𝐅𝐎𝐑 𝐀𝐋𝐋 | 𝐓𝐈𝐌𝐎𝐓𝐇𝐄𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐋𝐀𝐌𝐄𝐓

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Capítulo 2
Tengo noticias

Las puertas del edificio se abrieron de par en par, y agradecía que fueran automáticas porque con todas las bolsas del supermercado que traía encima, no iba a poder abrirlas.

Había pasado por el supermercado con la idea de preparar algo especial para esta noche ya que se suponía que estábamos festejando que había entrado a la universidad y mejor aún, que habían aceptado parte de la beca.

Quería darle la sorpresa a Tim con algo preparado por mi misma. Tenía ganas de hacer una de esas tartas de verdura que siempre preparábamos en casa y que ahora extrañaba demasiado.

Me detuve frente al ascensor y mientras esperaba a que llegara, busqué el celular en mi bolsillo. Le había prometido a Ruby conseguirle un lugar y sabía muy bien quién tenía uno disponible... o que por lo menos a mi me lo había conseguido.

Vi el contacto en la pantalla y sin pensarlo dos veces, le marqué.

Llevé mi celular a mi oido mientras veía como en el panel de la pantalla del ascensor, este descendía hacia el lobby donde llevaba aguardando.

—¿Agus?

Su voz me dio un cosquilleo que no fui capaz de explicarme a mi misma siquiera.

—Hola... —llevé mis manos a las bolsas que había dejado en el suelo mientras sujetaba el celular contra mi hombro—... ¿cómo estás?

Hubo una pausa desde mi pregunta y comprendí el por qué... hacía tiempo que no lo llamaba, que no hablábamos, que no escuchaba su voz.

—Bien... pasó bastante tiempo —dijo con sinceridad—. Así que estás de vuelta...

—Si... volví —sonreí, aunque él no era capaz de verme—. ¿Cómo...?

—Está en todos lados —rió con nerviosismo—. Cada vez que enciendo el celular estás tú en alguna noticia...

—Ah, si cierto —rodé mis ojos con molestia.

—Pero bueno, ¿cómo estás tú? —me preguntó con curiosidad esta vez—. La última vez que nos vimos le mentías a tu hermana...

Los recuerdos volvían a mi cabeza con tal rapidez que me tomó unos segundos asimilarlo. Parecía que aquella navidad había sido ayer, pero la verdad es que había pasado un buen tiempo de ese año catastrófico.

—¿Te acordás de eso? —murmuré tratando de ahogar una risa—. Pasó bastante...

—Si, mucho —concordó—. ¿Ustedes siguen...? No, olvídalo... ni siquiera se para qué lo pregunto si lo veo en todas partes.

—Si, seguimos juntos —no quería decirle por teléfono que nos habíamos comprometido, aunque lo más probable es que él ya lo supiese porque los medios no mantenían la boca cerrada ni un solo día—. Pero...

—¿Pero?

Inmediatamente me di cuenta del error, aquello había sonado mal y él evidentemente lo había pensado en una forma esperanzadora.

—No, no ese pero —me retracte—. Quiero decir... ya que estoy de nuevo en Nueva York... ¿querés ir a tomar algo? Ponernos al día...

Las puertas del ascensor se abrieron y como pude, entré con las bolsas en ambas manos. Toqué con el codo la pantalla para seleccionar el piso del edificio.

—¿Estás segura? —me preguntó para nada convencido de lo que estaba aceptando.

Me dejé reposar contra la pared que se hallaba tras de mi mientras. La sensación que me provocó el ascensor al comenzar a subir, me revolvió el estómago por unos segundos.