>¡Devuélvelo!<

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- ¡No me mientas! Yo se que él esta vivo, así que les exijo que me lo regresen ¡AHORA!

- Se-señor...

- ¡No! Ustedes no me verán la cara de estúpido, así que me dirán donde esta mi alianza ¡YA!
Los doctores se miraron entre si con temor al notar como el país enseñaba unos largos colmillos en forma de amenaza.

- Señor, cálmese... En estos momentos, usted esta en una situación sensible y podria afectar su salud...

- ¡A mi nadie me dirá que hacer! No me importa las ordenes que les haya dado aquel estúpido desgraciado... -Tomo un poco de aire cabizbajo antes de verlos con lagrimas en los ojos-. Solo quiero a Pcm... porfavor... ya perdí a dos... no quiero perder a otro...

Se tapo la cara dejando que más lágrimas salieran de sus ojos mientras les suplicaba a los doctores dejarlo ver a su alianza. Después de un rato, salieron de la habitación dejando al país aun llorando en la cama.

- Me siento mal por él... pero no podemos hacer algo para ayudarlo.

- Solo seria darle algun tipo de tranquilizante para que... ¿Eh? Y ese... ¿ruido?

- Oh no... se escapó...

- ¿¡Qué!? Pero solo esta con una bata, ¡No va a sobrevivir al frío!











.             .              .









- ¡PCM! Pequeño, llora o grita, ¡pero dime donde estas!

Regresando aquella mansión que fue su prisión por 6 meses, se puso a buscar a la alianza. Busco en los cuartos, el sótano, el comedor, la cocina, donde sea donde podria estar esa pequeña alianza. Dio dos vueltas por todo ese lugar para siquiera escuchar algo y en la tercera vuelta se percato de algo extraño. Fue a visitar cuatro habitaciones que solía visitar en las noces y no vio nada, aquellos que dormían ahí no estaban. Los cuartos estaban vacíos y limpios como si nadie se hubiera hospedado ahí.

Retrocedió lentamente con terror y volteo a ver a su alrededor logrando que el silencio del lugar lo atormentara aún más.

- Pe-pero... él lo prometió... me mintió... ¡Desgraciado, abusaste de mí!

Antes de poder decir algo más, un pequeño ruido lo hizo voltear hacia la salida. Sonaba a un pequeño niño, un niño que escucho llorar en aquel hospital. Era la misma voz.

Corrió rápido bajando las escaleras torpemente, pero logrando a llegar a la planta baja y apresurarse a llegar a la gran puerta.

- ¡Pcm, ahí estas!...

Se quedo sorprendido al ver a dos pequeños países en la puerta, mirándolo confundidos y con frío.

- U-ustedes... ¿Qui-quiénes son?

🇰🇵 미쳤어 ... 같이가 🇲🇽 (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora