando la intensidad en el abrazo de su interés amoroso Zoro y la forma en que la mira.

Finalmente, T/n cae en un estado de inconsciencia, y el peliverde la sostiene con más fuerza, sus ojos llenos de miedo y desesperación.

Hiyori se adelanta, muchas emociones pasaron por su mirada. Sin embargo sopesa la seriedad de la situación y corre a auxiliarlo.

"Debemos detener la hemorragia primero", dijo Hiyori con firmeza, olvidando momentáneamente sus propias emociones. Arrancó tela de su kimono y la ofreció a Zoro. "Sostén esto sobre la herida, presiona fuerte".

Éste asintió con gratitud y obedeció, sus ojos oscuros aún llenos de preocupación mientras trataba de salvar a T/n. Mientras Hiyori observaba, una mezcla de sentimientos la invadió: celos, compasión y un deseo genuino de ayudar a alguien necesitado.

A medida que la herida de T/n fue controlada y la situación se estabilizó, Hiyori encontró la fuerza para apartar sus celos y ofrecer apoyo emocional. "Ella está a salvo por ahora. Deberíamos llevarla a un lugar seguro" dijo suavemente, su mirada encontrándose con la de él.

Zoro la cubrió con su kimono antes de levantarla en sus brazos. El calor de su pecho y brazos la reconfortó, como hacía meses no lo sentía, este momento hizo que valiera la pena cada maldito segundo lejos de su lado.

Con ojos entrecerrados observó su perfil afilado y hermoso y esa determinada mirada, podría sentir que se habia vuelto mas fuerte, aunque... Algo le faltaba.

"Tu Katana desapareció" lo intuyó.

"No hables" se escuchaba más y más agitado. T/n se sentía tan mareada que no argumentó ante su demanda, sin soportar más el peso, sus parpados se cerraron.

La llevaron a una choza abandonada.

El interior de la pequeña choza estaba frío, pero Zoro no tardó en tomar medidas.

"Enciendan la fogata" ordenó al Kappa y a Hiyori al entrar a la casa sentándose en el empolvado suelo de madera sin soltarla de sus brazos, dándole el calor que necesitaba.

No esperaba encontrarla de esa manera, era fuerte, sin embargo hacía bastante tiempo que se había infiltrado en el ejército de Kaido. Estaba orgulloso que pudiera hacerlo sola pero no podía evitar culparse por no cuidar de ella lo suficiente para evitar que se estuviera desangrando en sus brazos.

"Encontré algunas mantas, hilo y aguja, le coseré y la herida le pondré este ungüento" dijo Hiyori apresurada.

Sus manos temblaban ligeramente por los nervios mientras Zoro colocaba a T/n con cuidado sobre un improvisado lecho de mantas y pieles.

"Tendrás que ir a otro lado, Zorojuro-san"

"No hay tiempo para eso" la cortó el espadachín

La princesa sintió una punzada y porsiguió a retirar la ropa y el vendaje improvisado que cubrían la herida. Descubriendo sus pechos y su abdomen para aplicar primeros auxilios. Limpió la herida, y con hilo y aguja coció la herida. Y poniendo el ungüento que hizo el Kappa con algunas hierbas que encontró en el bosque.

"Parece que está estable, dejémosla descansar, me quedaré cuidándola".

"T/n es importante para mí, Hiyori. Yo la cuidaré, no puedo permitir que nada le pase".

Se retiraron todos de la habitación. Hiyori, con una angustia en su corazón.
¿Quién será ella para Zorojuro-San?
No paraba de preguntárselo.

Zoro se arrodilló nuevamente junto a T/n, su mano encontrando la de ella con suavidad. "T/n, por favor, quédate conmigo", susurró, su voz temblando mientras miraba su rostro pálido. Se negaba a apartarse de su lado, como si temiera que si lo hacía, ella pudiera desvanecerse.

Los ojos de T/n se abrieron con esfuerzo, su mirada encontrando la preocupación en los ojos de él. Sus labios temblaron mientras intentaba sonreírle débilmente. "No me iré a ninguna parte, Zoro. Estoy contigo", respondió, su voz apenas un susurro.

Asintió con gratitud, sus ojos llenos de alivio y cariño. "Nunca me perdonaría si te perdiera", admitió en voz baja, su pulgar acariciando suavemente el dorso de su mano. "Eres lo más importante para mí".

Zoro mantuvo su mano apoyada en la de ella, su expresión llena de amor y determinación. Mientras el fuego crepitaba a su lado, el calor y la luz contrastando con el frío exterior, Zoro y T/n compartieron un momento íntimo de conexión. No había nada más en el mundo que ellos dos en ese instante, y el peliverde no dejaría que nada se interpusiera entre ellos.

A medida que la noche avanzaba, Zoro permaneció a su lado, su mirada nunca dejando el rostro de T/n. No importaba cuánto tiempo pasara, él estaría allí para protegerla y cuidarla. En medio de la oscuridad y el frío, su amor y su fuerza mutua eran un faro de esperanza y consuelo, demostrando que, incluso en los momentos más difíciles, el vínculo entre ellos era inquebrantable.

Roronoa Zoro OP One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora