.:El Amanecer:.

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Una brisa de aire provocó un escalofrío al latino. Hacía tiempo que no salía de casa por las mañanas para caminar y el aire fresco lo hacía temblar a cada rato. Aún si esto le secaba la garganta, seguía con su camino para tener la mente distraída e intentar olvidar todo lo que ha pasado en estos meses. Para él parece que ha pasado mucho en tan poco tiempo que muy apenas se puede mantener cuerdo.

Al terminar su recorrido y llegar a la puerta de la casa, se mantuvo un rato afuera mirando alrededor antes de entrar, volvio a tener esa sensación de soledad aun cuando tenía la compañía de sus perros. Se fue directo al sillón para descansar y estirar un poco las piernas sintiendo como sus músculos se tensaban.

- Je si sigo así, tal vez salga mamadisimo y ahora sí me tendrá más terror el ruso~ -murmuraba para sí mismo mientras sentía como su cuerpo se iba relajando poco a poco.

Dirigió su mirada hacia el techo antes de cerrar sus ojos.

<<Todo se siente tan solo... No puedo creer que... Mi maldita felicidad y mi vida dependían de un país que no valía nada...>>

- Ni la tenía tan chida, hasta Usa le gana en eso...

Solto una leve risa antes de soltar una carcajada al imaginarse cosas sin sentido con Rusia. Después de un rato, abrió los ojos y se levantó del sillón para dirigirse a la cocina para prepararse algo.

Dejo que su cuerpo se automatizara mientras que en su mente seguía pensando y dudando que si todo lo que hizo estuvo bien o si él estuvo mal.

<<Tal vez me lo merecía... Lo único en lo que valgo la pena es la droga y ya...>> Sintió una punzada que casi lo hacía soltar una lágrima.

- Mierda... ¡¿Cómo es posible que los que más me insultaban son mis mejores amigos... -Su voz se entrecortaba sintiendo que no podía aguantar sus ganas de llorar-. y los que me dicen que me quieren son los que me apuñalan por la espalda?!

Encajo el cuchillo en la mesa sin darse cuenta de que tenía una herida en la mano. La herida que tenía en su corazón era mucho más dolorosa más que su herida en la mano.

Pego su cabeza contra la mesa dando golpes a la madera haciendo que los perros se asusten por los ruidos y empiecen a ladrar.

- ¿Por qué tengo que sufrir esto? ¿¡Yo que les hice para que me tratarán así!? Si su problema era mi maldita existencia, ¡Solo me hubieran ignorado o me hubieran declarado la puta guerra!

Continúo golpeando la mesa con enojo sin importarle las heridas que esto le provocaba. Seguía insultando a quienes lo hirieron y a sí mismo por haber aceptado esto desde un principio.

Solo basto con un jalón de su playera para hacerlo volver en sí. Se separó poco a poco de la mesa mirando las manchas de sangre que habia dejado al golpear mucho la mesa.

- ... Soy patético, ¿No es así?

Se intentó limpiar las lágrimas sin importarle la sangre que tenía en sus manos. Fue bajando poco a poco para sentarse en el piso y mirar a sus perros que lo miraban preocupados.

No sabía que decir o hacer. Dejar salir su coraje hizo que perdiera el hambre y no tenía energías para ir a su cuarto a descansar ni para ir al baño para limpiarse.


. . .


Sintió una leve vibración en su pierna haciendo que abriera sus ojos. Tomo con cuidado su celular y se limpió la sangre en su playera antes de desbloquear el aparato y ver qué sucedía. Noto que le habían mandado mensajes sus amigos latinos haciendo que negara con la cabeza ya que, por encima, sabía que ellos querían saber sobre su relación con Rusia y Corea del Norte. Aún si sabía que debía desahogarse y hablarlo con alguien para sentirse tranquilo, no se sentía listo aún.

Continúo mirando sin abrir ningún chat pero el de argentina le llenó la atención ya que decía una hora. Lo abrió por curiosidad y se dio cuenta a qué venía la hora

"7:00am 01 de Julio, recuerda que la reunión será donde vive tu ex 1°

y che, deja de hacerte el boludo cada vez que ves al ex 3°"

No pudo evitar soltar una pequeña risa al leer su mensaje. Se mantuvo sonriendo por un rato mientras pensaba sobre eso. Ya faltaban unas semanas para la reunión y aun cuando no se sentía listo para levantarse, tomo algo se aire antes de ponerse de pie recargándose en la mesa para no caerse.

- Ni modo, chicos... Les toca visitar de nuevo a doña Inés.

Miro a sus perros sonriendo al notarlos inquietos. Con cuidado se acercó a ellos para acariciar sus cabezas y, con ayuda de ellos, camino hacia su cuarto para ahora sí descansar un rato. Dejo que se subieran a la cama ya que en esos momentos necesitaba un poco de compañía para poder dormir tranquilo.

🇰🇵 미쳤어 ... 같이가 🇲🇽 (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora